¡Hola, soy Sam! - Hyunmin

♡ Capitulo XIV ♡

Después de un día cansado y una larga siesta por la tarde, Seungmin iba en camino a tomar un trago. Con cada paso, sin embargo, espaciandose, recordando la pequeña confesión que había hecho somnoliento mientras hablaba por teléfono con Sam. Sentía que sus mejillas se calentaban al recordar.

Afortunadamente, antes de que pudiera pasar por el café, Seungmin se dio cuenta de que estaba en su destino y se encogió de hombros.

Entró a Juyeon's y se dirigió directamente al mostrador para pedir su latte de caramelo favorito. Cambió su mirada alrededor, mirando a las pocas personas que disfrutaban de la paz y la conformidad del acogedor café. Sus ojos se detuvieron en una figura familiar, que también miró a Seungmin en ese momento exacto. Los dos intercambiaron sonrisas cuando Seungmin se acercó al chico.

—Hey Jeongin. ¿Debería sorprenderme que tu bebida coincida con tu personalidad? —Seungmin se rió, tomando asiento frente al más joven, quien le hizo un gesto para que se sentara.

—Este frappé de frutos rojos es probablemente lo mejor que existe —, suspiró satisfecho Jeongin, sonriendo ampliamente a su bebida de color borgoña. —¿Vienes aquí a menudo? Esta es mi primera vez.

—Sí, me encanta este lugar. —Seungmin respondió, —Es pacífico y todo aquí es simplemente, delicioso. —aceptó su café con leche del camarero felizmente.

—¿Por qué se llaman camareros si somos nosotros los que esperamos?

Seungmin no pudo evitar reírse de la seria expresión en la cara del chico, —Apuesto a que a Felix le encantaría discutir sobre eso.

—En realidad, a veces si lo hacemos- Oh —Jeongin hizo una pausa, —Está aquí.

Seungmin levantó una ceja, —¿Quién está aquí...? —puso su atención a los pasos que se acercaban a su mesa.

—Qué carajo. —Seungmin se burló, causando que el que caminaba hacia ellos se congelara momentáneamente en su lugar. Sin embargo, no se detuvo, se acercó a la mesa y se quedó allí firmemente, manteniendo el contacto visual con un Seungmin ahora enfurecido.

—Nos vemos, Jeongin. No quiero estar cerca de un cabrón y un matón que no causa más que problemas. —Seungmin se levantó con dureza, el ruido de su silla interrumpió la paz en el café.

Jeongin hizo una mueca por las palabras que escupió Seungmin, inmediatamente tomó la mano del chico, lo suficientemente fuerte como para hacer que cayera de nuevo en su asiento.

—¿Por qué ahora también lo llamas matón? —Jeongin empezó, con la voz fría. No soltó la mano de Seungmin, quien lo miró fijamente con los ojos abiertos, y de vez en cuando también miraba al chico que estaba detrás de Jeongin.

—¡Hyunjin hyung es la razón por la que Hongseok ya no me molesta! Es porque Hyung lo golpeó antes de que pudiera hacerme cosas sucias. ¡Hyung no hizo nada para merecer este odio!

El volumen de la voz de Jeongin era muy alto, algunas personas alrededor lanzaron miradas confusas hacia los chicos. Un silencio incómodo cayó sobre ellos, ninguno de ellos se atrevió a hablar.

Seungmin tragó, dirigiendo su mirada hacia Hyunjin, quien no había quitado sus ojos desde el momento en que vio a Seungmin. El tiempo pareció detenerse por un momento fugaz cuando miró fijamente a Hyunjin con sus ilegibles orbes de avellana. La garganta de Seungmin se secó. Una vez que sintió el agarre de Jeongin aflojarse alrededor de su muñeca, aclaró su garganta, —Y-yo debería irme... —Seungmin murmuró. Se puso de pie rápidamente y salió corriendo del café, dejando a los dos chicos, junto con su latte de caramelo, atrás.