Mi gato me habla de Jesús

0 0 0
                                    

Mi gato me habla de Jesús
cada vez que desfila, solemne,
por los rincones de nuestro departamento.

Puedo ver la gloria de Dios
cuando escucho la respiración de mi gatito
al dormir, tan lleno de vida.

Cierro mis ojos y lo escucho jugar
tan suelto, con su peluche de pez naranja.
Dios está ahí, siempre estuvo ahí.

La gloria y amor de Dios se manifiesta
en cada centímetro
de la geografía de este mundo.

Los ojos de mi gato me hablan
de la grandeza de Dios
y de todo lo que han hecho Sus manos.
Me asombro al contemplar
el milagro de la vida
cuando mi gato mueve su cola.

Este poema no habla de Napoleón, mi gato.
Este poema es una máxima
que habla del amor de Dios.

Abrirle el corazón a Jesús,
cuando hablás con él, es sentir
un amor tan grande
como el ronronear de un gato.

El amor de Dios es unigénito..

Espíritu y TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora