5- Pensando las cosas

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13 de octubre del 2012, Taitiii, República de Saja-Yakutia, Rusia 10:30 AM.

La historia de Nadya me desgarro. Me hizo sentir una gran pena por ella y me hizo recordar cuando a perdí a mi madre, cuando por mi culpa la gente de Mixcoatl fue asesinada y yo no pude hacer nada más que mirar con horror e impotencia. Pero ya no era esa niña. Como Leon y Krauser marcaron la diferencia en ese momento, yo debía marcar la diferencia para Nadya y la gente que quedaba viva de Taitiii.

-Lamento mucho no haber estado allí para salvar a tu madre- le dije con un verdadero pesar.

-No es tu culpa, pero me alegra saber que ahora estas aquí. Por cierto, ¿Cómo te enteraste de lo que ocurría aquí?- me preguntó Nadya.

-Metal Man dijo que había encontrado información de rumores de monstruos en este pueblo y me vine a investigar. Se supone que debía contactarlo cuando encontrara que había monstruos, pero la señal de los teléfonos esta interferida y no hay señal de Internet- le dije.

-Ya veo. ¿Y él es tu novio?- me dijo Nadya.

-¿¡Mi novio!? No no no no no, él y yo solo somos amigos, nada más- le dije un poco apenada.

-"¿Por qué siempre me pasa esto cuando alguien me pregunta si Abelardo y yo somos novios?"- pensé.

-A bueno- dijo Nadya.

-Reanudando lo que me contaste, parece ser que el gobierno ruso está interesado en sacar algo de las minas. Y no creo que haya solo diamantes allí- dije.

-¿A qué te refieres?- me preguntó Nadya.

-Me contaste que 2 helicópteros fueron hacia las minas en donde trabaja tu papá. Parece que hay algo ahí que quieren sacar primero antes que nada, pero, como no viste los helicópteros de regresó, tal vez aún no han logrado obtener lo que quieren- dije.

Nadya se quedó pensando por varios segundos, reflexionando.

-Mi mama a veces se preocupaba por el trabajo de mi papa. Había noches enteras en que se quedaba en vela esperando que el regresara. Pensaba que era porque el trabajo en una mina era peligroso, pero ahora lo que dices me ha hecho pensar. Mi papa no hablaba mucho de su trabajo...- dijo Nadya.

-¿Crees que podrías llevarme a las minas en donde trabajaba tu padre?- le pregunté.

-Nunca fui allí, pero si se dónde quedan, creo que sí, aunque nos tomara mucho tiempo ir caminando- dijo Nadya.

-No te preocupes, yo corro muy rápido- dije.

Entonces empezó a sonar la radio. Nadya tomó la llamada.

-¿Quién habla?- dijo la voz. Supuse que era Sokolov.

-Habla Nadezhda Zhivuchaya- dijo Nadya.

-¿Dónde está tu madre?- preguntó Sokolov.

-Está muerta- dijo Nadya secamente pero con un tono de pesar en su voz.

Hubo un incómodo silencio por un momento que nadie se atrevió a romper.

-Lamento escuchar eso pequeña- Sokolov.

-Gracias por entender- dijo Nadya.

-Te llamaba para ver si tu madre y tu podían a venir a apoyarnos en la escuela. Las provisiones se nos están acabando, así como que la munición. En los días anteriores algunos de los maestros y guardias salieron por provisiones, pero no encontramos muchas y algunos no regresaron. Sé que lo que voy a pedirte va a sonar arriesgado pero, ¿podrás venir hasta la escuela para darnos aunque sea un poco de comida?- dijo Sokolov.

Nadya se quedó callada, por lo que yo tomé el micrófono.

-Lo haremos- dije.

-¿Quién eres tu?- dijo Sokolov.

-Manuela Hidalgo, de los Vengadores de la Justicia- dije.

Esto parece que llamó la atención de varios de los niños que estaban allí, ya que se escuchó un bullicio en el fondo.

-¿Esto es cierto Nadya?- preguntó Sokolov.

-Así es, vi sus habilidades y mató a varios monstruos con asombrosa habilidad. Ella es la auténtica Manuela Hidalgo- dijo Nadya.

-Gracias a Dios...-dijo Sokolov.

-Ayudare a Nadya a recolectar comida y munición para ustedes, solo les pido que resistan un poco más- le dije.

-Lo haremos. Sokolov fuera- dijo Sokolov terminando la comunicación.

-Parece que tomaremos la ruta larga. ¿Sabes cómo llegar a la escuela, supongo?- dije.

-¡Por supuesto! Ahí tome mis clases. Queda cerca de la estación de policía- dijo Nadya.

-Excelente, de paso podremos ir a la estación y tomar las pistolas y municiones que podamos, así como también ver si hay sobrevivientes- dije.

Nadya tomó su mochila y la llenó de comida y de munición. Luego de recargar su arma y la escopeta, me ofreció la otra escopeta.

-No gracias Nadya, con esta pistola de mano y mi confiable katana estoy bien. Una pregunta, ¿hay una sección de ropa en este centro comercial? Es que la tengo esta, algo rota- le dije.

-¡Jiji! Sí, de hecho es la sección más grande del centro comercial- dijo Nadya.

-Muy bien- le dije.

Nadya abrió el portón y ambas salimos. Nadya me guió a la sección de ropa. En el camino nos encontramos a varios zombis a los que yo me encargué de acabar sin dificultad, aunque sentía pena por las pobres personas que habían sido antes. Espero que sus almas puedan descansar en paz.

Entramos a la sección de ropa. Todo estaba oscuro, así que tomé una de las linternas de Nadya para ver la ropa. Utilizar mi sangre inflamable podría quemar la ropa provocar un terrible incendió. "Aceleré" y busqué ropa que me gustara y me quedara. Me tardé varios minutos (o micro segundos en tiempo real) hasta que por fin encontré un conjunto de ropa que me llamó la atención: ropa estilo militar.

-"Mmm...me veré sexy usando esa ropa..."- dije imaginándome a mí misma en esa ropa.

"Desaceleré" y tomé la ropa: un chaleco sin mangas militar, una blusa negra de tirantes, unos calcetines, unos tenis militares, unos pantalones militares y un cinturón. Me fui a uno de los vestidores. Para mi desgracia, había una zombi esperando allí que casi me da una mordida. Fácilmente esquivé la mordida y le clavé la katana en la cabeza, matándola.

Me metí en el vestidor y me empecé a cambiar. En eso me percaté que mi brasier se había roto. No salí a buscar otro, ya que hay momentos en que me siento más cómoda, y excitada, el ir sin brasier, por lo que me puse la camisa sin brasier. Me sentí bien. Me puse el resto de la ropa y salí de los vestidores, cargando mi ropa y quitándole a la zombi mi katana de la cabeza. Mientras iba hacia a Nadya vi un gorro de lana negro. Lo tomé y me lo puse en la cabeza para protegerme del frío.

-¿Cómo me veo?- le dije a Nadya.

Nadya volteó y, un poco sorprendida, me vio de pies a cabeza.

-Te ves muy guapa, ¿pero no crees que es un poco revelador y que no te protege del frío?- me dijo Nadya.

-¡Jajaja! Me gusta mostrar un poco de piel, además de que el frío no me produce dolor, así que no hay problemas.

-Ah bueno, vamos Agente Hidalgo- dijo Nadya.

-Yo te sigo Nadya- le dije.

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