ciclo lunar

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Estoy harto de malvivir el siglo XXI, vivir siempre ocultándome de los demás, escondiendo mis emociones, no amar a mi prójimo, todo eso.
Ya me canse.
Pero ¿qué puedo hacer al respecto?
No tengo la fuerza para hacerlo, no tengo a nadie que me ayude tampoco.
Es un caso perdido.
Soy un caso perdido
Un hijo de la luna, después de todo.

O al menos así lo creí.
Ese día ella me escribió un mensaje, me tomo por sorpresa, jamás me había pasado antes.
Tenía miedo de conversarle, ya que no la conocía del todo bien, además no sabía de qué facción era ella.
Parecía tener un poco de amabas.

Pero ya que ella se había tomado el tiempo de contestarme, debía escribir algo, por respetó.

Entonces le escribí de vuelta, pero ella de nuevo respondía mis mensajes rápido.

No sabía qué hacer, jamás había estado en esta situación, siempre tuve muchos temas de conversación, pero ya no sabía que decir.

Era frustrante, que solo me despedía de ella, mintiendo que tenía cosas que hacer.

Ya no tenía que más conversar.

Pasaron los días, ella no me hablo de vuelta nunca más, pensé que tal vez se había aburrido de mí.
Entre en mi primera fase lunar,

Luna gibada creciente.

Los hijos de la luna tenemos un ciclo que segun nuestros sentimientos y experiencias nos oscurecemos por completo al llegar a luna nueva.
Pero al llegar a luna llena pueden transformarse en hijos del sol.

Yo me estaba oscureciendo.

Mi trabajo en la capital ya había terminado, ya era tiempo de volver a casa.
Me di cuenta que un teniendo más dinero, vivía de la misma forma de como si no lo tuviera.
Siempre con deudas.
Y pidiendo prestado para vivir.
Ya me canse de eso.
Trabajare cerca del lugar de donde me crie, ganare menos que en la capital pero lo suficiente para tener una vida digna.

Me fui a vivir con unos amigos, sale más barato su vives con demás gente.

Ahora que ya no vivo en la capital, tengo más tiempo de hacer cosas, más tiempo para dormir, más tiempo para dedicarme a mis hobbies.

Aunque se me da mal administrar mi dinero, siempre viví, gastando mucho dinero en la gran capital, ahora que tengo menos, no me sé medir.

Uso la bicicleta de un amigo que vive conmigo, me sirve para ahorrar transporte en esta pequeña ciudad, yo fácilmente podría juntar dinero y comprarme una, pero bueno, así somos los hijos de la luna, no nos gusta surgir en la vida.
Claramente hablamos de una simple bicicleta, pero incluso en aquellos pequeños detalles hacen que nos diferencie de los hijos del sol.

El trabajo se ha vuelto monótono, olvide la última vez que me importo el ver a mi empresa ser número uno en su rubro.
Ya nada es como la primera vez que entras a trabajar, ahora ya conociste:

El trabajo duro.
La desconfianza.
Los malos sueldos.
Lo poco que te valoran.
La traición.
El poco trabajo en equipo.

Al final del día solo esperas llegar a tu casa y poder dormir, que te paguen tu sueldo y gastarlo de la manera más insensata posible.
Malgastando mi dinero y mi tiempo, esa es mi forma de vivir ahora.

Me di cuenta que volví a cambiar de fase.
Ahora estoy en cuarto creciente.

Me estoy perdiendo más y más a mí mismo, mi luna se oscurece.

A veces pienso que sería mejor desaparecer, olvidarme de todo el mundo, olvidar que alguna vez los conocí, perderme en un bosque donde nadie pueda llegar, allí construir una cabaña de la misma madera de los árboles que allí se encuentren, ir al pueblo más cercano, comprar lo justo y necesario para vivir, lo demás lo dará la naturaleza, levantarme temprano en la mañana, tomar mi hacha y salir a cortar leña para la fogata, guardar un poco para el invierno, salir a despejar mi mente al bosque en algunas horas del día, en soledad, quizás con la compañía de algún perro, escuchar solo el sonido del viento golpeando las ramas de los árboles y quedarme dormido en medio del inmenso bosque.

Suena lindo.

Pero eso solo significa escapar de los problemas, hacer cuenta como si nunca estuviesen allí.

Un cobarde.

Debería enfrentarlos y tratar de solucionarlos.

Pero es tan difícil, cuando pienso en estas cosas, mi mente lucha consigo misma.
A veces pienso que mi verdadero enemigo soy yo mismo.

Me odio.

Esa es la palabra, no es que odie al mundo y las personas que viven aquí.
Tan solo.

Me odio.

El yo que no puede lograr las metas que se propone, el yo que no puede amar sinceramente.
El yo que falla en todo, ese yo que hace que busque el camino fácil de las cosas.

Y por eso estoy donde estoy, por mí mismo.

Mis acciones me condujeron a este momento.

No puedo cambiar.

Por eso.

Me odio.

Estoy ya en la penúltima fase de mi vida fría.

Luna nueva visible.

Cuando llegue a luna nueva, ya no existiré en este mundo, tapare mis oídos para no escuchar la voz de los demás.

Pensare solo en mí, me volveré egoísta.
Un ser despreciable, alguien en quien no se puede confiar.

Solo viviré para subsistir.

Por el momento el sueño de la cabaña en el bosque, solo será eso.

Un triste sueño.

No encontrare el escape de este mundo, de mí.

Jamás podre escapar de mí mismo.

Tendré que vivir para siempre con la persona que más odio.

Yo.

Es difícil cambiar de situación cuando ya has caído hasta lo más bajo de tu vida, a veces piensas que suicidarte sería mejor opción.
La verdad es que si me lo pensé.

Pero también soy un cobarde para eso.

No podría quitarme la vida sabiendo que duele tanto.

Ya no quiero seguir sintiendo dolor.

Duele el estar vivo pero no creo que estar muerto cambiaria las cosas.

Es como....

(Un Mensaje)

¿De quién es?

(Chica hibrida)

-hola, espero no molestarte, pero llevas un tiempo sin contestar a mis mensajes, espero te encuentres bien, saludos.

¿Qué puedo hacer?, aun en este punto de mi vida, hay gente que si le importo, me pregunto si muriese el día de mañana, ¿cómo se sentirán ellos con mi muerte?
Eso me lleno los ojos de lágrimas.
No pude contestarle el mensaje aquella ves, estaba llorando desconsoladamente, no por lo que ella me escribió, más bien por todo aquello que me ocurría en ese momento, el hecho de vivir la vida que estaba llevando, llega un momento en el que las cosas están tan mal, que te rompes.

Aun siendo el hombre más musculoso, duro de corazón.

Llegas a romperte.

Lloras.

Puede que el llorar nos haga parecer débiles ante los demás.
Es totalmente todo lo contrario.
Cuando llorar te haces más fuerte.

Piensas en todas las cosas que hiciste mal y te arrepientes, sabes que no volverás a hacerlas del mismo modo.

El llorar te conecta contigo mismo.
Empiezas a amarte un poco.

No recuerdo cuanto llore esa noche, me quede dormido llorando.

Jamás había dormido tan bien como las noches que llore, eso me traía mucha paz.
Siento que hacia las pases conmigo mismo.
Sabía que a partir de mañana todo sería diferente.

Así fue, le conteste su mensaje agradeciendo la atención que ella ponía en mí.
Seguimos conversando mucho.

Cuando termino el día me di cuenta que mi fase lunar había cambiado.

Pero ahora va en la dirección contraria.
No sabía lo que realmente se venía.
Nunca lo espere.
Esta es la historia de cómo llegue a convertirme en una Luna llena.

Llena de amor.

Un Alma Verdaderamente NobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora