Just Love; UzuZen

La Última Y Nos Vamos.

~Especial~

—Por dios Zenitsu —

—Cállate ya, no voy a tardar mucho —

—Ya estoy llegando y tú apenas te estás limpiando la saliva seca de la boca —

Zenitsu borró su ceño fruncido y rió.

—Mejor cállate y duérmete un rato que se ve que te hace falta. Cuando llegues ya estaré ahí esperando —

—Está bien, confiaré en ti como siempre. Te veo en un rato entonces, te amo —Y colgó la videollamada.

Jesucristo, ya llevaban dos años y medio de relación y aún tenía la misma reacción cuando Tengen decía esas dos palabras.

Zenitsu seguía sonrojado y con la sonrisa en el rostro, pero se levantó de su calientita cama. Rápidamente se deshizo de su pijama y entró por solo 5 minutos a la caliente ducha, para no tardar demasiado. Después de su rápido baño, Zenitsu salió y tomó la ropa más abrigadora y bonita que tenía. El frío era terrible, pero prefería parecer un oso de felpa por tanta ropa, que estarse congelando el culo.

En fin, y en resumen, Tengen venía de visita a la ciudad. No se lo diría, pero Zenitsu estaba emocionado y extremadamente contento. Extrañaba horrores a su novio.

Tengen estaba en la universidad, y el idiota escogió justo la que le quedaba a 5 horas de su hogar. Imbécil, pero ¿Qué podía hacer Zenitsu? Nada le hacía más feliz que ver a Tengen feliz, cumpliendo su sueño, y Zenitsu, siendo el increíble novio que era, apoyaría a Tengen en todo lo que le fuera posible. Pero aquello no era importante ahora, lo más importante era cepillar su ya largo y húmedo cabello para poder irse de una vez.

Bien, solo le hacía falta un gorro para abrigarse lo más posible, y una vez listo, salió rumbo al aeropuerto. Según sus cálculos, llegaría en 15 minutos, contando que afortunadamente no había tráfico, y que a Tengen todavía le quedaba media hora de vuelo.

Afortunadamente todo salió según lo planeado, hasta tiempo le dio de hacerle a Tengen un cartelito. Ahora, sólo era cuestión de esperar.

Pasando por la última turbulencia del día, Uzui sintió una especie de "jalón" revolotear en su estómago cuando vio el avión aterrizar. Observó por la ventana la estructura del aeropuerto. En aquel lugar se encontraba Zenitsu esperando por él.

Una azafata comenzó a dar las instrucciones pertinentes para bajar del avión, y por más que la mente de Uzui viajara hacia la estancia de espera del aeropuerto, se forzó a poner atención a las palabras de la mujer.

Ya teniendo maletas en mano, se encaminó a donde le indicaron por dónde debían salir.

Oh Dios. Qué ansias las que crecían dentro de Uzui por encontrarse con el rubio que hace no mucho vio a través de una pantalla, pero joder, aquello nunca era suficiente.

Extrañaba a su rubio, extrañaba entrelazar sus dedos con los de él. Aún le costaba creerlo, pero, le parecía horriblemente silencioso el ambiente sin los gritos y chillidos tan característicos de él. Todo, era increíble que extrañara todo de aquella criatura amarilla tan chillona y hermosa.

Bien bien, ya había soñado despierto demasiado tiempo, más del debido. Tenía que volver a sus cabales mientras caminaba rumbo a los interiores del aeropuerto sino quería terminar con la cara embarrada en el piso por la torpeza de sus pies.

Ya estaba aquí, solo era cuestión de minutos para encontrar a su atolondrado novio y actuar lo más tranquilo posible.

O ese era el plan, hasta que lo vio. Era una suerte que Zenitsu haya encontrado la entrada correcta, en otra ocasión tardaron media hora en toparse, pero ese no era el caso.