XVIII. Shin Su-ran.

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Yoongi.

Yoongi se puso insoportable a mitades de semana.

Según Yeri, según Rose, su madre, su no-tan-enfermo-abuelo y su dulce abuelita.

El chico no paraba con su ácido sarcasmo, fruncía el ceño más de lo usual y algunas veces ni siquiera contestaba cuando le llamaban.

—Yo creo que extraña a Hoseok—comentó Tzuyu hacia su gemela. Las dos, cuando querían conversar “en privado” iban hacia su ropero, y se encerraban en él, pero dado que no se encontraban en su casa, optaron por el cuartito bajo las escaleras. Había ropa vieja así que no hubo mucha diferencia.

—Yo también. Es como si Hoseok respirara el odio que le tiene Yoongi hacía todo y lo convirtiera en amor. Es muy raro—contestó Saeron.

De la nada, la puerta de su guardarropa improvisado, se abrió.

—Salgan, mi turno—ordenó. Sostenía su celular en su diestra. Con las pocas habilidades que Tzuyu tenía para la lectura, logró visualizar el nombre de “Hoseok” en la pantalla.

—Pero aún no hemos encontrado el camino a Narnia—se quejó Saeron.

Su hermano mayor bufó—. Claro, yo sigo con su búsqueda, ahora salgan—volvió a decir.

Las pequeñas se miraron entre sí y se encogieron de hombros. Salieron bajo la azulina mirada de su hermano mayor.

Una vez que las niñas se fueron, Yoongi se adentro en la pequeña habitación. En momentos como ese, al castaño le agradaba su tamaño.

—Bien, habla—dijo hacía el teléfono, mientras se sentaba en el suelo, viendo toda la ropa alrededor de él.

¡Te extraño! —escuchó. ¿La voz de Hoseok siempre era así de calmada? —, fuí a ver 'Cinderella' con Namjoon y Seokjin y se la pasaron haciéndose mimos. Una ancianita tuvo que compartir sus palomitas conmigo.

Min rió—. Son solo unos cuantos días más.

¡Sigue siendo mucho! —Se quejó—, quiero abrazarte. No he abrazado a nadie desde que te fuiste.

Pues abraza a alguien más—contestó, con obviedad.

¡Yo quiero abrazarte a ti! —Yoongi se encogió sobre sí mismo. Hoseok lo hacía sentirse raro.

—Imprime una foto mía, pégasela en la casa a Nam y abrázalo. Problema resuelto—opinó mientras buscaba entre los bolsillos de los viejos abrigos. Encontró unos dulces y dos monedas.

Bien sabes que no es igual.

Yoongi iba a contestar, pero alguien abriendo la puerta lo interrumpió. Yeri.

—Idiota, una chica te busca—anunció. Segundos después frunció el ceño—, wow, que raro suena eso.

El chico rodó los ojos—, ¿quién?

Su hermana se encogió de hombros—. No sé. Creo que es la misma con la que has salido.

Yoongi bufó—. Suran—echó su cabeza hacia atrás, pegándola a la pared—. Dile que no estoy.

Yeri asintió y se fue. Yoongi se asomó por la puerta, escuchando como su hermana decía: “Yoongi no está...pero lo dice él mismo.

Suspiró.

— ¿qué pasa? —oyó la voz de Hoseok.

—Nada, nada..., Es solo que Suran quiere volver a salir—explicó.

Bittersweet. [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora