EL SILENCIO DE MIS MUERTOS.

amicitia maleficis.

Vitae-1750. Once meses antes de la quema.

- una flor rosa, como un suspiro.

- Que cosas se te ocurren, ¿Cómo sabes que los suspiros son rosas?

- porque veo y siento cosas que tu no, Verum. _ Dio un giro breve para observar a la figura femenina que la acompañaba dándole la espalda al camino del bosque al que se dirigían las dos, rompiendo entre matorrales levantando su vestido con fuerza, pero sus esfuerzos por mantenerlo limpio dejaron de importarle a medida que se internaban más en el bosque.

- Siempre sales con lo mismo, nunca he podido entender que ocultas en esa cabeza llena de rizos. Dime que es lo que quieres mostrarme. _ dijo la voz que trataba de seguirle el paso a la figura femenina que caminaba delante de ella con un vestido largo, blanco lleno de encajes que arrastraba por todo el suelo sin importarle que se rompiera al enredarse con cualquier tronco.

- Verum ya te dije, la impaciencia no hace más que nublar tus emociones y evitar, la curiosidad hacia lo desconocido. Mejor sigamos con nuestro juramento, pero ya no me interrumpas más que ya casi llegamos, a tu sorpresa.

- Está bien venus, pero esta vez lo recitamos juntas.

Las dos jóvenes, se detuvieron y se miraron a los ojos cada una con una gran sonrisa, se tomaron las manos y recitaron sin dejar de mirarse en ningún momento.

Y si el viento soplara con fuerza y desprendiera tus raíces de la dura tierra, elevaría mis ramas hacia ti para sostenerte, y si mis fuerzas se agotan, y mis raíces no lo soportan más, caería contigo al suelo frío y lleno de penurias donde seriamos leña que cortan, para las frías noches de invierno donde las penas aumentan, y las lágrimas son el consuelo de una vida miserable. Y si en vez de árboles somos flores, rosas como los suspiros que se pierden en la agonía de un amor prohibido, seremos el consuelo que sostengan nuestros tallos frágiles como las esperanzas en un mundo cruel. Que el bosque sea testigo de nuestro solemne juramento si se rompiese que sea el que nos castigue.

Al terminar siguieron su camino, hasta llegar a un gran claro donde se encontraba un impresionante árbol lleno de ramas las cuales descendían con helechos coloridos que soltaban flores diminutas que se esparcen con el viento, dejando agradables aromas.

-¿Desde cuándo sabes de este lugar venus? _Se quedó mirándolo admirada.

-desde hace unos días, me perdí recolectando plumas y llegue hasta él _ Lo dijo orgullosa de aquel hallazgo sin dejar su radiante sonrisa.

Corrieron hacia él, y se refugiaron en su sombra, se acostaron una al lado de la otra, y observaron juntas los rayos de luz que se filtraba por las ramas llenas de hojas y flores que se des prendían cada vez que la brisa soplaba suave.

-Mañana nos iremos a vivir a las iglesias. _ Mencionó Venus con un tono apagado.

-Tranquila solo serán unos meses, es para nuestro bien. Aprenderemos cómo comportarnos como mujeres correctas, y será más fácil en contar un buen marido después, o al menos eso dice mi madre.

-No quiero encontrar marido, no quiero que me encierren por meses en una iglesia, solo quiero saber que hay más allá de las montañas, la libertad es algo que anhelo con tantas fuerzas, quiero saber que hay detrás de los desconocido.

-venus tus anhelos son pretenciosos.

-porque las mujeres no pueden anhelar algo más que casarse tener hijos y ser sumisas. Quiero más que una vida sumisa quiero una vida la cual todos puedan recordar.

-Si ya se quieres viajar como una hechicera recolectando cosas y haciendo preguntas, de cosas indebidas.

- verum, amiga mía quiero ser más que una mujer, quiero ser luz que recorra los rincones más desconocidos quiero viajar hasta los confines del mundo. Y te llevaré conmigo.

-venus amiga mía por ahora solo iremos a nuestras casa mañana, tendremos una vida mejor en la iglesia juntas.

- tengo miedo verum _ Una pequeña lágrima se escurre por su mejilla izquierda.

Le tengo miedo al encierro, a una vida atada a algo que no quiero vivir, siento que me ahogo sin mi libertad, no quiero estar en una iglesia llena de sacerdotes que me miran como un trozo de carne.

-Por DIOS, venus como se te ocurren esas cosas, ellos son hombres santos o eso dice mi madre, por eso se encargaran de nuestra educación. Además no estaremos sola, habrán cinco mujeres más, yo esta para ti porque lo juramos en nuestro juramento solemne. Te protegeré siempre.

Se tomaron de las manos y observaron juntas las flores que caían delicadamente en sus rostros.

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Hola amigos del silencio,quiero que sepan que esta es una novela a dos tiempos. 1750-2020

Haci que es posible que por ocasiones hayan capítulos en los que me aventurare a contar las vidas de las siete brujas, hay que tener en cuenta que la maldición traspasó las generaciones y es normal que los nombres se repitan.

habiendo aclarado esto les agradezco por su apoyo y no dejen de comentar, entre pocos dias tendran actualizacion nueva.   :)