Si acaso nos falla el olfato y
hacemos mal el cálculo.
Si acaso nos vemos fatigados de tanto pensar,
si nos cuesta poner fe en la otredad para confiar.
Si algún día estamos exhausto de solo andar,
si algún día se quebrara en la piel una copa de cristal,
si conocieramos los artilugios que componen la propia realidad,
si apreciaramos un gesto noble en compania.
Mi jardín floreceria, como nunca antes.
Los grillos cantarían en el, como nunca antes
y yo sería libre por el pasto, descalzo.
Y el silencio sabría como nunca antes.
Y las horas pararán de correr...