Capítulo 2: Vecinos.

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Ya en el auto pienso si dirigirme a mi casa o la de Betty, mi mejor amiga. Hago los segundo.
Realmente no tengo ganas de aparecer por mi vecindario, de hecho nos mudamos, dos años después de la muerte de papá. Por si no lo dije nací en Asturias, España y en la mudanza de cuando tenía 5 años nos fuimos por la empresa de papá a Tower Hamslet, Londres; dos años después de la muerte de papá nos volvimos a mudar al centro de la ciudad; mi mamá  se hizo cargo de la empresa después de la pérdida y actualmente es la presidenta.
Esta ya tiene varias cadenas por todo el mundo y gracias a esto vivimos cómodamente en un condominio donde todos caminan con la nariz en punta y reina la hipocresía, realmente yo prefiriria ser pobre y rica a esto. Aquí las casas son gigantes, exageradas, la mía es la tercera en tamaño, la primera esta justo en frente y no creo que alguien pueda vivir ahí sin perderse, debe tener baños y cuartos para alojar a más de una familia.

Betty es mi mejor amiga desde las dos primeras semanas en que me mudé, vivo a unos 5 minutos de ella. Nuestra amistad empezó en los pequeños clubes de lectura en la biblioteca cercana a la casa, ahí nos conocimos, nos hicimos íntimas y cuando me habló en español, inseparables, resulta que es cubana.

Ya en su casa me siento un poco mejor, paso la noche ahí, no sin antes llamar a mi mamá porque no estoy para uno de sus ataques de histeria.
La mañana siguiente cuando regreso a mi casa subo rápido a mi habitación y me pongo a ver mis series hasta que entra Lara a mi cuarto y me grita:
-¡ Hay vecinos nuevos! - y pasa corriendo  hasta el alféizar de mi ventana para mirar la casa de en la calle de enfrente.
- Tata, por dios ha pasado dos años en venta, ¿quién estaría tan loco para comprarla?
- Alguien con mucho dinero Ana, alguien que seguro tendrá hijos y uno se enamorará de mi hasta hacerme ser una reina.
Yo pongo los ojos en blanco por su ambicioso comentario, Lara nunca ha sido mala, pero le encanta el dinero, es muy diferente de mi, aún así la quiero.

Realmente la curiosidad me está empezando, ¿quién tendrá tanto dinero como para comprar la casa que se lleva toda la cuadra?

Como siempre Lara interrumpe mis pensamientos y continúa:
- Ya mamá los invito a la fiesta de mañana, mira, apúrate, hay dos chicos, seguro son hermanos, crucemos los dedos para que no sean una joven pareja gay y poder quedarnos uno para cada uno, me pido el más alto, los dos están para desmayar a la que los vea.

-Lara, ya empezaste a sacar tus propias conclusiones, hasta piensas en la posibilidad de que sean gays, yo con lo que tengo por ahí me basta, no estoy para los que seguro serán ricachones mimados, nada de eso.

Riendo Tata se va y me deja nuevamente sola, dejándome en paz para seguir viendo mi serie, pero como curiosidad es mi segundo nombre, me paro y voy hasta la ventana, para observar a los vecinos.
¡Ay madre, si que están buenos, Lara tenía razón! Dios, que músculos se les marcan al cargar esas cajas, dan ganas de bajar y ofrecerles ayuda aunque sea a  cargar un florero. De lejos no les veo bien el rostro, pero al parecer, cuál de los está mejor. Uno mira hacia mi ventana y yo rápidamente me escondo, ¡perfecto! ahora tendrán a su vecina como toda una chismosa, aunque en verdad lo sea por estarlos espiando.

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2021 ⏰

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