Horns [Hades x Lucifer]

Fiestas y provocaciones

Cuerpos sudorosos, pegados y en movimiento, la música llena sus sentidos, al igual que el olor a tabaco y alcohol.

Es una buena fiesta, alocada, de esas que recuerdas toda la vida, pero desearías olvidar a la mañana siguiente.

Se encuentra bailando pegado a una chica, no sabe ni su nombre, ella se acercó en algún momento de la noche y se quedó. Cuando ella se presiona contra él, siente sus mejillas arder, pero no es por sus acciones, no. Sino por la intensa mirada a sus espaldas, esos ojos intensamente azules que seguramente lo observan con furia.

No pasa mucho tiempo hasta que esa mirada intervenga. Su mano es sujeta con firmeza. 

- Ya es hora de irnos, estas muy borracho- James lo regaña y lo aleja de aquella muchacha. 

Él sabe claramente que no está borracho, al menos no del todo, puede mantenerse en pie luego de beber un licor que es mortal para la mayoría de las criaturas, eso es un logro, deberían premiarlo por ello. 

Ignis, al parecer el licor venia de esa dimensión, o quizás otra, su mente no está totalmente segura de nada en esos momentos. Aunque, hay algo que siempre enfoca sus neuronas en un solo y único asunto. James...

- Sabes que no lo estoy- Rodea el cuello del pelinegro con sus brazos. Consciente de lo que provoca en el contrario, está consciente hace mucho tiempo, y mentiría al decir que nunca se ha aprovechado de esa debilidad. Y que desea que James de el paso primero.

El pelinegro se queda estático, como siempre, incapaz de procesar del todo las intenciones de Drake.

- Tal vez, pero ha sido suficiente fiesta para ti. No quiero que esta sea una de esas noches contigo vomitando y yo sosteniendo tu cabello- Opta por actuar como siempre.

Grave error. 

- Tsk... No puedo contigo- Chista molesto el ojidorado. Soltando su agarre- Necesitó un trago- Va a la barra dejándolo solo.

Le ha dado muchas señales, vaya que se las ha dado, lo invita a salir, se escapa para estar a su lado, se insinúa, hasta trata de sacarle celos. Pero James es incapaz de dar el paso y eso le molesta, siempre es él quien lo busca, nunca al revés.

Esa rutina de mejores amigos con tensiones sexuales no resueltas, aunque divertida, le está pasando factura.

- James te va a regañar- Alguien le quita el vaso de las manos, sin darle tiempo de reaccionar.

- Eso es mío- Lo fulmina con la mirada.

- Ya no- Erick le saca la lengua y se bebe el contenido de un trago.

- Muy maduro de tu parte- Drake rueda los ojos.

- Mira quién habla de madurez. Eres el menos indicado aquí- Ríe el chico- ¿Por qué tan esquivo? ¿Acaso te acaban de rechazar?

- Para tu incumbencia me sobran los pretendientes.

- Sabes que no me refiero a eso- Lo codea.

Drake suspira.

- No he tenido suerte hoy- Dice mientras pide otro trago.

- Deberías ser más directo si quieres atraparlo. James es algo lento para estas cosas.

- ¿Y dejársela fácil a si sin más? No gracias.

Erick niega, para él sus dos amigos son un par de idiotas tercos.

- Entonces no te quejes. Ya veo que te gusta sacarle de quicio con tus provocaciones.

- Hey, eso suena mal. Lo haces sonar como si jugara con él.

- ¿Acaso me equivoco? – El castaño alza una ceja.

Drake bufa, y bebe de su trago, mientras su mirada se enfoca en la pista de baile, donde aún esta James. El chico parece tener problemas para rechazar a una chica que lo invita a bailar, sonríe, podría ir y armar un escándalo, alejarlo de esa mujer que busca tentarle, pero no lo hace. Porque si hay algo seguro, es que James solo tiene ojos para él.

Logra quitarse a la chica de encima, luego de la tercera negación. Voltea, posiblemente buscándolo. Sus miradas se cruzan, James frunce el ceño probablemente molesto por ver que sigue bebiendo. Debe admitir que le fascinan esos ojos color zafiro, que siempre lo observan con fiereza y reproche. Le guiña un ojo, coqueto, en respuesta.

Quizás Erick tenga razón, y le gusta jugar con él. Bueno... solo un poco.