Dulce y enfermiza obsesión

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Era una noche tranquila, Natalie estaba acostada en su pequeño sillón que se encontraba en su pieza, escuchaba música relajante ya que había tenido un día pesado.

Unas chicas en su colegio la habían acusado con el director por fumar en el pasillo pero no, esta no es la típica historia de la chica marginada invisible a la que le hacían la vida imposible, lo habían hecho por jodidas ya que ella se gano el puesto de ser la más bonita y la más "buena" del salón sin ser una "puta" como llamaban a las chicas que usaban faldas cortas y blusas que no dejaban nada a la imaginación.

Pffff suena asqueroso y ridículo ¿cierto? eso se repetía Natalie una y otra vez en su cabeza, a ella simplemente le daban igual esas cosas, nunca le había tomado importancia ya que de ante mano sabía que algunos hombres se pasaban de idiotas la mayoría de veces.

Cuando estaba a punto de dormir vio que le llegó un mensaje de texto, era su mejor amigo Kyle.

Heyyyy, estás ocupada?

•Estaba a punto de dormir tarado!!

Podemos salir un momento? quiero verte ):

•Nop, no puedo salir ahorita, sorry xc esta mamá y sabes como se pone

Okey señorita preciosa, sera otro día... deberías descansar, mañana sera un largo día bebé.

•Sisisi es mejor que descanse un poco, luego te hablo bobis, te quiero (:

Tenía que descansar ya que mañana tendría un mini concurso de canto, le gustaba mucho cantar y lo hacía de maravilla, pero se subestimaba mucho, Kyle le ayudaba y le daba ánimos ya que eso hacen los mejores amigos ¿No?

Y fue así como Natalie no bajó a cenar, se había quedado dormida pero constantemente tenía pesadillas.

Pesadillas que tarde o temprano tendría que enfrentar aunque eso le costara su felicidad.