Amor Secreto Indescriptible (KiritoxSinon)

Perdoname hermano

Atención lectores: Este capítulo lo creo más para hablarles sobre un tema algo delicado pero bueno a la vez y se tratara sobre las amistades de la gente, así que tal vez puedan compartirlo con sus amigos o leerlo junto a ellos.

Kirito se encontraba en su casa junto a su esposa Sinon los cuales estaban disfrutando de un buen aperitivo por la tarde.

Kirito: ¿Te parece bien si invitamos a los demás para reunirnos de nuevo? -pregunto el mirando a Sinon-

Sinon: Me parece bien claro -respondio ella con una sonrisa en su rostro-

Pero sin previo aviso el sonido del teléfono los saco a ambos de sus pensamientos, era el de Kirito y específicamente el número de Kureha su secretaria.

Kureha: Señor Kazuto, eh Kazuto. Temo molestarlo en su día libre pero tiene una cita de emergencia -informaba ella al otro lado del teléfono-

Kirito: No te preocupes Kureha, dime quién es

Kureha: De eso se trata, no es alguien que haya venido antes, dice que solo quiere tener una cesión con usted

Kirito: Solo una, bueno creo que tendré que ir, llegó en unos minutos -dijo colgando el teléfono-

Sinon: Espero que no sea nada grave, cuídate amor

Kirito: Claro, siempre estoy atento a todo, regreso en unas horas -dijo despidiéndose de ella con un beso en los labios-

Al salir de la casa Kirito pensaba en varias cosas al azar y sin importancia. El llegó al despacho y se encontró con Kureha que le informo que el paciente estaba ya en la habitación.

Kirito: Bien, solo será una o dos horas

Al entrar vio a un hombre de unos veinte años de edad aproximadamente, con una barba apenas notable y con los ojos irritados.

Kirito: Buena tarde -dijo el al apenas verlo-

--: Buena tarde doctor, me informaron que era su día libre, por favor disculpeme, solo quiero una cesión pero es urgente

Kirito: No se preocupe, estaba algo aburrido en casa, puede recostarse en ese mueble de ahí -dijo señalando el tipico sofá recostable que hay- Primero dígame su nombre por favor

--: Mi nombre... Es Peter -dijo el mirando al techo-

Kirito: Muy bien joven Peter, dígame que lo ha traído a mi consultorio -decia el pelinegro anotando en su libreta-

Peter: Vengo, por qué no me puedo quitar una culpa de encima, no puedo quitarme este peso

Kirito: ¿Usted cometió algún delito?

Peter: No, claro que no. Vera, desde hace tiempo que todo en mi vida cambió, comenzaré desde el principio si no le molesta

Kirito: Ese es mi trabajo

Peter: Está bien...

Llegue a un colegio nuevo para mí, era el mejor de la zona si se podía describir de algún modo. El punto es que no me preocupaba el hecho de estar solo pero entonces ví a todos en el lugar conociéndose entre ellos y socializando, eso me puso a pensar en que debía tener algún amigo o al menos alguien con quien hablar.

Pase unas semanas solo, fue cuando conocí a un tipo que no pensé que sería un amigo para mí. El era el más alto de la clase, su nombre era Alonso.  Al principio crei que sería un tipo con carácter de lo más molesto o de lo más intimidante, pero al comenzar a hablar ví que éramos de lo más parecidos.