Capítulo V

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Elsa pisaba la acera de los pisos de piedra, tenía una cazuela en la mano en la que habían unas frutas extrañas traídas por un mercader que visitaba Berk. Lady Valka le había debido el favor de que se las entregará a Jack que se encontraba en la armería.

Su cabello plateado iba trenzado por el frente y caía suelto en su espalda, llevaba un vestido color vino de mangas largas y suelto a partir de la cintura. Las espadas de madera sonaban a cada segundo, muchos pequeños jugaban a ser caballeros, unos pasos más allá estaba el soberbio Bocón con las monturas en su gran mano de madera.

-Hola -dijo Elsa alzando su mano como señal de saludo.

-Hola señorita Elsa -el mano de madera asintió sonriéndole en respuesta.

Fue más allá de las caballerías hasta encontrar a los guardianes de Berk salir de una especie de cuarto grande relleno de metales, hablaban y reían, pero cuando la vieron se quedaron callados. Algunos observando lo distinta que era de todos y otros en simple señal de respeto. Elsa prosiguió cuando se encontró con un chico de cabello negro y ojos grises oscuros, ella enrojeció y continuó caminando a pesar que él seguía mirándola.

Elsa recordó el día en el que Gustav, miembro de la guardia de Berk, le había entregado una carta con la confesión de amor. En ella destellaba cada rasgo de su rostro, las razones por las cuales había caído y el profundo amor que lo acechaba cada vez que la veía, pero Elsa no podía aceptar ese amor pues su corazón en ese momento pertenecía a alguien más.

Y aún le pertenece a ese alguien.

Con las manos llenas, extendió los dedos hasta empujar levemente la puerta de madera. Las bisagras rechinaron al ser separadas y su pequeño sonido de las voces masculinas y se encaminó al lugar en donde se encontraba Jack. Ella llegó a su lado, alzó la vista y se topó con... Hiccup, sintió sus dedos temblar, pero a raíz de la evasión de Hiccup, decidió centrarse en Jack.

-Elsa -dijo Jack saludándola-. ¿Qué haces aquí?

-Hola... Lady Valka me pidió que trajera esto -extendió la cazuela y Jack la tomo entre sus manos rozando delicadamente los dedos de ella. Elsa sintió el toque y un calor corrió por su piel, pero solo fue momentáneo.

Jack mordió una de las frutas y masticaba lentamente mientras veía fijamente a Elsa, sus ojos azules no se despegaban de su rostro.

Elsa observo a Hiccup desde la distancia, le parecía incómodo aquella situación. Hiccup había estado muy distante en las últimas semanas, ya no hablaban, ya no cenaba en el comedor, ni mucho menos le invitaba a salir de los muros de Berk. Ahora todo había vuelto hace como unos años, él la ignoraba y ella trataba de hacer como si no le importara.

Ella respiró tranquila y dio unos cuantos pasos, dudaba entre saludarlo o no, dudaba en sonreírle o no. Apretó sus dedos y empezó a ir cuando la mano de Jack la sujetó por el brazo hasta jalarla de nuevo a él.

-Necesito que me acompañes -le susurró mirando sus ojos azules.

-¿Es urgente? -preguntó ella pues realmente quería hablar con Hiccup.

Jack asintió con su mano haciendo presión sobre la delicada tela del vestido.

-De acuerdo, vamos -le respondió.

Elsa retiró su brazo suavemente y se alejó caminando en dirección a la puerta. Detrás de ella escuchó la despedida.

-Wolf -Jack llamó a su hermanastro y este volteó-. Ten, toma y come -le extendió las cazuelas.

La mirada de Hiccup cayó en Elsa y la vio partir junto a Jack, sus ojos verdes bajaron al suelo mientras dejaba las frutas encima de un costal para continuar con sus labores.

ALMA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora