¿Formularios?

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-Doctor!-Despierto porque escucho el grito proveniente de Leah.-Por qué trae esa cara? No me diga que Jenn..No..No!

Me acerco rápidamente a Leah y a Guadalupe, imaginándome lo peor...

-No,no,-dice el doctor-no quiero que se angustien, no es lo que están pensando, Jennifer ya despertó, y venía a decirles para que pasen a verla.

-Muchas gracias doctor-dice Guadalupe secándose una lágrima.

Los tres seguimos al doctor camino a la habitación de Jennifer, él toca la puerta y entramos.

-Jennifer, tienes visita-dice el doctor a medida que ingresa al cuarto.

Y es ahí cuando por fin la veo, ella, la mujer que mi corazón quiere, y que mi mente desea proteger está tendida en esa cama, completamente herida de pies a cabeza y con morados, magulladuras, vendas y yesos por todo su cuerpo; mi corazón se arruga, pero me parte el alma aún más al saberla tan distante, tan herida internamente, al notarla diferente, fuera de sí, cambiada, ya no es la misma Jennifer que tuve la oportunidad de conocer, no es la misma alma pacífica y empoderada que hace una semana sanó cada herida que tenía mi corazón... Ella, está....es, todo es diferente, ella está silenciada, como en pausa; sufriendo de miedo.

Jennifer no se mueve, no nos mira, no dice una sola palabra, no parpadea; sólo está recostada mirando por el gran ventanal y mientras la observo detenidamente seguro de que una lágrima caerá desde los más profundo de mi alma y le dejaré verme sufrir con ella observo como una lágrima sale de su ojo izquierdo y se desliza suave y sutilmente por su mejilla... Casi inperceptible.

-Los dejaré solos para que puedan hablar con ella-dice el doctor mientras se retira y cierra la puerta tras de él.

-Jenn, corazón-dice Guadalupe con la voz quebrada- Mi bebé, lo lamento mucho- dice y se acerca a ella por el lado izquierdo de la cama para acariciarle el rostro.

-Jennifer, estoy aquí-comienza Leah- yo sé que pasó, tú sabes que pasó, todos sabemos que pasó, pero necesito que me lo expreses verbalmente, es la única manera en la que puedo hacerlo pagar por cada gota de sangre- dice tomando la mano de Jennifer que estaba, para variar, herida- Jenn, por favor dime algo cariño, lo que sea, mírame.

No hay respuesta a la suplica de Leah, Jennifer no mira a ninguna de las dos mujeres, no les dice nada, está muy herida, más allá del dolor físico que esté experimentando, su corazón está en pena; ese monstruo la ha herido y humillado en un nivel tan extremos que tiene miedo de su propia sombra, como me gustaría hacerle entender que comprendo el dolor que siente, que estoy aquí para sanar cada magulladura.

5 minutos, 10 minutos, 15 minutos y Jennifer solo parpadeaba, miraba a la misma dirección y dejaba caer lágrimas que seguramente creía que nosotros no veíamos, pero cuando la mujer que quieres está en su punto más frágil, notas hasta cuando cambia su ritmo cardíaco. 

Yo era el único ahí que no había pronunciado palabra, que no había tratado de hacerla hablar y que no me había acercado, desde que entré a esa habitación no había movido ni un dedo, no estoy seguro de que Jennifer se haya dado cuenta si quiera de que estoy aquí. Noto como Leah frecuentemente me mira indicándome con los ojos que diga algo, y noto también que Lupe sin decirme nada, espera que yo haga algo para que Jennifer reaccione.

Pero no lo soporto más, así ellas quieran que trate de acercarme a Jennifer, yo no puedo hacerlo, la culpa no me lo permite, y estoy seguro de que lo menos que querrá ella es verme ahí, siendo yo el causante de todo este sufrimiento.

Sin más que hacer, tomo la decisión de retirarme, quizás eso le de un poco de paz a Jennifer.

-Bueno,señoras, yo les daré privacidad, me retiro-digo y siento la mirada fulminante de Leah caer sobre mí, mientras que me percato de que al decir la primera palabra Jennifer se sobre saltó como si realmente no sabía que yo estaba en la habitación. 

AMOR VERDADERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora