1. Càdètès.

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El universo era tan amplio que ni siquiera había alguien capaz de poder explicarlo y mucho menos recorrerlo, pero poco a poco los seres alienígenas se encargaron de colonizarlo, creando así sus propios mundos en donde cohabitar con paz y tranquilad, pero estaba claro que no siempre suele suceder así.

El Consejo Universal era el ente absoluto que controlaba el universo, eran los que creaban las reglas y mandamientos que todos debían seguir al pie de la letra o atenerse a los horribles castigos que estos seres designaban. Nadie se atrevía a desafiarlos ni mucho menos a refutar sus palabras porque sus poderes iban más allá de lo que todos conocían.

—Te hemos estado vigilando por casi unos 6 meses y los actos que has cometido son imperdonables—

—Y-Yo no he hecho nada—

—Las pruebas son contundentes Soohyuk, hijo de Ram. Has tomado vida con tus manos llenándolas de sangre inocente. No podemos permitir que alguien como tu siga viviendo y el castigo debe ser un ejemplo para todos—

Soohyuk miró a los seres de distintas razas y formas que estaban dentro del recinto, viendo como murmuraban entre sí ante los hechos que estaban siendo revelados y una fuerte ira se apoderó de todo su cuerpo.

—¿Qué les pasa idiotas? ¿Porque les temen? Ni siquiera sabemos quiénes son o de dónde vienen y estamos dejando que controlen nuestras vidas. ¿Acaso no lo ven? Nunca han mostrado su rostro o sus poderes y sin embargo todas las galaxias tienen miedo hasta de caminar— gritó haciendo que su voz retumbara en el palacio

—Tu castigo será ser lanzado al agujero negro del sector Z3, no vas a tener votación para reconsiderar tu castigo porque tomar la vida de cualquier ser es imperdonable—

Los concejales eran tres enormes seres que se situaban dentro de un enorme palacio en la zona oscura del sector X1. El enorme recinto estaba flotando con la idea de no tocar el suelo donde los alienígenas ordinarios pisaban, no con el fin de discriminar a nadie sino para mostrar la diferencia de niveles que poseían. Aunque lo que Soohyuk mencionaba era acertado, no cuestionaban el hecho de donde provenían, pero desde que estaban ahí, las cosas iban bien y todos preservaban un equilibrio en cada una de sus acciones evitando peleas, matanzas o guerras.

La división que ellos manejaban era llamarse por medio de letras, habían aprendido idiomas y alfabetos de todo el universo porque sus viajes les dejaban un amplio conocimiento que los hacían seres superiores. Algo sencillo como A, B y C, manteniendo sus identidades ocultas.

—NO, POR FAVOR. SE LOS RUEGO, ME ARREPIENTO DE TODO— gritó tan fuerte que estremeció al público que miraba el juicio

—Llévenselo— el Concejal A habló con firmeza

Un guardia se acercó hasta donde estaba Soohyuk esposado para llevarlo a rastras hacia donde sería su último viaje.

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La Estación Espacial de Aiken se encontraba ubicada en el planeta Zukrex en el sector X4. Un planeta que se regía por el lema de la paz entre todos sus habitantes buscando siempre suplir las necesidades básicas y evitando conflictos a toda costa. El lugar era un enorme centro donde se entrenaban los cadetes para cumplir distintos tipos de misiones según una categoría específica.

La estación contaba con todas las facilidades para los reclutas, era la profesión más solicitada, ya que se les permitía vivir ahí sin ningún costo por ello cada cierto tiempo los enormes grupos de interesados se arremolinaban en las oficinas de aceptación para empezar las pruebas y ser reclutados.

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