Acto Único. Escena I.

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(La vegetación está muerta y el aire mismo es un veneno. Las masas de agua se han tornado oscuras, violáceas; nocivas para el ser humano.)

(El planeta entero parece estar dispuesto a terminar con la vida inteligente.)

Sobreviviente.- (Acongojada, entra en escena) He aquí los restos de lo que alguna vez llamamos hogar. La Tierra.

Un planeta cubierto por masas de agua, océanos azules y cielos despejados, y conformado por una contraparte sólida: el suelo; donde solía crecer la vegetación, donde moraban los animales de toda índole, donde vivían en un equilibrio. Es así como lo recuerdo.

(Alza la mirada, el cielo es tan lúgubre y grisáceo que parece de noche)

Oh, ¿qué te hemos hecho, Tierra? ¿Por qué no nos detuvimos? ¿Por qué no fuimos más prudentes? Simplemente: ¿Por qué?

(Solloza en silencio, golpeando la tierra con los puños llenos de mugre y sangre)

Los humanos somos monstruos. De toda la vida inteligente en la Tierra, estuvimos durante mucho tiempo en la cúspide de la cadena alimenticia. A donde quiera que íbamos, diezmábamos especies, deforestábamos ancestros de los bosques para construir nuestros rascacielos.

De toda la vida inteligente en la Tierra, hemos resultado los de menor inteligencia en cuanto a valores se refiere. Ocupamos demasiado de nuestro tiempo acumulando conocimientos que, a la hora de la hora, nos resultaron tan útiles como tirarle piedras a la Luna.

(Recoge el pellejo de una criatura, manchado de sangre. El resto de su cuerpo fue devorado por un grupo de nómadas. Lo asesinaron. No dejaron ni los huesos)

Esto es el colmo. Lo digo así, sin pelos en la lengua, ¡el colmo! En la constitución de la ONU dictaminan que los bastardos Jefes de Estado de las Potencias Mundiales no pueden ser más genocidas, y se lo toman como reto los estúpidos.

Después de semejante sermoncito no aprendieron tan solo una lección, no se les quedó grabada ni una puñetera palabra. Y he aquí el resultado de tanta corrupción y negligencia. Decidme: ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo seguiréis sumidos en las arenas de corrupción?

Decidme: ¿Cuándo habéis visto que un animal salvaje, en medio de un ataque iracundo propio de su naturaleza impulsiva e irracional, destruye el medio en el que vive al punto de dejarlo inhóspito? ¿Cuándo?

La respuesta es: Jamás.

Somos la única especie lo suficientemente (imbécil) capaz de dañar el único lugar habitable que existe, y al mismo tiempo, somos la especie con el "cerebro mayor desarrollado". Así que os pregunto una vez más: ¿Qué ocurrió con nosotros?

Pero más importante aún: ¿Qué le hicimos al mundo?
Debimos detenernos cuando pudimos. Ahora es demasiado tarde. El planeta desfallece y amenaza con llevarse consigo a los pocos que quedamos de la humanidad.

(El nivel de oxígeno en el traje está por debajo del 15%)  (Regresa a la estación)

(Jadea arrastrando una red de pesca, con todas las provisiones que recogió durante su exploración del campo de batalla en Los Ángeles)

El planeta desfalleciente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora