¿Quién te gusta? 💢 || K.TH × K.SJ × J.JK

~04~

Seokjin al fin salía del salón de su clase de la tarde, estaba cansado de tanto leer y escribir que solo quería llegar rápido a su hogar a descansar, pero recordaba que ahora se tenía que encontrar con esos dos chicos raros a hablar en el salón de los del Consejo estudiantil, rayos. Pero nunca faltaba a una promesa, quizás lo que le tenían que decir era algo importante. Así que sin más que pensar se fue directo al salón del Consejo.

Mientras caminaba tranquilamente por los pasillos, ve que un chico que no llevaba el uniforme de la escuela pero se veía perdido viendo una hoja que llevaba consigo, supuso que era de nuevo ingreso así que sin más pasa de la largo.

—Oh, ¡perdona!— gritaba aquel chico levantando su dedo en forma de consulta.

Seokjin se detiene curioso, veía por todos lados si es que el llamado era para él.

—si, tu.— afirmaba riendo aquel chico acercándose un poco más para escucharlo mejor.

—ah, dime.— decía despreocupado rascándose la nuca.

El chico sonríe.

—quería saber si te sabes la dirección de la oficina del director, necesito inscribirme para mañana empezar.— explicaba poniendo sus manos detrás de su espalda.

—oh, eh... Yo...— balbuceaba sin saber que decir, no estaba acostumbrado a tanto diálogo.

El chico sigue sonriendo, tomando del brazo de Seokjin.

—vamos, di que sí.— insiste. —Soy nuevo, me podría perder.— mencionaba simpático.

Seokjin solo se le queda viendo, pero finalmente asintiendo rendido.

Caminaron juntos por las pasillos en silencio hacia la oficina del director, pero raramente el silencio no era incómodo.

El chico mira de reojo aquel pelinegro que lo estaba guiando hasta la oficina, le parecía muy interesante, pues este ni hablaba del todo y mantenía su atractivo rostro sin expresión alguna, parecía un muerto viviente. Aún así le agradó la actitud tan peculiar del chico más alto.

—¿y...?, ¿tu nombre?— consultaba el chico poniendo sus manos detrás de su espalda inclinando su cabeza.

Seokjin frunce el ceño, ¿podría decirlo acaso?, es decir, no conocía a este tipo. Pero de igual manera no se lo iba a encontrar de nuevo, ¿no?, suponía que no importaba.

—Seokjin.— contestaba sin más y sin dejar de ver al frente.

El chico a su lado ríe, haciendo que Seokjin lo mire con cara de:  "¿De qué te ríes?"

—perdona, pero no puedo tomarte en serio cuando estás serio.— bromeaba quitándose una lagrima imaginaria.

Seokjin alza una ceja, y desean que él era el raro, pensó.

—vamos, ríete. La verdad es que una sonrisa no hace daño, ¿sabes?, puede que no te conozca, pero sé que eres de esos tipos que no ríen y están serios por la vida.— decía sonriendole.

En ese momento Seokjin pensó, ¿entonces era un tipo aburrido?, ¿por eso la gente no le hablaba mucho?, ¿o como simplemente veía la vida distinta?

Al parecer, el presidente Seokjin después de mucho tiempo pudo procesar tanto las palabras de este chico... Extraño e interesante.

Realmente no tenía una respuesta, quizás era mejor no decir nada. En su interior se sentía un poco mal, hasta puso sus manos en los bolsillos arrugado su ceño en señal de que se puso algo decaído.

—hey, lo siento, no debí decir eso. No te conozco en lo absoluto para llegar a decir eso.— respondía por él arrepentido sin quitar su sonrisa, que ahora era una avergonzada.

Seokjin se le quedó viendo con curiosidad, el tipo le llegaba a la altura de su hombro, no era ni tan bajo ni tan pequeño, una estatura perfecta, también no era para nada feo. Pero si llegase a visualizarlo un poco más, era difícil de conocer, pudo concluir. Su actitud llegaba a cambiar en ese rato pequeño mientras seguian caminando hacia la oficina del director, y sin duda que era peculiar, sonreía mucho y después cambiaba drásticamente, uf, realmente extraño.

—no sé de que te disculpas, creo... Que tienes razón, soy aburrido para mis cercanos.— dijo al fin Seokjin después de un rato con la cabeza levemente gacha, también se pudo apreciar que hizo un diminuto puchero.

El tipo se le quedó viendo nuevamente y sonríe arrugado sus ojos. Toma del brazo del más alto, abrazandolo en esa posición tiernamente.

Jin sintió sus orejas ponerse rojas, nunca nadie... Lo había abrazado de esa manera. Pero no lo detuvo, era agradable a pesar de que él no lo abrazaba.

Y entonces habían llegado a la puerta del director de la escuela.

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