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Jisoo caminó apurada por los pasillos de la escuela, tratando de no ser vista por nadie y con la escena de la clase de biología fresca en su mente.Realmente lo que estaba por hacer sobrepasaba su propia lógica y todo gracias a un sólo hombre.
Se asomó a la puerta del salón y, luego de un par de segundos de duda, la abrió.
—¿Yoongi? ¿Estas aquí?
Nada.
Pero aún así, con un poco de miedo formándose en su interior, entró de lleno al aula y cerró la puerta que estaba a sus espaldas.
Las clases habían acabado y el cielo naranja del atardecer se filtraba por las ventanas, por lo que el salón de detención del profesor Kim estaba bastante oscuro. Jisoo tuvo que agudizar su vista para ver que tenía enfrente y no chocar con nada, ya que por las dudas no debía hacer ruido.
Tuvo el susto de su vida cuando sintió una mano en su boca y un brazo que la jalaba de un tirón hacia atrás. Enseguida chilló, pero la mano en su boca ahogó todo el sonido. También pataleó, pero aquel cuerpo tenía más fuerza que ella.
Estuvo a punto de morder aquella mano y correr por su vida, pero aquella persona fue más rápida y les encerró a ambos en uno de los casilleros de la oficina.
—¿Me buscabas?
—¡Maldita sea, Min Yoongi!
Yoongi comenzó a reír y Jisoo, en el reducido espacio del casillero, intentó golpearle pero el sostuvo sus manos impidiendo eso.
—¿Para que mierda me citaste aquí?—fue directo al grano—Ah, y, ¡¿Que hacemos encerrados en un maldito casillero?! ¡Es la oficina del profesor NamJoon! Nos matarán si nos encuentran aquí.
—Tranquila, son Min Yoongi.
—¿Y eso qué?
—Tengo todo controlado—y por la poca luz que se filtraba de las rendijas del casillero, Jisoo vio como Yoongi guiñaba un ojo.
—Maldito engreído.
—Te gustan los engreídos, entonces.
—¡Que es lo que quieres!
—¿Qué?—alzó una ceja—¿Ahora necesito algo en especial para querer ver a mi novia?
Sin más, Yoongi sostuvo las manos de Jisoo a los lados de su cabeza y se asomó a su cuello, oliendo su característico aroma a lavanda y plantando un húmedo beso allí. Jisoo lanzó un tembloroso suspiro ante el contacto, pero enseguida se recompuso y alzó su rodilla, dándola de lleno en las bolas de su novio.
—¡Que mierda!—se quejó él.
—Aún sigo enojada, amorcito.
—¿Enojada porqué?
—¿Recuerdas el porqué estás en detención? ¡Nalgueaste a Park Jimin en plena clase! Encima frente al peor profesor de todos, el de biología. ¿Tienes mierda en la cabeza?
—Aw, estas celosa—murmuró con una boba sonrisa, picando con burla la mejilla de Jisoo.
—¡Te estoy hablando en serio!
—Lo hice para proteger nuestra relación.
—Wow, que lógica.
—Lo dice quién quiere que ocultemos lo nuestro.
Golpe bajo. Jisoo bajó sus brazos rendida y suspiró.
—Lo siento.
—Te entiendo, de igual manera—dijo mirándola a los ojos—La chica linda y popular con el chico rebelde e hijo de puta nunca pegan.