[𝟷𝟹] - 𝚕𝚊 𝚌𝚎𝚗𝚊.

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"da miedo, ¿no?" tomé su mano en la puerta.

después de insistirle casi un mes entero, cedió. habíamos arreglado para cenar en mi casa, cosa que era un semejante gran paso para ambos.

"¿decís que estoy presentable?" sonrió nerviosa.

"siempre. te van a adorar." insistí.

abrí la puerta de casa y ahí estaban ellos. manu, mamá y papá, sentados en la mesa hablando de cosas de la vida.

"¡llegamos!" avisé de un grito, provocando que todos voltearan a ver.

"vos debes ser la chica que nos está manteniendo al chiquito con pilas..." rió mi mamá, abrazándola. "yo soy maia, él es ale, y él es manu." replicó señalando a cada uno.

"acker, pueden decirme así." sonrió.

la peor parte había pasado, creo. acker miraba todo el lugar con destellos brillantes en sus ojos, parecía una galaxia distinta.

"¿qué haces de tu vida?" preguntó mi papá mientras servía el plato. "valen no nos cuenta tanto."

"no hago mucho la verdad, estaba averiguando alguna carrera, pero tengo que cerrar algunas cositas antes..." sonrió.

se entendía muy bien con mi familia, y me aliviaba bastante, no iba a tener que cargar con esa duda de si salió bien o si salió mal.

"¿te quedas a dormir?" preguntó manu. "digo, porque ya es medio tarde."

"pasa que tengo que hacer cosas temprano, no sé si pueda." me miró.

"pero te vas de acá, no hay problema corazón." avisó mi mamá. "mira si vamos a hacer que te vayas a cualquier hora."

"¿te molesta?" me preguntó por lo bajo.

"para nada, quedate toda la vida." sonreí, provocando que se sonrojara.

"dormís en el sillón." me señaló mi papá.

"no hay problema." me hice el desentendido.

"callate alejandro, no seas ortiva, deja que duerman en el cuarto y se acabó." lo retó mi hermano.

"¿dormimos arriba?" pregunté con la ceja alzada, provocando que sus cachetes se enrojecieran aún más.

"tinto de mierda." murmuró a regañadientes.

una vez ya en la habitación, ella se dedicó a explorarla a fondo con la mirada. con la yema de sus dedos tocaba los marcos de las fotos, algunos posters en la pared y las viejas púas que en algún momento supe tocar.

"me gustan más bateros, disculpa." me burló con la púa en mano.

"estás en casa de percusionistas, ¿te pensas que no sé tocar la batería?" la agarré de la mano y traje a mi lado.

linda.

hermosa.

divina.

infinita.

eso era acker, o al menos eso pensaba.

🌙🌙🌙

se termina hoy kelokeeee.

ya sé q están ocupadas viendo al kun perdón.







𝐜𝐚𝐛𝐢𝐥𝐝𝐨 𝐲 𝐣𝐮𝐫𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 - 𝐰𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora