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El día siguiente comenzó con un cielo celeste con nubes en el

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El día siguiente comenzó con un cielo celeste con nubes en el. Este jueves sería un día muy soleado, aún estando en verano los rayos del solo no se ocultaban. Dongseung amaba los días donde habían muchos colores, aunque Doyoung los odiaba y prefería quedarse en su cama todo el sin ver alguna luz.

Se había olvidado de preguntarle a su padre si podía invitar a un amigo. En el momento que estaban desayunando tocó el tema. Esperaba que le dijeran un "si", pues Hyuck se veía contento con la idea de pasar una tarde aquí.

—Claro que si puede venir. Yo recibiré a todos los amigos que traigas. —dijo su padre de cabello pelinegro. —Me alegra saber que tienes amigos con los que jugar.

Taeyong en un momento se preocupó por que su hijo nunca le mencionaba sobre sus amistades. Pensó que había un problema o se estaba adaptando mal en la escuela. Unos días atrás el llego emocionado a contarle del amigo que tenía, así que descartó lo que antes pensaba.

La respuesta de su padre lo dejó satisfecho. Al terminar de comer fue corriendo a su habitación en busca de sus cosas. Se sentía tan bien y el día estaba igual que él. Lleno de energía para gastar. El camino a la escuela se lleno de la vocecita de Dongseung que le iba contando a su otro padre, lo que tenía planeado hacer hoy. Yuta le sonreía mientras lo veía por el espejo retrovisor.

Dio un brinco al salir del auto. Estaba muy feliz. Su vida en este cuerpo era muy buena, hasta le resultaba agradable. Miro a su padre a lejos antes de irse hacía su clase y le dio un abrazo de despedida.

Apenas era su cuarto día con este cuerpo y ya se sentía tan a gusto con el. Deseaba que se quedara toda la vida así, pero todavía debía de buscar cómo volver a su vida normal en aquel cuerpo aburrido. Lo frustró un poco saber que debía de volver a vivir cada cosa que ya sabía a la perfección. Trató de restarle importancia y simplemente vivirla.

Pero el no sabía qué estaba haciendo un paso que nunca imagino. Disfrutar de los días soleados cuando el los odia. Tal vez era por el nuevo cuerpo que le dio confianza.

Los brazos cortos de Donghyuck lo recibieron en un abrazo apenas piso la sección de clases. Le dio la noticia de que podía ir a su casa y este alegre le empezó a dar besitos en toda la cara. No sabía que era muy afectuoso, pero no le incómodo.

—Eww. Váyanse a otro lado a hacer esas cochinadas que hacen mis padres. —dijo una niña de pelo rubio cuando los vio.

Yuna no soportaba aveces la actitud de Hyuck. Le irritaba demasiado pero después estaba bromeando diciéndole si le gustaba ese niño, a lo que el moreno se negaba. Estaba concentrado sintiendo los labios del menor recorrer su carita. Que al verlo separarse hizo un puchero, le habían gustado tanto que se sonrojó. Dejando notar un color carmesí en sus mejillas.

—¡Hyung estás rojito!

Era un caos de sentimientos, pero en ese momento se sentía más como Dongyoung por su actitud toda tímida y sensible. Nunca se habituó a recibir mucho contacto físico, mientras Dongseung se notaba lo contrario, que como al estar en él tuviera seguridad y aliento con algunas cosas que temía.

A Mystic Case; kdyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora