NICOLETTE:
LA VIDA QUE JAMAS QUISE TENERCAPÍTULO 1
Mi#da!
Son más de las 10:00pm -Exclamé-
Se suponía que debía estar máximo a las 09:45pm en la universidad, pero aquel jueves se me había hecho muy tarde para cerrar el café internet en el que trabajaba luego de atender a mi hija, Liz, de 4 años, llevarla a la guardería, luego pasar por ella y llevarla a casa de Mauren, la vecina que me la cuidaba para poder trabajar por las tardes e ir a la universidad hasta las 11:45pm.
Aquel jueves no podía faltar, debía entregar y y exponer mi ensayo acerca del calentamiento global, esa sería una nota muy importante para el semestre, pues ya casi se acababa el semestre y la verdad no iba muy bien. Dos meses atrás había perdido varias clases por la enfermedad de mi pequeña Liz, quien fue diagnosticada con esclerosis, y entre citas y más citas al médico y estar cien por ciento al cuidado de mi hija no podía asistir a mis clases, pero ya todo eso estaba bajo control, mi pequeña estaba en las manos de los doctores y yo realmente estaba un poco más tranquila. Pero volviendo a aquel jueves, cerré el café internet y estuve a orillas de la calle por más de cinco minutos, hasta que recordé que en Marbella no había transporte público después de las diez de la noche. Miré mi reloj y eran las 10:22pm.
¡genial! Me toca caminar. -susurré-
Ya había caminado un par de cuadras, las calles estaban muy solas y frías, como ya era costumbre en esa pequeña ciudad, me detuve frente un semáforo mientras éste cambiaba de verde a rojo para poder cruzar la calle, aunque no supe porqué esperé, debí cruzar, de igual forma, no había autos, ni autobuses, ni motos en las calles. Seguí caminando, ya estaba algo agitada pero me estaba acercando a la calle de la universidad, en eso vi a un habitante de la calle quien estiró su mano para pedirme una moneda, metí la mano en mi abrigo y le di 3 o 4 que llevaba, y seguí mi camino, de repente siento un gran ruido de un auto a gran velocidad, se detiene justo en frente de mi cuando me proponía cruzar la calle, un hombre con una capucha se baja y con todas sus fuerzas me obliga a entrar al auto, intento dar la lucha pero ponen un trapo con un olor horrible en mi nariz y sentí que poco a poco iba perdiendo el conocimiento, lo único que recuerdo de aquel momento fue el rostro del mendigo quien corrió hacia al auto para evitar que me raptaran, seguramente en agradecimiento por las monedas que le había dado segundos antes.Me despierto en una habitación donde la luz es opaca, pero es de gran tamaño, al parecer estoy durmiendo en el piso, me levanto e intento caminar hacia una pared donde se divisa el interruptor, luego de algunos tropiezos y escuchar unos ronquidos enciendo la luz y veo cuerpos de mujeres en el suelo, no supe exactamente cuantos eran hasta más tarde cuando amaneció y pasaron la lista: están completas, 20 *erras -dijo una mujer con busto de gran tamaño y perfectamente maquillada-
Debí apagar la luz, todas se quejaron y hubo una que me lanzó su almohada.
Regresé al lugar donde estaba tratando de no tropezar nuevamente con los pies de mis compañeras de cuarto y me senté en una delgada y maloliente estera donde al parecer había pasado la noche.
Intentaba recordar algo del día anterior pero me fue totalmente imposible, no recordaba qué había comido en la noche antes de dormirme, no recordaba nada de mi y de lo que respecta a mi vida, ni siquiera mi nombre.
Me recosté a medio lado y vi que una chica se despertó, traté de hablar con ella y sacarle información acerca de lo que sucedía pero al parecer la pobre estaba drogada. No podía ni siquiera pronunciar una sílaba en respuesta a lo que yo le preguntaba, sólo divagaba con la mirada perdida y gimiendo.
No me quedó otra opción que quedarme allí en silencio y esperar a que amaneciera. Tardó mucho en amanecer, por lo que supuse que me había despertado entre la media noche y la una de la madrugada. También sentía mis ojos muy pesados y mucha sed.
De repente un estrepitoso ruido despertó a todas las que aún dormían, incluso a la chica drogada que estaba a mi lado y que no había dejado de decir disparates se despertó en perfectas condiciones, como si hubiese dormido toda la noche.
Todas por alguna extraña razón nos pusimos de pie y en fila, luego entró a la habitación una mujer alta, de curvas marcadas, con un busto exageradamente grande y un maquillaje perfecto que la hacía lucir más joven de lo que supuse era realmente. Empezó a decir los nombres de cada una: Alexya, y la que estaba de primera en la fila contestó. Armita, y la segunda que estaba en la fila respondió y así siguió hasta nombrar un octavo nombre que al parecer me correspondía: Nicolette, y sin tiempo de dudar contesté. Y así siguió hasta mencionar 20 nombres, luego salió de la habitación y azotó la puerta diciendo: están completas. 20 *erras.CONTINUARÁ...
Lagajas
Página: Lo Que Esconde Una Sonrisa
15-05-2019
Cartagena/Colombia
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NICOLETTE: LA VIDA QUE NUNCA QUISE TENER
Short StoryUna chica universitaria se dirige una de las tantas noches como es común a su universidad y al cruzar la calle se acerca un auto. Después de eso todo se vuelve un mar de confusión. Descubre lo que sucede realmente con Nicolette.