Capitulo 6: El León y La Loba

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Tyrion se levantó al día siguiente, taciturno, con los ojos rojos y grandes ojeras. Decidió declararse enfermo y permanecer en cama con varias botellas de vino. Cuando Sansa tocó a su puerta para preguntarle cómo se sentía, él fingió dormir para no atenderla. Finalmente se marchó. Pero volvió en la noche, esta vez no tocó y entró con una charola con sopa. Tyrion en ese momento si estaba dormido de verdad, por lo que Sansa lo despertó zarandeándolo.

- Te traje sopa. Pero parece que no estás enfermo. Solo con resaca. – dijo ella mirándolo seriamente.

- Un poco. – contestó él sentándose en la cama y recibiendo la charola de Sansa sobre sus rodillas. – No debiste molestarte.

- ¿Qué te paso? Cuando te deje anoche estabas bien.

- ¿A qué te refieres?

- Te escondes en tu habitación para embriagarte. Es obvio que algo te paso.

Mereces algo mejor, no a un enano como yo, una aberración de la naturaleza.

- No pasa nada. – contestó el agarrando la cuchara. – Deberías irte. No es respetable que una Lady como usted este sola en un cuarto privado con un monstruo como yo.

- ¿Monstruo? – repitió Sansa extrañada. - ¡Tú no eres un monstruo!

- No, soy peor. Ahora es mejor que te vayas, Milady.

- Tyrion... -musitó ella extrañada.

- Por favor Milady...

Contrariada ella se levanto del borde la cama y se dirigió hacia la puerta.

- He pensado que debería irme al Muro dentro de 2 días. Es lo mejor.

- Como quieras. – contestó ella al cerrar la puerta.

La cuchara hizo un sonido tintineante cuando chocó contra el plato.

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Los siguientes dos días Sansa no vio a Tyrion, él con su sequito de Desembarco del Rey alistaron lo necesario para seguir al Muro. Durante la audiencia del último día varios pudieron notar a la reina distante y que varias veces se distraía mirando la silla vacía a su derecha. Lucía algo triste.

Esa noche hubo un banquete para despedir a la comitiva de Desembarco del Rey, pero Tyrion solo brindo por un excelente viaje y se retiro a sus habitaciones. Ella no probó bocado esa noche quería retirarse pero como anfitriona no podía retirarse hasta que sus invitados se retiraran, pero no tuvo que esperar tanto ya que una brisa muy fuerte hizo que una ventana alta se abriera y su copa de vino se tambaleara hasta caer en la mesa manchando la superficie y cayendo sobre su vestido. Varias sirvientas se precipitaron con servilletas pero ella hizo un ademán de que no hacía falta.

- Mis invitados. – dijo ella en voz alta. – Me retiraré de la cena, ustedes pueden seguir bebiendo y comiendo lo que quieran. Que descansen.

Salió del Gran Comedor y cuando iba caminando hacia sus habitaciones escuchó una voz que reconocería en cualquier lado.

- El enano se va mañana. – decía Cedric a otro guardia. – Y pensar que solo necesite compartir unas palabras con él una única vez.

- ¿Qué le dijiste para que saliera corriendo como gallina?

- La verdad, que era un monstruo y que debía alejarse de Sansa. Que ella no merece a un ser como él a su lado. Esa aberración al final tiene un punto débil.

Redención (Game of Thrones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora