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El puerto de la ciudad era uno de los puntos comerciales más bellos. El olor a pescado y las risas de los jóvenes trabajadores llenaban el aire. Tenían que tomar dos colectivos y caminar varias cuadras para llegar pero nadie diría nunca de que no valía la pena.

A Pallete le encantaban los barcos del lugar, con sus franjas y redes. Había ido con Goth ya que este quería comprarle un collar a su madre pero no cualquier collar sino un collar de los Crayon.

El puesto de Fresh Crayon se ubicaba alejado de los puestos de pescados pero cerca de los comerciantes de frutas de las islas. Ahí se vendía joyerías de todo tipo: con caracolas, piedras preciosas; de plata, de oro y bronce.

El emprendedor había escapado de casa en su adolescencia y siempre estaba dispuesto a contar historias sobre su emocionante vida o ofrecer un buen plato de comida a quien lo necesitará junto con un concierto con su teclado, más si se trataba de su sobrino favorito.

El sonido de los zapatos contra el suelo de madera les daba la bienvenida a los chicos. Después de muchos saludos de conocidos del tío de Goth llegaron al puesto que buscaban pero Pallete decidió buscar algo para comer y prometió reunirse con su amigo cuando volviera.

– ¡Espérame acá! – gritó el rubio mientras se alejaba.

– ¡Está bien!

A mitad del camino, el alboroto le frenó el paso. Un gordo comerciante estaba sacando a un hombre flacucho a empujones mientras vociferaba insultos. Pallete lo reconoció como el cónyuge de Nightmare, el hermano de su protector rubio.

-¡Señor Killer!

Killer era lo que muchos podrían caracterizar como brusco y desagradable. Con las costillas marcadas y la manchada cara con aceite muchos preferían tratarlo de leproso en situaciones sociables. Lo había conocido en una festividad que había transcurrido en la vieja casa de Dream. El hombre de pelo negro y postura intimidante le presentó a Killer con una sonrisa minúscula. Este se veía incluso más pequeño y débil al lado de él.

Tanto ese día como ahora, los ojos de Killer mostraban recelo e irritación. Cuando se volteo ante el llamado contempló a Pallete de forma sorprendida para luego acercarse al chico.

– Que raro verlo aquí, ¿Cómo está? ¿Está bien el señor Nightmare?– No se podría llegar a pensar que no le habían inculcado respeto.

Pero el flaco hombre no parecía querer conversar. Ya que le espetó que podía llevarlo con Nightmare si lo deseaba.

¡Por supuesto que Pallete lo deseaba! Además, hace unos días Dream se había peleado con su hermano por un tema monetario. Ink le explicó que planeaban ir a un bosque para acampar pero por la pelea esto de vería pospuesto hasta que el rubio mayor se sintiera mejor.

Quizás Nightmare quería hablar con él y así buscar una solución para la confrontación. Así que tras la afirmativa, ambos salieron del puerto.

Goth estaba lejano de los pensamientos de Pallete. La prioridad ahora era ayudar a su cuidador y hacerlo feliz.

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Goth estuvo esperando 2 horas hasta que la preocupación ganó sobre su racionalidad y salió a buscar a su mejor amigo. Lo encontró caminando cerca de los faloras apagadas. Tenía la expresión dura y la mirada pérdida.

– ¡Pallete!– Bramó furioso Goth–. ¡Me tenías horriblemente preocupado!

Se secó las lágrimas de los ojos y ahora con más calma y de forma lenta, como si estuviera hablando con un chiquillo, añadió indeciso.

–¿Dónde estabas?

Al darse la vuelta, Goth sintió un peso sobre los hombros. Su amigo parecía mayor. El tono de voz se le antojo tosco. Pero no tenía porque dudar, ya tenía la pulsera. No era momento para armar revueltas sobre el chico perdido que era Pallete.

– Solo vamos a casa, ¿Te parece? Estoy cansado.

Lost little boy [Pallete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora