CaPíTuLo CuAtRo

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Jan Di

¡¿QUE RAYOS PASÓ?!

–¿Que hago aquí?¿Por que esto con esta ropa?¿Donde estoy?

–Estás en mi casa–dice él mientras se levanta de su asiento –Y lo que pasó ayer, eso es algo muy gracioso. ¿Enserio no lo recuerdas?

En ese instante unas imágenes vinieron a mi cabeza como flashes.

Yo tomando quien sabe que cosa, yo en él baño. Yo vomitando sobre Jum Pyo. Yo delirando.

–¡Oh no!–digo negando con la cabeza y mi rostro entre mis manos –Dime que no es cierto.

–Oh si, lavandera, me debes unos zapatos nuevos.

–Tu planeaste esto–digo levantando la cabeza y señalándolo–Me emborrachaste a propósito.

–Claro que no–dice dejando la taza en una mesita–Simplemente así se dieron las cosas, lavandera.

–Deja de llamarme así, rulitos–espeto.

–¿Tienes hambre?¿Deseas algo en especial para desayunar? La servidumbre se encargará, ¡Mayordomo Lee!–dice él.

– No quiero nada–digo volteando la mirada para no verlo. En eso oigo como se abre la puerta, volteo la mirada y me encuentro con un señor de edad avanzada.

–¿Si joven amo?–dice haciendo una leve reverencia. ¡Por Dios! ¿A caso es este idiota un príncipe? (Pues socialmente lo es) (Cállate maldita conciencia)

–Tráigale él desayuno, a esta–dice señalándome con la mirada –Y una aspirina también.

Él señor asiente y sale de la habitación. Yo me le quedo viendo incrédula.

–¿Qué tu no haces nada por ti solo?–digo levantándome de la cama.

–Nunca he tenido la necesidad de hacerlo ¿Por qué?

–Idiota–digo por lo bajo.

–¿Te recuerdo que aún me debes mi traje y los zapatos, lavandera?–dice mirándome con una ceja alzada.

–Joven–el mayordomo Lee entra.

–¿Que pasa?–pregunta volteando a verlo.

–Su madre...
–¿Que pasa con ella?–pregunta él.

–Acaba de llegar, joven...

–¡¿Qué?! ¿Tan pronto?–Dice alarmado – Distráela.

Toma mi mano haciéndome levantar de la cama.

–¿Que sucede?–digo siendo arrastrada.

–Cállate–suelta mi mano y abre una puerta café. En él pasillo se ven a dos hombres vestidos de negro. Él me empuja de nuevo a dentro de la habitación y cierra rápidamente la puerta–Quédate quieta, no te muevas.

–¿Qué está pasando?–vuelvo a preguntar ya cansada de su comportamiento –¿Qué sucede con tu mamá? No me ignores idiota.

–¡Has silencio por favor!–se sienta en él sillón frente a mi–Mi madre no debe saber que estás aquí ¿Entiendes?

–La verdad, no–digo mirándolo de frente.

–Bueno, no esperaba que lo hicieras–pone sus manos en su rostro. Luce frustrado.

–Quiero irme a casa–hablo y él levanta la mirada–Mis papás deben estar preocupados.

–Mi secretaria los llamó anoche–dice el–Como ves no podía llevarte a tu casa en él estado que estabas.

–Y no entiendo por que lo hiciste, ¿Por que me ayudaste?

–No lo hice por ti si es lo que piensas–se levanta y camina otra vez hacia la mesa. Esta vez tomando él teléfono. Lo Veo marcar unos números y luego se lleva él teléfono al oído. ¿ A quien llama?

Jum Pyo

–Emergencia–digo a los chicos, ya que estamos en una llamada múltiple.

–¿Que?–oigo la voz de Ji Hoo al otro lado de la línea.

–La bruja volvió a casa–digo y volteo mirando a la lavandera– Y la lavandera está conmigo.

–¿Que?–esta vez es Yi Jung–Jum Pyo si te llega a agarrar...
–Estás muerto–finaliza Woo Bin. ¿Y acaso creen que no lo sé?
–Vamos para allá –dicen a la vez y la llamada se corta. 

Maldición. ¿Porque justamente tenia que llegar hoy?

–Tenemos que cambiar tu imagen–digo viéndola directamente.

–¿Qué?

–Si mi madre te ve así, sería él fin, y mucho mas si sabe quien eres.

***

Una hora. Eso es lo que han durado en arreglar a Jan Di. La cual ahora se encuentra sentada en él sillón de cuero de mi habitación. ¿Que estoy haciendo yo? Pues camino nerviosamente por mi habitación, mientras que Woo Bin está parado frente a la ventana, Ji Hoo jugando ajedrez y Yi Jung pues él... Solo está haciendo que mis nervios crezcan.

–Me pregunto que hará tu madre  al enterarse que tienes a una chica como Jan Di en tu habitación –dice Yi Jung caminando con una sonrisa en la cara.

–Te apuesto mil a que mañana por la mañana Jum Pyo será enviado a Alaska–dice Woo Bin mientras ve él globo terráqueo de la mesa.

–Yo apuesto tres mil, pero al Polo Sur–dice Yi Jung, mientras que yo me llevo las manos a la cara.

–Pero antes contratará un matón –oigo decir a Ji Hoo.

–¿Qué?–habla con temor la lavandera–No creo que sea tan mala ¿No?

–¿Recuerdan aquella vez en él campamento?–pregunta Woo Bin.

–¿Como olvidarlo? Casi morimos ese día –Dice Yi Jung. Y yo, yo recuerdo aquella vez.

–Los cuatro fuimos a un campamento. Pero tan aburrido que nos escapamos y nos fuimos a una casa de verano de la familia de Jum Pyo–empieza contar Woo Bin– Estábamos tan felices de haber escapado de aquel lugar que empezamos a jugar a una pelea de almohadas. Cuando de pronto irrumpieron a la casa agentes del gobierno y con pistolas nos sacaron de la casa. Y adivina la sorpresa. La madre de Jum Pyo venia con ellos. Desde entonces tratamos no llamar la atención de su madre.

–¿Que?–dice con una expresión severa la lavandera.

Los nervios vuelven a mi y camino con desesperación por la habitación. Esperando que él momento llegue. Mi hora a llegado señores y señoras. Este será el final del gran Jum Pyo. Y quiero aclara que amo a todas mis fans. (¿Cuales fans idiota?) me giro rápidamente al escuchar él pestiño de la puerta. Todos miramos fijamente como la puerta es abierta. Él tiempo se me hace eterno. Esta bruja siempre sabe como hacer sufrir de espera s los demás. En especial a mi.

Maldición. Ya esta aquí.

La puerta se abre con lentitud y firmeza y él momento esperado llego. Mi madre. O como prefiero llamarle. La bruja... Ya está aquí.










Enamorados Esta Vez |F4#1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora