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Félix era esa clase de chico del que todos hablan mal, y el hecho era porque ser una persona directa y un poco descarada no es que te haga un chico popular y amigable a ojos de todos, por dicha razón este solo tenía un amigo, por así decirlo el único que lo "entendía" Jeongin, apesar de ser menor y no compartir el mismo grado de Félix lo quería como si fuera su hermano menor y era con la única persona con la que prácticamente hablaba.

Hasta que las notas comenzaron a llegar, en su casillero resaltaba esa hoja doblada en forma de sobre color morado.

Al principio era normal cualquiera en el instituto tenía admiradores secretos y más si tenían un aspecto tan lindo como el de Félix que apesar de su pésimo carácter lograba dejar a montones de chicas y chicos babeando por él.

Pero la quinta nota estaba allí y quería gritar y decirle a esa persona que si no estaba cansado (porque ya le había dejado claro que era hombre) de enviar esas cartas, la cosa era que Félix no estaba nada interesado en el amor y mucho menos en un desconocido que solo le decía cosas cursis y le enviaba dulces los cuales para su sorpresa eran sus favoritos.

Pero claro que Félix jamás mostró una emoción que le diera razones para continuar con su... Conquista a dicho admirador secreto, hasta le había dejado él mismo una carta pegada en la puerta de su casillero con suficientes razones para que dejara de perder su tiempo aclarándole que no le interesaba en absoluto.

Pero al parecer el chico no entendía ó simplemente no le importaba le había dejado en claro que su personalidad tan directa lo volvía loco y que si no quería nada amoroso con él estaba bien pero que realmente quería llegar a ser su amigo, a lo que Félix simplemente rodo los ojos y acumuló la carta a su pequeña cajita que estaba en su casa y que jamás admitiría en voz alta que tenía, cómo admitir que le agradaba un poco las palabras de ese chico, eso jamás lo diría.

Notas para el imbecil que amo🍨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora