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Llegar a su casa podría ser la cosa más irrelevante en su vida, era una rutina muy difícil de cuestionar.

Felix vivía sólo con su padre quien nunca estaba en casa debido al trabajo, entró directo a su cuarto tirando fuertemente la mochila a la cama y frustrado cerró la puerta de su habitación para luego deslizar su espalda hasta caer al piso suavemente, y abrazar sus rodillas a su pecho.

Estudió toda la semana anterior, se quedó horas en la madrugada repasando y continuó divagando en Internet para encontrar más información que le fuera de ayuda.

Entonces nada de eso había válido la pena? Se sentía como un completo imbecil.
Perdió un examen tan importante, lo necesitaba y lo sabía, pero no logró nada.

¿Lo peor? Es cuando sabes que te preparaste un montón para algo y lo pierdes como si te hubieras dormido a la hora de hacerlo. Y así se sentía Felix debatido y frustrado además de la impotencia que se acumulaba en su interior.

Cuando se trataba de amor no sabía expresar nada y dicho por el no lo necesitaba, pero cuando se trataba del estudio no podía evitar querer ser bueno y superarse. Cosa que no diría en voz alta como todo lo que sentía, Felix ignoraba todo a como podía y continuaba mostrándose ligero y confiado, pero la verdad era que sentía muchas cosas y jamás aprendió a manejarlas y mucho menos a expresarlas como cuando se enojaba y mandaba todo a la mierda, se dejaba llevar sin saber medir sus actos o sus palabras o simplemente sin querer hacerlo.

Aunque Jeongin fuera su único amigo, por así decir, jamás se desahoga con él, no le gustaba compartir sus pensamientos con las demás personas, y como no sabía manejar sus emociones, prefería guardarlas dentro de sí, sabiendo que en algún momento no logrará hacer más.

Tomó su celular del bolsillo, que se encontraba sonando y miró los mensajes de Jeongin nuevos.

"estas bien?"

"te vi extraño después de matemáticas"

"Quieres venir a mi casa?"

Felix suspiro nuevamente antes de contestar, la verdad era que no se encontraba nada bien, pero no le diría a nadie sobre ello.
Reprimió con enojo sus lágrimas que amenazaban con salir y contestó.

"estoy bien no te preocupes"

"no puedo, tengo cosas que hacer. Te veo mañana en el instituto"

Se tiro a la cama a descansar y tan rápido parpadeo así mismo se quedó dormido. Demasiado cansado, así se estaba Felix, cansado.

Notas para el imbecil que amo🍨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora