3- ¡Maldición!

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Desperté porque un ruido, hizo que abriera los ojos, realmente estaba cansada por todo lo que viví ayer. Me senté en la cama, observando a las dos chicas que me miraban con una sorpresa en los ojos.

-Me llamo Olivia, bueno ahora "Rosita", me disculpo por mi grosería el día de ayer pero entenderán que por la situación que pase, no era como para llegar llena de felicidad y hablar como si nada – Digo mirando a las dos chicas de manera, un poco más tranquila

-No te preocupes me caes muy bien, como ya dijo Carmen, yo soy Estrella – Me dijo una chica morena, alta, cabello negro, con un buen cuerpo

-A mi igual, soy Lola – Esta vez me dijo la otra, es una chica blanca, bajita, con un largo cabello rubio, y ojos cafés – No, se si quieras tal vez contarnos tu situación, como ya después sabrás nosotras y muchas de las chicas de aquí pasamos por lo mismo.

-Bien – Tome aire para poder contarle lo sucedido – Mi padre me vendió al señor Romano anoche, me llevo a una supuesta "cena con un socio", le pago por mí y le cubrió un deuda que tenía, la cual nunca supe cuál era, después me llevo a un edificio en el centro, me dio unas reglas y pues bien ahora me encuentro aquí.

-Perdóname, pero tu papa es un imbécil – Dijo estrella

-Claro que lo es – Dijo lola – pero después, podemos hablar de nuestras historias que no son las mejores; debemos ir a desayunar, a Carmen no le gusta que nos retrasemos ni mucho menos que no hagamos caso, ya te enteraras porque.

Asentí con la cabeza, salimos de la habitación y nos dirigimos a una especie de cafetería, donde había varias chicas desayunando, cogimos una bandeja con comida, la cual era igual para todas, camine junto a mis nuevas compañeras hacia una mesa que se encontraba desocupada.

-¿Cuantas chicas ahí aquí? – Dije rompiendo el silencio

-Hay más de 50, eso tenlo por seguro, muchas con edades desde 15 en adelante- Dijo lola mirando para varios lados

-Que horrible, como nos pueden hacer esto son unos asquerosos – Muestro mi cara de asco – Pero veo que también nos tiene muy bien vigiladas – Miro en dirección a varios hombres con armas que se encuentran por todo el lugar

-¡SI!, claro que lo es; pero solo espero que quites la idea de escaparte de aquí, yo llevo intentándolo un año y es imposible, si no te matan te castigan que es peor – Dijo lola

-Sí, es mejor Rosy, que no pienses en eso, mi último castigo fue hace una semana, me electrocutaron durante dos días, no sé cómo salí vivan de allí, todas mis esperanzas se agotaron

- Que horrible, pero sé que ustedes van hacer las únicas amigas, que voy a tener aquí, por lo mismo quiero decirles que yo no me voy a rendir hasta salir de aquí – Digo mirando a las dos a los ojos fijamente – Yo soy una chica un poco rebelde, y no descanso hasta lograr lo que quiero.

Terminamos de desayunar, y nos dirigimos nuevamente hasta la habitación para esperar comenzar, la horrible noche.

-Bueno Rosita, el baño está afuera al fondo del pasillo, la ropa la sacamos del armario, al otro día debemos ir a lavarla, la ropa siempre la compartimos las dos, bueno ahora nos toca a las tres

-Ok, no puedo creer que les generemos dinero, y nos hagan compartir la ropa; pero bueno me tranquiliza que sea con ustedes

Salgo de la habitación, me dirijo al baño y por donde mire ahí hombres con armas con trajes negros, está claro que lo que me dijeron, las chicas es verdad va a ser difícil escapar de este horrible lugar. Me doy un baño relajante, después de varios minutos salgo con la toalla enrollada en mí cuerpo, y me encuentro con una persona que me mira extrañado.

VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora