2: "Sentencia de amor."

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Un estruendoso golpe resonó por todo el gran salón, donde anteriormente se estaba llevando a cabo una pequeña fiesta entre el rey y los nobles más cercanos

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Un estruendoso golpe resonó por todo el gran salón, donde anteriormente se estaba llevando a cabo una pequeña fiesta entre el rey y los nobles más cercanos. El sonido lo produjo cuando un cuerpo fue tirado a los pies de Kim.

YoonGi volteó rápidamente, ya que estaba de espaldas al rey hablando con una de las sirvientas.

— Su majestad, este día le traemos a este —cortó la frase allí, solo para propinar una patada en el estómago del hombre tirado en el suelo, quien se obligó a reprimir el quejido, negándose a manchar más su dignidad— asqueroso sodomita. Intentó seducir a uno de sus guardias; sin mencionar que este ser repugnante y asqueroso vende su cuerpo constantemente, mancha la tierra en la que vivimos y daña a nuestros hombres. Simplemente repulsivo. Exijo su castigo a este criminal.

El rey Kim levantó la ceja altivo, lleno de esa prepotencia que tanto le caracterizaba y con brusquedad jaló el cabello del joven levantando su torso del suelo, obligándolo a quedar arrodillado hacia él y por completo a su merced.

YoonGi sintió su corazón encogerse en cuanto vio el rostro de la persona que había rondado su mente los últimos días. Todas las personas que se encontraban allí quedaron en un pulcro y tortuoso silencio, expectantes por lo que podía pasar en el lugar. Por supuesto, juzgandolo también, la iglesia y la religión condenaban y llamaban "impuro" el acto de gustar de personas del mismo sexo y aún más de practicar la sodomía.

Entonces, las palabras del guardia que trajo al joven llevaron su mente a los recuerdos de aquella vez que lo ayudó en el callejón. Y recordando, pensó que tal vez, solo tal vez, había sido cierto de que el joven era culpable viendo la situación actual.

A pesar de ese pequeño pensamiento, YoonGi sintió miedo, SeokJin era capaz de tomar su espada y darle fin a su vida allí mismo. Tuvo el impulso de interrumpir la escena, sin embargo se detuvo cuando dio el primer paso: ¿con qué excusa podría hacer tal locura y poner en riesgo su propia vida? Se preguntó.

— ¿Por qué sedujiste a uno de mis guardias? —Dijo el rey, con la voz más suave que nunca habían escuchado y ocasionó un largo escalofrío en las personas presentes.

El chico no contestó, tan solo lo miró con odio y rencor, sus mejillas se tornaron de un color rosa debido a la impotencia que sentía dentro de su ser. No había notado la presencia de aquél guardia guapo que lo salvó hace unas semanas, lo único que podía hacer era mirar los ojos ámbar del rey, tan vacíos y empapados de frialdad. No le tenía miedo, y Kim al notar esa mirada sin temor alguno sintió su orgullo resquebrajarse.

— ¡Contéstame, maldita ramera! —Gritó con cólera, esta vez jalando más los cabellos rubios hacia atrás, ocasionando una inclinación dolorosa que le sacó al joven sometido un jadeo—. Te preguntaré una vez más, y si no me respondes —inclinó su rostro hacia el contrario, dejando tan solo unos centímetros de espacio—, juro que vas a lamentarlo —finalizó, escupiendo esas palabras con todo el odio que podía— ¿Por qué lo sedujiste?

Bajo Llave - [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora