Capítulo 1

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Lluvia, las gotas de lluvia golpean el cristal de el auto mientras mi padre conduce con precaución ya que la carretera estaba mojada. Íbamos de camino hacia nuestra nueva casa y estaba ansiosa por llegar.

-Falta mucho para llegar?- le pregunté a mi padre.

- Si, y ya deja de preguntar- dice un poco enfadado ya que no paraba de preguntar lo mismo.

-Ok ya me callo-

  Mientras estábamos de camino hubo un gran silencio en el auto así que decidí ponerme mis audífonos. Ya con mis audífonos puestos me puse a escuchar a todo volumen How You Like That de BlackPink, amo sus canciones. Pasó media hora hasta que mi móvil se quedó sin batería y me quedé dormida con el relajante sonido de la lluvia.

Sacudida de hombros- Hija ya llegamos- la voz de mi padre se escuchaba lejana, casi en un susurro- Débora despierta- Otra sacudida de hombros pero yo ni me inmuté-¡Débora!- Gritó mi padre tan alto que me levanté sobresaltada.

-¡Yo no me comí los panesillos, lo juro!- mi padre me miró con el ceño fruncido- Ups- le Di una sonrisa inocente y el esbozó una gran sonrisa.

-Ya llegamos- Me dijo con una nota de entusiasmo.

  Salí de el coche, ya no estaba lloviendo, caminé hacia la casa- Wow- la casa se veía muy bonita por fuera, no era enorme pero tampoco era pequeña, era espaciosa y perfecta. Atravecé el porche y entré a la casa, la sala de estar era amplia y a un costado había un pasillo que llevaba a la cocina, al baño y a un pequeño estudio. Subí al segundo piso para escoger mi habitación y encontré una que tenía unas ventanas con una vista hermosa, también tenía un baño propio que era lo que buscaba ya que en la casa anterior tenía que compartir el baño con mi padre.

(...)

Ya eran cerca de las 8:00 de la noche y me encontraba leyendo cuando mi estómago gruñó y decidí bajar a la cocina. Apenas entré visualicé a mi padre ordenando algunas cosas y cuándo se volteó y me vio me dio una amplia sonrisa.

-Hola- le saludé con una sonrisa también.

-Hola, ¿tienes hambre?- preguntó

-Emmm si, un poco.

-Puedes pedir pizza si quieres, yo no tengo hambre.

-Está bien.

Llevo media hora esperando la maldita pizza y no la acaban de traer, bueno en realidad sólo han pasado 5 minutos pero me muero de hambre, lo único que he comido ha sido una bolsa de doritos y eso fue hace 5 horas, ¡CINCO HORAS!. Que el repartidor de pizzas no se asuste si me encuentra como un cadáver sentado en el único asiento que hay en toda la casa porque es culpa de él, lo voy a acusar por tortura, nunca en su vida podría hacer esperar a alguien por comida,debería ser un delito.

Cuándo el timbre sonó corrí hacia la puerta y abrí. Mi cara se transformó en una de total confusión cuando en vez de encontrarme con el repartidor me encontré con una chica y un chico, parecían de mi edad, la chica era muy linda, sus ojos eran verdes como los míos pero un poco más claros y tenía el cabello teñido de rosa chicle y el chico...Uff estaba buenísimo tenía el cabello castaño claro, cejas gruesas y los ojos de un color que no pude definir, juraría que me estaba babeando.

-Hola, soy Jessica pero puedes llamarme Jess- saludó a la chica con una sonrisa-Y él es mi primo Lucas- Señaló al chico el cuál me dio una sonrisa ladina, Dios que sexi era- Somos tus vecinos y venimos a darles la bienvenida, además traemos pastel- expresó entusiasmada.

Estaba tan sorprendida que ni siquiera había notado que traían un pastel el cuál, por cierto, se veía delicioso y era de chocolate, mi favorito.

-Oh, claro pasen- les dediqué una cálida sonrisa.

Ellos entraron y miraron a mi solitario sofá, el único lugar que había  para sentarse en la casa y los miré un poco apenada.

-Lo siento es que el camión de la mudanza se ha atrasado un poco.

-Tranquila, no te preocupes, es lo suficientemente amplio para que nos sentemos los 3- me dijo Jessica con una sonrisa dulce, esta chica era muy tierna.

De pronto volvió a sonar el timbre y esta vez si era el bendito repartidor, por suerte había pedido dos pizzas porque la verdad tenía demasiada hambre y ahora tenía invitados. Me senté en el sofá junto a Lucas y Jessica y por primera vez desde que llegaron Lucas habló.

-¿Cómo has dicho que te llamabas?- dijo con una voz encantadora.

-Oh, no lo he dicho, me llamo Débora.

-Un gusto conocerte Débora- me guiñó un ojo junto a una sonrisa seductora.

-Ignora al idiota de mi primo- dijo Jess juguetona volteando los ojos- Mejor cuéntanos por qué te has mudado.

-Bueno a mi padre le han ofrecido un buen puesto en un hospital cerca de aquí y nos tuvimos que mudar ya que en dónde vivíamos quedaba muy lejos, él es un gran doctor- Expresé orgullosa de mi papá.

  Pasamos el rato charlando hasta que se nos hizo un poco tarde y se fueron, Jessica era encantadora y muy tierna, y Lucas creí que era callado pero no pude estar más equivocada, era extrovertido y muy amable, y era un año mayor que nosotras. Iban a el mismo Instituto que yo y eso me alegró mucho ya que eran los primeros amigos que hacía.

(...)

-Hija no te acuestes tarde, acuérdate que mañana es tu primer día en la escuela, ¿nerviosa? -dijo mi papá asomado tras la puerta de mi habitación.

-Ni tanto, ya tengo nuevos amigos- Expresé alegre.

-Bueno si necesitas algo no dudes en llamarme- y con eso se fue.

Al menos no tenía que dormir en el piso ya que la cama si había llegado a tiempo. Me acosté y cerré mis ojos pensando en como me iría mañana y con esos pensamientos caí en los brazos de Morfeo.

(...)

La fastidiosa alarma comenzó a sonar dando a entender que debía preparame para el Instituto.

Primer día de escuela allá vamos...

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Espero que estén disfrutando la historia :)
Gracias por leer :3

LiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora