•|Chapter 3|•

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ꟷNo jodas Jenny...ꟷ Rascalov emitió una fuerte carcajada a ojos de todos. La burla se mezcló con la ira, el desprecio y la duda de si venir había sido la mejor opción ꟷjamás podrás apretar el... ꟷ el sonido del disparo hizo hueco de silencio. Los ojos del ruso se apagaron al sentir la sangre correr por su hombro izquierdo. Jenny le había dado una advertencia, pero iba en serio. La chica asiática se colocó en sentadilla y apoyó sus codos en la parte superior del muslo, ahora la sonrisa la llevaba ella. Introdujo sin compasión el arma en su boca, la penetró poco a poco hasta llegar a su garganta creándole arcadas incesantes al chico.

ꟷ¿Ahora me crees más capaz? ꟷ La sala se había quedado en silencio. Los presentes mantenían su atención en aquella escena. No se escuchaba absolutamente nada, excepto los sonidos guturales de Rascalov. Jenny dejó el arma en su boca, levantó su cuerpo y tomo la camisa blanca, ahora manchada de sangre, por el cuello. Arrastró el cuerpo sometido al espanto por delante de sus subordinados hacia una dirección en concreto. La sala de torturas se iluminó después de tantos años. Su olor a putrefacción hizo que Dimitry vomitara el arma con algún contenido de whisky.

ꟷJenny...ꟷ Max entró por la puerta cerrando el espectáculo a todos ꟷ¿todo esto es necesario?

ꟷMás que necesarioꟷ se limitó a decir y comenzó a atar las cuerdas en las manos del moribundo para levantarlo a su altura. Los ojos azules le miraban mientras boqueaba en busca de oxígeno. Era muy probable que Rascalov supiera como evadir a Jenny, enfrentarla y salir ganando. Pero su estado actual no dejaba posibilidades. Dimitry se encontraba en un fuerte shock emocional. Sentía sus latidos taladrar su cuerpo, no entendía lo que estaba sucediendo ahora mismo. Jenny, su Jenny no dudó ni un segundo en apretar el gatillo. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo?, el aire comenzó a faltar debido a la inesperada reacción de su princesa. Ella, la única. Kim tomó el arma con la que antes ahogaba al chico y abrió su frente de un impacto. No bastó uno o dos, la chica le propinaba golpes constantes a su rostro. Un sentimiento extraño, se notaba más como decepción que odio.

ꟷSolo digo que le necesitamos vivo ¿entiendes? ꟷ Max lo intentó por segunda vez, tomo el brazo de Jenny para girarla y le quitó el arma dejándola caer en el suelo ꟷRascalov nunca ha reaccionado por la fuerzaꟷ Jenny dejo salir una risa alcoholizada, escandalosa. El mayor la sostuvo para que no cayera al suelo su cuerpo encorvado. Una vez reincorporada se soltó del agarre levantando medio labio superior en un gesto de desagrado.

ꟷEres muy débil Black... ¿crees que Rascalov siente esto? Es un puto sádico de mierdaꟷ Jenny tomó el pantalón del ruso y lo jaló hacia arriba para que se notara el bulto prominente en su entrepierna ꟷcachondo como si lo estuviera seduciendo sexualmente... ¿te encanta esto cierto? ꟷ Le habló Jenny al cuerpo estático. Dimitry escupió un poco de sangre y se atrevió a mirarla a los ojos. Su rostro era un desastre de rasguños y hematomas. Boqueaba con la esperanza de sobrevivir el castigo. Max se acercó a ella y le entregó una especie de látigo con cuero de alta calidad.

ꟷMe aburro...hagámoslo más divertidoꟷ Black tomo asiento en una de las mesas de tortura y captó la atención de Jenny ꟷya que le pone tanto, solo pararemos cuando él lo pida...de rodillas...clemencia...por favor...piedad...ꟷdisponía de esos vocablos a ritmo constante creando una especie de ansiedad en el rubio. Max Black, también tenía su lado lóbrego. Su especialidad no eran las armas o mecanismos de defensa como artes marciales. Todo estaba en el cerebro con un I.Q de 150 que gustaba de manipular los sentidos y acciones de las personas buscando información o llevándolas al borde del precipicio. Conocía el momento exacto para decir o hacer, y en ese momento conducía a Dimitry sobre un estado de ansiedad jugando con su respiración y su escucha.

Jenny sin pensarlo dos veces arremetió con el látigo en su pecho. El rubio expresaba su dolor de forma desgarradora. El fino cuero abría su dermis en líneas rojizas, algunas dejando escurrir un poco de sangre. Los gritos de Rascalov dieron paso a forcejeo con el amarre. Siempre hay un límite que podemos soportar ꟷRuégalo Rascalov, ya has tenido suficienteꟷ el de las hebras rubias con matiz sanguinolento, levantó el rostro de a poco con una leve sonrisa forzada.

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