"proba, acker..." insistí. "por probar no se murió nadie."
la mirada de acker se posó sobre mí, y me observó con su mejor cara de '¿vos me estás jodiendo?'
"¿y vos qué?" preguntó.
"¿yo qué, qué?" pregunté.
"vos te estás matando solo." espetó.
"sos una exagerada." reí irónico. "nadie se muere por un porrito, che."
"vos sí." continuó.
"fua flaca, sos re pesada." empecé a alzar la voz. "siempre igual estás, ¿no entendes que me odio?" vociferé, largando ese interrogante que tenía bien guardado en el pecho.
"yo te quiero." susurró, con los cachetes colorados por sonrojarse. "por eso me preocupo."
"no me mientas..." musité, con la voz un poco temblorosa. "porque yo te quiero de verdad." confesé.
nuestras miradas se cruzaron nuevamente, pero con un brillo distinto. la sensación del tacto se hizo presente, pero se sentía tan irreal, tan de otro mundo.
"¿qué se hace en estos casos?" preguntó risueña, rompiendo con la atmósfera extraña.
"no sé, nunca llegué tan lejos." largué en una carcajada.
era lindo estar con acker. su risa, que pocas veces salía, invadía el ambiente, transformándolo en algo más lindo, más divino. los ojos, que con aquella fusión entre magnificencia y oscuridad te observaban, te hacían sentir en paz, conectado con otra realidad. acker me volaba el bocho en mil partes, y la quería ver siempre.
"rescatate, valen..." dijo suave. "yo te ayudo desde acá, pero necesito que actives de tu parte."
"es complicado."
"nunca dije que no lo fuera..." respondió, tomando mi mano. "pero necesito que de verdad lo intentes."
"no me quiero, acker." confesé. "no siento cosas, necesito sufrir para sentir, para vivir, ¿no lo entendés?" insistí.
"hacelo por mí, ¿vos me querés dejar acá tirada porque te metiste una línea de más?" preguntó, sollozando mientras me zamarreaba.
"acker, mereces a alguien mejor."
"valen, vos mereces salvarte." lloró, haciendo que un nudo se forme en mi garganta. "sos una persona hermosa, solo que vos no la querés dejar salir."
"acker, te lastimo más de lo que te quiero..." dije con el pecho cerrado. "por más que quiera no tengo salida, estoy en un callejón oscuro."
"yo nunca salgo de casa..." comenzó a contar. "solo salgo para verte a vos, ¿sabés por qué?" negué con la cabeza. "porque me gusta pensar que nos vamos a encontrar en la esquina de cabildo y juramento. me gusta pensar que esa es nuestra esquina y que esta es nuestra placita." rió chiquito con lo último, mientras que señalaba el lugar. "me gusta pensar en nosotros."
"¿vos decís que hay un nosotros?" pregunté, bastante extrañado, es que siempre la sentí tan lejana.
"¿vos querés un nosotros?" cuestionó con una sonrisa de costado.
"yo te quiero a vos, no a mí." dije triste. "no sirvo en la ecuación, no sumo nada."
"hay ecuaciones con resultados negativos, ¿sabías eso?" rió.
"no sé, me viví llevando matemática." intenté reír.
"yo también, seguro te dije una burrada." bromeó. "pensalo, val. yo te quiero, pero más te quiero bien."
"yo te quiero a vos bien, yo solo soy un decorado temporal, de esos que con el tiempo se van."
"el tiempo es relativo."
pero lo nuestro no, y de eso acker no se daba cuenta.
arranca la recta final choriplaneras.
amo q comenten boludeces a medida q leen me hacen feliz.
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𝐜𝐚𝐛𝐢𝐥𝐝𝐨 𝐲 𝐣𝐮𝐫𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 - 𝐰𝐨𝐬
Romance"me gusta pensar que nos vamos a encontrar en la esquina de cabildo y juramento"