Jeon Jungkook y Jeon Aisha, herederos de la familia Jeon, autoproclamados los mejores Alfas de la ciudad y del mundo, lo tienen todo a su alcance y aparentemente no les hace falta nada.
Kim Taehyung, heredero de la sabiduría y la gentileza de su mad...
Somos producto de nuestro pasado, pero no tenemos porque ser su prisionero.
Rick Warren.
—¿Hola?... ¿hay alguien aquí? —preguntó el pequeño pelirosa rodeado de neblina.
—¿Por qué lo hiciste? —dijo una voz en eco— ¿Por qué yo?
—¿Hola?... ¿Quién es?
—¿¡Por qué lo hiciste!? —exclamó y de la nada el pelirosa se vio a si mismo frente a un auto destrozado por un choque, y un chico frente a él bañado en un charco de sangre, la misma sangre en sus manos.
—¿Señor?... Oiga, despierte —Tomó su mano para empezar a moverlo con cuidado— por favor, tiene que despertar... ¡despierte! —Soltó un grito ahogado, que se vio interrumpido al ver al hombre abrir sus ojos y sujetar su muñeca con fuerza— ¿S-señor?
—Vas a pagar Jimin... vas a pagar por lo que me hiciste. ¡Es tu culpa! —acusó, y el pelirosa se despertó sudado sobre su cama y con la respiración agitada.
—Me estoy volviendo loco...
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Terminadas las clases del día, Taehyung se dirigía a un nuevo destino en busca de algún trabajo que le ayudara a subsistir, aunque no lo necesitara realmente, un mes había pasado ya desde que se había instalado en casa de los Jeon, y su vida solo ha ido de mal en peor por causa de cierto pelinegro— ¿Qué tal la clase de teatro? Debe ser muy difícil controlar a un grupo de malos actores todos juntos ¿verdad? —Se mofó una conocida voz cuando pasaba junto a la entrada del instituto.
—¿Tiene algún problema?
—Para nada, de hecho me sorprende que no hayas logrado algo mejor que ser el presidente de un grupo de personas sin ninguna aptitud.
—Para su información, ellos están en este instituto por algo, y obviamente tienen aptitudes valiosas, además, ya todos los clubes tenían presidente menos ese, y fue la delegada de esa clase la que me dio ese "titulo". No es como si yo hubiera venido aquí buscando algo así.
—Una lastima. ¿Qué pensarían al saber que su presidente en realidad no tiene ninguna intención de serlo?
—Yo no dije eso, solo digo que yo no lo busque.
—No te creas tan importante, Kim, porque no eres nadie.
—¿Cuál es su problema conmigo exactamente? —cuestionó frustrado— Estoy harto, desde que llegue a Seúl no ha parado de hacer de mi vida un infierno.
