¡Porque te lo prometí amá! [ALEMEX]

¿Qué pedo?

México: Espaera un momento. Ale, ¿Italia es Gilbert?

Alemania: Sí, pero nunca le hablamos por su nombre real, él decidió que así fuera, no sé por qué

México: Se parece mucho a mí

Alemania: Ja, tienes razón, pero solo físicamente. Tú eres mejor

México: Gracias

Alemania: ¿De qué?

México: De apoyarme en todo momento, ahora es mi turno. Hay que ir por mi padre

Alemania: Oye, no quiero que te vuelvan a llevar ‐ le agarra la mano y se sonroja - así que tomaré ciertas "medidas"

México: S-sí

Después de un largo viaje, llegaron a casa de España. Tocan la puerta.

Argentina: ¿Quién es?

México: Yo, abre la puerta

Argentina abre la puerta de golpe, con una sonrisa en su rostro, abrazando a México.

Argentina: ¡Boluda! ¿Por qué no llegaste a la casa? ¡Nada más vas un día sin nosotros y ya te pierdes!

México: - se rasca la cabeza - Bueno, pasaron un par de cosas y—

Argentina: ¡Alemania! - lo abraza - ¿él tiene que ver con esas cosillas? - dice pícaro, mientras se separa del abrazo - ¡Estáis agarrados de la mano!

En ese momento, ambos (México y Alemania) se miran sonrojados, para separar sus manos rápidamente y con pena.

México: ¡No es lo que parece!

Argentina: Claaro - rueda los ojos - ¡entra rápido! Papá está preocupado por vos, pero shhh, que también está hablando con un amigo suyo

México: De acuerdo, gracias narizón - le revuelve el cabello mientras le sonríe -

Esta sería una de las escenas tiernas que el alemán a visto en esa casa, sino fuera por una preocupación que le carcomía y el sentimiento algo de pánico y ansiedad cuando Argentina dijo "amigo suyo".

Había vivido el suficiente tiempo en esa casa para saber quiénes eran, y quiénes no eran para nada de su agrado.

Alemania: México, creo que deberíamos ir con tu padre en otro momento

México: ¿Ale? ¡Tienes la respiración descontrolada! ¿qué pasa?

Alemania: Creo que sé quiénes están con tu padre y no es buena idea ir con ellos

México: Ale, - suspira - vamos, España tiene que saber que estamos a salvo

Alemania: ¡No México! ¡No podemos ir ahora!

México: - toma a Alemania de los cachetes y lo acerca a ella - ¡Escúchame bien! ¡Desde pequeños hemos pasado por muchas cosas juntos! ¡No importa lo que pase si estamos juntos en esto! ¿De acuerdo?

Alemania: Sí - agarra las muñecas de México y sonríe  - Vamos

España: ¡¿Qué cojo...?! ¡¿Alemania?! ¡¿México?!

Alemania/México: "Mierda"

URSS: Что тут происходит? (¿Qué está pasando aquí?)

La voz de aquel hombre era muy fuerte y profunda, algo muy sensual si no fuera por su aspecto tosco y de cuidado.

Ambos tricolores estaban sudando frío, no sólo se iba a malinterpretar esa situación, sino que ahora sí no tenían excusa para lo último.