Capítulo 17: Cortados de raíz.

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Capítulo 17: Cortados de raíz.

ISAURA

Nos quedamos los cuatro como pasmarotes, mirando donde hace tan solo segundos había estado el sombra intentando atacarme y que ahora solo quedaba de él motitas de polvo volando entre las copas verdes de los árboles. Esto no era matarle, era desintegrarle, hacerle desaparecer, convertirlo en nada.

Una pequeña, muy pequeña ola de tristeza se posó en mi pecho. Era un sombra, él me hubiese matado de haber podido, pero aunque lo hubiese conseguido, él dejaría un cuerpo al que enterrar.

Kai fue el primero en despertar de nuestro estado de incomprensión y lo único que se oyó de su boca fue:

- Eve – tras eso, salió corriendo en dirección donde se había ido junto con Matt.

Adalia le siguió y no le costó ponerse a su altura, tanto Dayan como yo corríamos detrás de ellos hasta que una segunda pareja empezó a preocuparme más que Eve y Matt, a ellos les acaba de ver irse tras la sombra, pero ¿cuándo he visto a Malak o a Leia por última vez? Pues… antes de salir corriendo detrás de la sombra.

- ¿Dónde están Leia y Malak? – me paré en seco en el mismo momento que Eve y Matt aparecieron sumamente enfadados.

- ¿Qué os ha pasado? – dijo casi gritando Eve. - ¿Os habéis quedado dormidos?

No estaba para una regañina de Eve, quería encontrar a Leia y a Malak, quería ver que estaban bien y que podíamos ir todos a casa a que Eve nos regañara. Pero al no verles por aquí, empecé  a temerme lo peor ¿y si les había pasado algo? Adalia tenía un mal presentimiento antes de venir al viaje ¿y si era por esto?

- ¡Malak! ¡Leia! – empecé a gritar.

Todos vieron como los buscaba desesperada y se unieron a mi búsqueda. El mal presentimiento y el pesimismo empezaban a invadirme.  La respiración, al igual que mi corazón, estaban desenfrenados.

Vimos movimiento tras unos setos y un segundo después, Malak salió cargando a Leia en brazos. Solté un grito ahogado y corrí hacía ellos, no podía ser, simplemente no podía, esto era una pesadilla y parecía no acabar nunca, primero Dana y ahora ella…la angustia podía conmigo y se empezó a notar en mis ojos encharcados. 

Leía tenía los ojos vueltos del dolor, pero al menos respiraba. Eso supuso un gran alivio para mis nervios, pero estos volvieron a empeorar cuando vi una mancha negra en el pecho.

- Fue estúpida. – dijo Malak de repente y con mucho dolor en la voz. – La bola de fuego era para mí y se puso en medio.

- ¡Cállate ya! – dijo Leia con la voz apagada pero con algo de humor.

- Deberíamos llevarla a un médico, o al menos curarla, tiene muy mala pinta. – el tono de Malak asustaba, más incluso que la cara de la herida. – Es que mira que eres tonta, Leia. Menos mal que apagué el fuego rápido, si no estaría muerta.

La inundación de mis ojos al fin vio la salida. Sé que Dayan me había dicho que si no llega a ser por la magia, no estaríamos juntos. Pero ¿acaso importaba eso cuando alguien ha estado a punto de morir?

- Se curar quemaduras, saqué la mejor nota en enfermería. – dijo Eve mientras inspeccionaba la herida. – Será mejor ir a la casa, luego Dayan me llevará hasta la farmacia.

Andamos hasta mi casa con tensión, no queríamos ser vistos y mucho menos que nos volviera a atacar algún sombra. Eve y Matt encabezaban la marcha, seguidos de Kai y Adalia, la cual estaba enfrascada en sus pensamientos y parecía estar en otro sitio, en uno incluso más complejo que este, por la pinta de su rostro.

Saga Elementos IV: Destino de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora