(Se quita la mascarilla respiratoria y traga una bocanada de aire. Sus pulmones se llenan de la toxina y esta viaja a través de su sangre, recorriendo todo su cuerpo)
(El oxígeno en la atmosfera terrestre ha disminuido en un 10% los últimos 20 años, todo comenzó con la desestabilización de las plantas nucleares)
Sobreviviente.- Soy una de esas jóvenes afortunadas que provienen de un país del tercer mundo. Nací en Latinoamérica y no en una de las potencias mundiales. A principios del siglo XXI, la gente extrañamente pensaba de esa manera. Cuando oían la palabra Europa, se les venía a la mente lujo, elegancia y sofisticación.
Pero para nosotros los SAGRC, los sobrevivientes a la Mayor Catástrofe de Radiación en la historia de la humanidad, solo nos viene a la mente el horror de Chernóbil en Europa y el de Fukushima en Asia, la misma catástrofe pero esta vez a gran escala.
Toda Europa y gran parte de Asia quedó inhabitable. Y no hubo sobrevivientes.
Latinoamérica, antes despreciada y desdeñada por la alta sociedad por el simple hecho de estar estancada en el tiempo, lejos de los grandes avances de la tecnología, ahora se había salvado precisamente por ese motivo.
Las millas de separación entre los continentes fueron el elemento clave para la supervivencia.
Sin embargo, muy pronto comenzaría otro problema que nos afectaría a todos por igual.
La hambruna. Las pestes. Y luego, vinieron las bombas.
(Empieza a tambalear, el sentido de equilibrio en su cuerpo se desestabiliza con éxito. Sus conexiones neuronales fallan)
No me queda mucho tiempo. Lo sé. De todos modos, ¿a quién le importa? No hay nadie esperándome. No hay casa. Todos murieron por la abstinencia de carne.
El hambre nos transformó en bestias.
Los humanos no podemos vivir solo de agua, y plantas, necesitamos carne.
Nuestro cuerpo necesita carne, fibra, aunque no querramos consumirlo por motivos ligados al sentimentalismo.
¿Sabéis que me da más risa? Que nosotros no teníamos ni agua ni plantas. Pero si carne.
Mucha carne.
Después de todo, Latinoamérica siempre se caracterizó por tener una gran sobrepoblación. Y yo, a diferencia de miles de niños, siempre fui una niña muy saludable. Mis padres se aseguraron de ello.
(Tose, un fluido cargado de un coágulo de sangre es expulsado de su cuerpo)
Casi preferiría haber muerto conservando mi humanidad. Pero no tengo tiempo para lamentarme. Mi almuerzo podría escapar. Y no queremos eso, ¿verdad?
(Entre los escombros, una figura menuda está atrapada, su pie está roto, sangrando)
¡Bon àppetit!
(Toma una vara de hierro oxidada acercándose a la presa, y golpea su nuca para terminar con el sufrimiento de la infeliz)
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El planeta desfalleciente ©
Short Story[Primer lugar en Historia Corta en los Heaven Awards 2020] [Terminada] El planeta desfalleciente está ambientado en un futuro post-apocaliptico, narrada desde la perspectiva de una sobreviviente de la cual no sabemos ni su nombre ni su edad. A lo la...