-Chicaaaaaas, ¿estais listas? - oí a mi madre gritar desde abajo. Mi hermana y Ari bufaron y yo me limité a dar un portazo con la puerta del baño - lo tomaré como un no... ¡Daos prisa, los invitados están por llegar!
Aline se había cogido la habitación de al lado a la mía que era muy vintage, muy de su rollo y Ariel se había cogido la de enfrente que era (básicamente) un armario, un baño, una cama y un gran ventanal que ocupaba dos paredes pero ella estaba más que contenta.
Mamá subió un par de horas después de que nos instalaramos para avisarnos de que habían organizado una gran fiesta de bienvenida (cosa un poco tonta ya que la tendrían que celebrar otros para nosotros) a la que acudiría gente muy importante, tanto del trabajo de papá como de la ciudad, y también los vecinos. A nosotras no nos hizo ninguna gracia, estábamos cansadas y tener que tirar ahora de fondo de armario era una pesadilla, sin contar que sería un muermo de fiesta.
Entré a mi habitación con cara mustia y abrí de par en par el armario con la ropa que acababa de colocar. Me decidí por un vestido sin mangas, de corte recto, dos dedos por encima de la rodilla y sin escote, estaba recubierto de flores beige en relieve y lo conjunté con unos tacones negros de salón con pulsera y una gran plataforma.
Me fuí a la ducha y cuando salí me seque el pelo mientras escuchaba los grandiosos gritos de mi hermana y Winter que estaban peleando por unos zapatos.
Ariel parece más hermana de Aline que yo - pensé mientras negaba con la cabeza.Me decanté por un moño despeinado, me pinté los labios burdeos y me apliqué un conjunto de sombras marrones para después dar volumen a mis pestañas.
Unos cuantos anillos, una cartera beige y ya estaba lista.
Salí de la habitación y me encontré con Aline y Ariel que salían juntas del baño.
Algo están tramando.Aline había escogido un precioso vestido azul eléctrico de corte recto, manga corta, sin escote y que le llegaba unos tres dedos por encima de la rodilla. Lo había combinado con unos tacones nude de princesa (así llamamos Al y yo a los zapatos con poco tacón desde que somos chiquititas) y de pico para después llevar una cartera negra y el pelo suelto; Winter por otro lado había optado por llevar una falda de tiro alto negra con un jersey gris ancho, llevaba una cartera gris y lo había combinado con unos Louboutin de pedrería y el pelo lo llevaba suelto rizado con un sombrero negro... Un momento, ¿desde cuando Ariel tenia unos Louboutin así?
Oh no.-Ariel, dime por favor que esos no son mis zapatos.
Ella me miro asustada con los ojos muy abiertos, me mando una sonrisa de soysuperhipermegainocenteynoherotounplatoenmivida y salió corriendo hacia las escaleras.
-¡Ven aquí hija del demonio! ¡Ariel Primrose Winter! ¡Mueve tu culo de morsa roba zapatos aquí, ya! - casi me dejé la voz pero Ariel pareció no haberlo escuchado, llegó abajo y se perdió entre el gentío que al parecer ya había llegado.
Bajé por las grandes escaleras y llegué hasta colocarme al lado de mis padres.
-Abigail, estos son el señor y la señora Gold y su hijo, Tate -empezó mi padre.
-Encantada - dije tendiendoles la mano para luego hacer lo mismo con su hijo que me sonrió y me guiñó un ojo.
Tomatito cherri en 3... 2... 1...-Son nuestros vecinos de enfrente - comentó alegre mi madre- y han traído una maravillosa cesta de galletas de esas que a ti te gustan.
-Oh, muchísimas gracias señor y señora Gold, no hacia falta - dije muy agradecida. Mamá nunca hacia galletas y yo tenía mis necesidades, ¿y que si me pasaba al otro bando?
-Llámame Agatha- dijo la mujer con una sonrisa- y no te preocupes, yo misma las he hecho, espero que os gusten.
El señor Gold, que me enteré de que se llamaba Thomas, empezó a hablar con mi padre sobre política y temas varios que, ¿para que nos vamos a engañar?, a mi me importaban más bien poco.
Estaba pensando en como me podía escaquear para ir a matar a Ariel, no sin antes pasarme por la mesa de los dulces, cuando Tate me interrumpió: -¿Te diviertes?
-Creo que no hace falta ser un genio para ver que no.
-Das completamente el pego -dijo asombrado.
-¿De que?
-De niña rica egocéntrica y borde que en realidad lo único que quiere es arrasar con todo y soltarse el pelo.
Lo miré con una ceja levantada. Notaba como la rabia iba subiendo poco a poco, ¿me acababa de llamar egocéntrica?
-¿Sabes? Al menos yo no soy el típico niño de mamá que se pone hasta el culo y su querido y millonario papi tiene que sacarle de la cárcel y salvarle el culo cada dos por tres.
-Eso me a dolido -dijó mientras ponía cara de ofendido y se llevaba una mano al corazón. Iba a decir algo cuando Agatha nos interrumpió.
-¿Porque no sacas a Abigail a bailar? -dijo con una gran sonrisa, era obvio que no sabia que tenia a un imbécil por hijo.
Oh dios mio, como odio que me llamen Abigail.Tate me tendió la mano y sin mediar palabra y con una sonrisa falsa la cogí y caminé con él.
(...)
-¡Me has pisado!
-¡Y tu me has tirado champán encima!
-¡Mis preciosos pies! ¡Cuentame que hago yo ahora cojo! ¿eh? ¡Cuentame!
-Oh dios mio, ¿¡Porque gritas!? ¡Me levantas dolor de cabeza!-¡Tu también estas gritando niña del demonio!
-¡Porque no haces más que gritarme jodido bastardo!
Nada más llegamos a la pista comenzamos a bailar, al principio hablábamos de temas sin importancia, pero poco a poco Tate fue pillando el punto de como tocarme las cosquillas y debió de gustarle mucho porque, hasta las narices (por no decir otro lado), acabé por propinarle un pisotón sin querer-queriendo. Su reacción fue de lo más normal, sí, justo en ese momento un maravilloso y oportuno camarero (recordadme que lo mate) pasaba con una botella de champán, Tate la descorchó y no se le ocurrió otra cosa que arrojarmela encima. Tuvieron que separarnos porque si hubiera conseguido darle un puñetazo más se habría visto sangre.
Tate se dio media vuelta y empezó a caminar hacia el vestíbulo, yo solté un bufido e intente secarme el vestido.
Misión imposible, adiós a mi bebé.-Abbie -levanté la cabeza y ví que quien me llamaba era Tate- ni lo intentes, ese vestido te queda diez mil veces mejor mojado - me guiñó el ojo y yo pude notar como mis mejillas ardían. Sonrisa triunfante de medio lado, media vuelta y adiós a un Tate que desapareció haciendo que cojeaba por la puerta de mi casa. Este chico me traería muuuuchos problemas.
•Abbie en multimedia.
Os quiere, Lidia.
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Can't change
Teen FictionAbbie Preston, es una chica de clase alta, vive rodeada de lujos y es una importante modelo estadounidense, el problema llegará cuando tenga que mudarse a Madrid y su mejor amiga la arrastré a cambiar de vida. ¿Podrá sobrevivir a los líos de esta ci...