Capítulo 37: Recta final, parte 2.

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No hubo señal de partida, ambos en un abrir y cerrar de ojos chocaron puños agrietando el piso con solo su poder. Tu corazón latía de forma rápida mientras tratabas de conectar si quiera un golpe, sin que dieras la oportunidad de ser golpeado. 

Las ondas de choque provocaban que los cimientos de la fábrica retumbaran en lo más profundo, Eiji seguía atacando sin descanso — Eres un dolor de cabeza —. Rompió tu defensa y te golpeó en el estómago.

Habías detenido el golpe con ambas manos, lo sujetaste con fuerza — Esa debería ser mi línea —. Ocupaste la propulsión en tus pies y lo pateaste en el cuello quebrándoselo.

Eiji regeneró su herida y volvió al combate, antes de que se acercara fue atravesado por un montón de espadas que perforaron su cuerpo. Acortaste la distancia y dejaste caer una andada de golpes. Eiji provocó una explosión que los separó — Ya me cansaste ¡Railgun death march! — Disparó un potente haz de energía concentrada.

Concentraste tus llamas — ¡Blast burn! — Ambos ataques colisionaron, la presión era arrolladora.

Ambos ataques se empujaban con fuerza, Eiji comenzó a liberar cada vez más energía — ¡Estás acabado! — 

Sonreíste — Yo no estaría tan seguro... — Los Ex core atravesaron el pecho de Eiji provocando que recibiera el ataque de lleno, seguiste empujando hasta destrozar la pared — ¡Vamos! ¡Ese ataque no pudo haberte derrotado —. Los Ex core comenzaron a recargarse.

Eiji hizo estallar los escombros — Ahora sí que me hiciste enojar, cuando acabe contigo...

Hundiste un puñetazo en su rostro — Cierra la boca de una vez —. Comenzaste a atacar con todo lo que tenías, golpeándolo sin dejar que contraatacara, notaste que la fábrica estaba cubierta de aquella sustancia, estaban aislados.

Eiji hizo aparecer unos tentáculos de su abdomen provocando una apertura, ambos se golpearon en el rostro sin si quiera retroceder. Siguieron chocando y golpeándose sin descanso, en los pocos segundos que tenías respirabas para ir acompasando tu respiración y tu pulso. El dolor en tu ojo izquierdo y tu brazo derecho estaba volviendo. Eiji hizo aparecer 10 esferas de plasma — ¡Rairyuu! —  Los dragones se fueron contra ti.

Comenzaste a respirar — ¡Rengoku no Hyaku Ryuu ha! Los dragones comenzaron a golpear a los de plasma provocando pequeñas explosiones que comenzaron a sacudir los cimientos de la fábrica.

Eiji apareció con una guadaña de plasma, hiciste aparecer una espada para bloquear el ataque, lo pateas en el estómago para alejarlo, pero por debajo fuiste golpeado por uno de sus dragones de plasma, para posteriormente ser alcanzado por una patada en el cuello por parte de tu tío. Sentiste un horrible dolor que recorrió hasta la punta de tus pies, pero no era el momento de perder la consciencia. Tu regeneración se enfocó en la zona más dañada para que siguieras rindiendo en batalla, le arrojaste tu espada en el abdomen a Eiji.

Ambos estaban a una distancia prudente Eiji volvió a hacer aparecer las esferas eléctricas — Esto es inútil, nada de lo que hagas podrá matarme, yo soy el cuerpo definitivo y ahora mismo me encargaré de que lo comprendas —. Hizo aparecer una enorme lanza, las esferas se encogieron y comenzaron a rotar cerca del mango, con un solo empuje envió un rayo tan poderoso que perforó tanto la pared como la sustancia que cubría la fábrica, esta última se regeneró de inmediato — Con un solo ataque puedo encargarme de ti, ya no me interesa tu cuerpo, conseguiré algo mejor o por último le daré un buen uso a tus restos —.

Habías terminado de curar tu cuello, reforzaste la armadura para que mantuviera tu brazo en su lugar — Haz lo que quieras, creo que ya descubrí como derrotarte —.

Mi amiga, mi heroína. // Yaoyorozu x Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora