Lo primero que pudo deslumbrar cuando llego a Desembarco del Rey fue que la fortaleza Roja ya no era roja y ahora lucía un níveo color blanco. También que todo parecía bajo una luz nueva y los niños de las calles ahora estaban un poco más regordetes de lo que estuvieron una vez, pero también el folio de pergaminos que llevaban bajo el brazo era un cambio notable.
Después de la bienvenida en el castillo con los miembros del consejo se dirigió hacia donde Bram y Tyrion se encontraban mirándola fijamente para saludarlos. No pudo contenerse y abrazo a su hermano pese que el protocolo fuera roto, después de eso Brianne se ofreció para llevarla a sus habitaciones, cuando llegaron pudo notar que se encontraba en la torre oeste y no pudo más que sonreír levemente al recordar su petición.
- Los Lannister siempre pagan su deuda. – murmuró ella pasando una mano por el respaldar de una silla.
- Sí, al final siempre lo hacen – dijo Brianne sonriendo.
- ¿Cómo está Juliette?
- Grande y temperamental.
- Me alegra. – contestó Sansa. – Quiero ver a esa pequeñuela ¿Tyrion la reconoció como su hija verdad?
La caballero sonrió mientras asentía.
- Dijo que era lo mínimo que podía hacer en memoria de su hermano.
- Tráela más tarde, quisiera conocer a la pequeña Lannister.
- Claro milady. Me retiro. Ah, Bram ha instaurado que en la cena todos nos reunamos. Se ha convertido en una tradición, milady, es a las 7 pm en el salón azul. – contesto la alta mujer dejándola sola. – Pronto llegarán sus damas de compañía Milady.
La reina pelirroja sonrió mientras se quitaba los guantes y los lanzaba a un lado, era temprano y realmente quería explorar el castillo por sí misma, aquel lugar era el sitio donde sus más grandes pesadillas tenían escenario y realmente quería ver las renovaciones que hubiera hecho su hermano. Así que se quito su estola de piel y su capa negra para salir a explorar ya que comenzaba a sofocarse.
Comenzó a atravesar distintos pasillos hasta que logró salir al exterior, por suerte su memoria no fallaba y no tardó en lograr ver de nuevo aquel hermoso jardín que daba a un peñasco junto al mar. Aspiró lentamente la brisa marina mientras trataba de orientarse, comenzó a caminar lentamente mientras miraba el mar y trataba de disfrutar el momento de soledad. Se preguntó que habría sido del cuerpo de su padre luego de ponerlo en una lanza ¿los buitres se lo habrán comido todo? Torció la boca ante lo agrio y doloroso del recuerdo.
- Milady. – dijo alguien a su lado.
Volteo su mirada a su derecha pero no había nadie, sabiendo quien era inclinó su rostro para verlo. Tyrion le devolvió la mirada algo curioso, ella se detuvo su mirada en la cicatriz que le cruzaba el rostro y el desorden de cabellos dorados que coronaba su cabeza.
- Tyrion. – saludo ella haciendo una pequeña inclinación.
- Milady ¿Puedo acompañarla?
La relación con el Lannister era cordial y hasta amistosa vía carta, pero Sansa no sabía cómo comportarse al tenerlo al lado. Luego de todo lo sucedido no sabía cómo comportarse, ella sonrió recordando otros paseos que ya habían tenido en ese mismo jardín.
- Claro, milord.
El último de los Lannister sonrió antes de seguirle el paso a su lado. Era algo que siempre recordaba de él, nunca la adelantaba demostrando que él era el hombre desde que se casaron siempre le trato como a un igual y no como un objeto y eso en una niña quinceañera recién casada a la fuerza era un gran detalle.
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Redención (Game of Thrones)
RomanceSansa y Tyrion siempre han tenido un pendiente en su vida. Un asunto sin concluir. Palabras que siempre tuvieron que ser dichas y nunca fueron pronunciadas. "De mis maridos fuiste el mejor" "Tu no eras un príncipe, simplemente eras Tyrion"