El amor se expresa en el rasgueo de las cuerdas.

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Cuando se trata de música, Tine es un caso especial.

El chico lleva más de un año practicando con la guitarra, durante este tiempo se ha percatado del hecho de que su novio es un caso de idas y venidas cuando de aquel tema se trata.

A veces puede pasar días enteros practicando hasta que sus dedos estén tan lastimados que sangren por el abuso que les da y en otras ocasiones pasa días enteros de corrido en los que no se atreve ni a mirar el instrumento.

Inicialmente él entro al club de música únicamente para seguirlo, incluso cuando se le negó a ayudarlo con el plan para engañar a Green, Tine siguió persistiendo como el condenado terco que es —él por su parte está muy agradecido con la terquedad de su ahora novio—. Pero finalmente se quedó porque ama a Scrubb, ama escucharlos, oírlos, cantarlos y tocarlos.

Sarawat sabe que Tine no tiene una gran pasión en particular por la música como es su caso. Él por su parte, encuentra en la guitarra la libertad de expresión de la que muchas veces carece, movimiento, alegría y creatividad, lo suficiente para crear piezas y hacerle escuchar a su novio cuanto lo ama o para un tipo de desahogo personal.

En cambio, a Tine le gusta la música, oírla, escucharla, cantarla, pero ama a Scrubb y aquello es realmente lindo.

No parece haber mucha diferencia a simple vista entre ambas posiciones, pero sí existe y es la misma razón por la cual cayo rendido a los pies de su Molestia en el concierto del dichoso grupo.

Tine cuando toca música es feliz, pero al mismo tiempo se abruma demasiado, cuando no logra tocar bien un acorde o sus dedos duelen se le ve estresado y vulnerable.

En cambio, cuando se trata de tocar a Scrubb él puede pasarse horas en la guitarra o con unos auriculares, determinación visible en su rostro y una sonrisa.

Se enamoro de Tine en el concierto de Scrubb cuando vio en él una alegría que no había visto en nadie, lo que sería la definición de "disfrutar la vida" una sonrisa alegre y ojos brillantes, mejillas sonrosadas por los saltos constantes y la voz agitada. Tine se presentó ante él como una criatura que resplandecía con luz propia, verlo llenaba su pecho de jubilo y escucharlo lo hacía amarlo.

El amor que Tine le tiene a esa única banda que hace sacar lo mejor de él y fueron los pioneros para que Sarawat cayera rendido a los pies de sus novios, es el mismo que él siente por la música.

Ahora tiene a Tine, esforzándose por tocar lo mejor posible, porque es su hobby y lo disfruta además de ser extremadamente feliz cuando un acorde le sale bien y resulta victorioso al tocar una canción entera, incluso si estas son solo de Scrubb.

Sarawat está muy agradecido con Scrubb.

—Tienes los dedos mal —corrige, los ojos oscuros del contrario se fijan en él, confundido.

—¿Así esta mejor? —corrige, a lo que Sarawat niega, ahora están peor.

Deja atrás a la chica que estaba guiando con la guitarra, ella lo ve apartarse con una expresión de decepción de la que él no es consciente, muy concentrado en el ceño fruncido de su compañero.

—Esa no es la posición.

—Ni siquiera sabes qué nota trato de tocar.

—Sea la nota que sea, al menos debes tener los dedos sobre las cuerdas.

Tine bufa, hastiado de ser siempre corregido, pero Sarawat no puede hacer nada más pues el chico ha estado distraído todo el día.

Toma las manos del contrario, las yemas de los dedos están levemente irritadas, sintiéndose callosas al contacto.

Día a día; 2getherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora