-¡Sarah!- gritaba Miles- ¡Sarah!
-¡Estoy aquí, Miles!- le grité desde mi cuarto, mientras termina de poner mi celular y billetera en mi cartera.
Miles entró a los pocos segundos corriendo con una enorme sonrisa en la cara, que se fue desapareciendo de a poco cuando vio que pensaba salir.
- ¿saldras?
-Si...- dije alargando la "i" por demás.
Me miró con su cara de cachorro hizo su típico puchero que logro hacer que mi corazón se rompa.
-¡Pero lo prometiste!- dijo con el ceño fruncido- y las promesas no se rompen.
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-¿Sarah?- sentí la mano de Bert en mi hombro- ¿Estas bien?
Parpadee un par de veces y miré de frente mío y a un tipo detrás de él, agarrándole los hombros y mirándome.
-¿Estas bien?-dijo el niño.
-am... si, solo recordé algo- dije mientras me levantaba.
-Lamento lo que sea que haya hecho mi hermano- dijo el tipo detrás del niño- estábamos en una competencia y lo perdí de vista solo unos segundos.
-Tranquilo, no hizo nada- dije intentando sonreir.
-Bueno... Adiós, despídete, Miles- dije mientras lo agarraba de la mano.
-Adiós- dijo agitando su mano en forma de despedida.
-Hey, estas pálida- dijo Bert mirándome.
-¡Tengo hambre!- dijo Ross como siempre salvándome- hasta yo estoy pálida con la hambre que tengo.
-si, estoy que muero de hambre-dije pero la comida era en lo último que pensaba.
Bert, muy convencido, nos llevó a su restaurante favorito y mientras comíamos Ross hablaba sobre la fiesta que habría el sábado.
-¿Una fiesta al día siguiente de terminar el colegio?- preguntó Bert- ¿No pueden esperar a la fiesta de graduación?
-Claro que no- dijo Ross a lado mío, disimulando que estaba ofendida, Bert estaba al frente nuestro- son fiestas distintas.
-¿Y cuál es la diferencia?
-La primera, es para festejar el último día de clases y la segunda, es por tener un maldito diploma.
-Esos son pretextos para beber.
Ross solo sonrió pícaramente, él rodo los ojos y me miró.
-¿Irás?- me preguntó.
-No- respondí rápidamente.
-Bien- dijo mientras metía una papa frita a su boca- entonces tampoco iré.
-Nadie te invitó mocoso- dijo Ross- sólo es para alumnos de último año.
-Bueno, tampoco es como si quisiera ir.
-No quieres porque Sarah no irá.
-Por supuesto- dijo sonriendo y volteó a mirarme- tal vez nosotros podamos hacer otra cosa ese día.
-Pues...- dije pero Ross me interrumpió.
-¡Por supuesto que no! Ella me ayudará a prepararme, estará muy ocupada ayudándome a peinarme, maquillarme y otras cosas de chicas.
-Pero cuando te vayas, se quedará sola y ahí es donde entro yo- sonrió pícaramente.
Ross bufó, negué con la cabeza mientras sonreía.
-podrias venir a mi casa, ver una película en mi cuarto...
-No Bert, no te meterás entre mis piernas-le dije mientras bebía mi gaseosa.
-¡Ahí tienes mocoso!- dijo Ross matándose de la risa.
-Bueno, tenía que intentarlo- dijo fingiendo decepción.
Terminamos de almorzar entre medio de risas y Albert nos acompañó a cada una a nuestras casas. Dejamos a Ross en la suya y luego fuimos a la mía.
Cuando llegamos, él me agarró del brazo acercándome un poco a él y me miró fijamente.
-Lo de la propuesta para el sábado es enserio.
-Bert...
-Será divertido-dijo sonriendo- películas, pipocas, nachos o pizza, lo veremos en mi sala si quieres y no intentaré meterme entre tus piernas, lo prometo.
Sonreí. No sabía si aceptar o no, entre nosotros siempre hay bromas sobre estar juntos pero son solo bomas, aunque últimamente hay como ciertas miradas entre nosotros que antes no había, como la que estamos compartiendo en este momento.
- Lo pensaré- dije sonriendo a medias
-Okay ¿Me respondes el viernes?
-Claro
-bien, entonces nos vemos mañana- me beso la mejilla y se fue.
Entre a mi casa dispuesta a descansar un rato ya que luego tendría que ir a trabajar.
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Hola! Gracias por leer y comentar.
Lamento no haber escrito antes xc pero aquí les dejo otro capítulo. :-)
Atte: A.
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Recuerdos Dolorosos
RomantikEscuche un grito que procedía del patio trasero y baje corriendo desde mi habitación hacia allí. Mi tía Mary estaba ahí parada, con las manos tapandose la boca tratando de sofocar otro grito, miré hacia donde ella miraba y sentí un frío que se fue e...