Ceder

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El sudor caía por su frente, empapando su ropa y cabellos negros. Otra vez el entrenamiento al que su padre lo sometía era duro, pero necesario si quería tomar su lugar como general algún día. Para ello debía ganárselo. Por eso entrenaba sin cesar, a pesar de solo tener quince años.

- Descansemos 10 minutos- Avisó el instructor, permitiendo que sus alumnos pudieran suspirar aliviados.

James se dejó caer sentado en la suave hierba, cansado.

- Día agotador ¿Eh?

Una sombra tapó su visión, mientras le extendía una mano, la reconoció de inmediato, la aceptó sin dudar.

- Lo dice el privilegiado que no debe mover ni un dedo- Se levantó con su ayuda- ¿Qué haces aquí, Erick? ¿No tienes que estar en tu clase de política aburrida o algo?

El castaño le sonrió.

- Me dieron un descanso también, y no estoy privilegiado, a diferencia de ti yo entreno cerebro en vez de músculos.

- Pues deberías entrenar también músculos, estas muy flaco- Golpeó su hombro amistoso.

- Auch- Se quejó este- Y tú deberías leer un libro de vez en cuando.

- ¿Y quién no dijo que no lo hago? Si quiero ser el mejor debo entrenar en todos los aspectos. No todos tenemos el futuro asegurado, príncipe.

- No me llames así ¿Y seguro que entrenas tu cerebro solo por eso? Escuche el otro día que a Drake le gustaban los chicos inteligentes, y al día siguiente tu ya estaba sacando un montón de libros de la biblioteca- Lo codeó, molestoso.

- Eso... eso solo fue una coincidencia- Contestó avergonzado.

- Ya claro- Rió- También escuche que se volvió a escapar, deberías encontrarlo antes de que lo recluyan en su torre como castigo, noble caballero.

- Ese irresponsable, le dije que no hiciera ese tipo de cosas si no deseaba lidiar con las consecuencias luego- Suspiró.

- Bueno, no lo culpo, yo también deseo escapar a veces. Somos jóvenes aun James, cometemos locuras, y estamos en nuestro derecho- Se encogió de hombros.

- Eres demasiado condesciéndete con él, Erick.

- Bueno, también es mi amigo- Sonrió- Bien creo que es hora de volver, mi descanso está por terminar- Miró su reloj- Por cierto, este finde semana habrá una fiesta en la isla.

- Adivino ¿Drake? – Rodó los ojos.

- Sabes que le gusta divertirse.

- Le gusta demasiado "divertirse"- Gruñó.

Erick descifró de inmediato el tono celoso oculto en las palabras de James, sonrió.

- Si no te gusta verlo coquetear con otros deberías decirle- Aconsejó antes de irse.

El pelinegro se quedó estático ¿Era tan evidente para todos? Llevó una mano a su rostro, necesitaba refrescarse, fue hacia los lavados, pero antes de si quiere acercarse. Unos ojos intensamente dorados le interceptaron.

Retrocedió un paso por reflejo. Drake se encontraba observándolo de cabeza, su cabello acaramelado colgando en dirección al suelo, ahora lleno de pequeñas hojas. Sus piernas colgadas de las ramas de aquel árbol.

- ¿Quieres ir a divertirte?

Fueron las primeras palabras que salieron de sus labios tentadores, cerca de su rostro, habían estado muy cerca de chocar, de no ser por su instinto lo habrían hecho. Ahora maldecía internamente sus reflejos.

- Volviste a escapar- Le reprochó.

- Me aburria ¿Vienes conmigo o no? Aunque no tienes opción, si te niegas te raptare de todas formas- Sonrió travieso.

Esas sonrisas que deberían estar prohibidas, pensó James.

- Estoy en medio de un entrenamiento, Drake.

- Oh vamos, solo serán unas horas- Rogó haciendo un puchero- Además si vienes evitaras que haga más locuras, tu eres la voz interior que me dice que esta bien o mal.

- Siempre haces muchas cosas cuestionables, Drake.

- ¡Ves! A eso me refiero, ven conmigo, Jimmy... - Lo llamó con voz melodiosa y cariñosa.

El pelinegro se maldijo internamente, al no poder resistirse cuando el otro lo llamaba de esa forma.

- Solo unas horas.

Siempre terminaba por ceder ante él. 

Horns [Hades x Lucifer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora