𝐜𝐚𝐛𝐢𝐥𝐝𝐨 𝐲 𝐣𝐮𝐫𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 - 𝐰𝐨𝐬

[𝟶𝟸] - 𝚎𝚕 𝚊𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘.

"no entiendo qué te gusta del verano." le dije a mi amigo martín, mientras soltaba una bocanada de humo y le pasaba el porro que habíamos armado. "es una poronga, hecha y derecha, boludo."

"el invierno está sobrevalorado, mira cómo estamos." respondió señalándonos "hasta los huevos del frío, en pleno cabildo y juramento" largó enojado, para luego darle una larga pitada a cigarro "con un porrito que te aseguro que si lo fumamos en verano lo disfrutamos más, te lo aseguro eh."

en parte un poco de razón tenía, estaba hermoso para verano, pero la calle en verano es horrible, así que me quedo eternamente con el invierno frío que estábamos pasando.

"prefiero esta esquina en invierno como ahora y no en verano, nos quedamos pegados al banco, pedazo de siome" finalicé, para luego ver cómo mi amigo se recostaba sobre el asiento en el que nos encontrábamos. "tengo hambre, ¿te pinta bajón?" pregunté mientras bostezaba.

"sí, pero no tengo ganas de caminar... te paso la plata y compras unos sánguches" respondió bostezando también. "gil, me pasaste el bostezo... toma, anda a la estación de servicio." espetó haciéndome señas para que me fuera.

'martín, la concha de tu madre' pensaba mientras iba pateando una lata que encontré en la calle. la noche estaba helada, y mis pensamientos en otra galaxia, ¿acaso estaba pensando en algo? ni idea la verdad.

entré al lugar y directamente me dirigí a la heladera, tenía que agarrar los sánguches de miga de jamón crudo - porque eran los favoritos de martín - y los de pan negro. mientras me acercaba al mostrador oí una risa, la misma provenía de la puerta vidriada del local, y la cara de la emisora me sonaba muy conocida.

"¿vos no sos valen?" preguntó aquella muchacha al ingresar. "sí, seguro sos valen." contestó para si misma.

"¿de dónde nos conocemos?" interrogué, pero su cara pedía que yo adivinara, por lo que me quedé pensando unos instantes. "vos sos la de cabildo y juramento la otra vez, ¿o me equivoco?" respondí inseguro, pero recibí un asentimiento como respuesta, y una sonrisa inmensa.

"la misma, ¿cómo andas?, no te vi más." habló mientras agarraba una botella del estante. "pensé que deambulabas más por acá."

"pasa que no soy de acá... pero igual ando." contesté a medida que me acercaba a la caja.

"ah, bueno... entonces me podes invitar a hacer algo en estos días." replicó guiñando el ojo y posicionándose a mi lado, como en esa noche de otoño.

"está directo el asunto..." respondí con un suspiro. "bien, el viernes. cabildo y juramento, tres a.m."

como respuesta tuve un asentimiento y, unos suaves pasos que se acercaron a mi cuerpo.

"me parece un buen acuerdo... viernes, tres a.m." repitió para volver a guiñar el ojo y salir corriendo del local, robando así, la botella que de excusa utilizó para acercarse. 

¿qué onda esta mina?