El viaje estaba por terminar y Jiyong sentía como sus pies le pedían que corriera lo más lejos posible de ese lugar. En lo único que podía pensar era en que Seunghyun estaba allá afuera, solo y a la total merced de alguna bestia peligrosa. Lo más sensato que había decido era mentir acerca del encargo que los ancianos le indicaron o si no eso se iba a poner muy feo.
Jiyong empezó divisar la entrada del pueblo y de la misma forma empezó a recordar esa sonrisa tan sincera que él otro le mostraba cuando menos se lo esperara. Era un poco extraño, pero quien le decía que no podía serlo, aun así, actuaba a su manera y eso a Jiyong le llamaba mucho la atención para seguir interesado. Ajustó su bolsa y su túnica con dirección hacia el consejo de ancianos, ya que lo primero que debían hacer era entregar toda la información del caso en investigación.
De los días que estuvo fuera, nadie había limpiado nada por lo que sabía que tendría más trabajo por hacer. Eso no era nada bueno porque eso no le daría tiempo para poder regresar a buscar al cadete como le había prometido. Dejó los zapatos en la entrada y se acercó hasta la mesa donde los viejos estaban esperándole después de que otro lo anunciara. Ellos ya lo conocían, pero por respeto tenían que anunciarse todas las veces que quisiera entrar o preguntar algo, era un dolor de cabeza.
—He regresado— dio una señal de respeto hacia ellos —El viaje fue normal y no encontré nada raro—
—¿Estás seguro?—
—Si anciano, caminé por todo el lugar buscando alguna pista, pero todo lucia normal. Incluso me atreví a llegar cerca de la zona 3 pero fue lo mismo—
Ellos se asombraron al escucharlo hablar con tanta tranquilidad, y murmuraban entre sí en un dialecto que Jiyong no estaba familiarizado, si sabía que era antiguo, pero no le gustaba tanto como para aprenderlo, aunque ahora le hubiera servido mucho.
Los viejos habían estado de acuerdo en que Jiyong había probado que era un Yagrat adulto y con eso le habían otorgado ser el mensajero Zu, este tenía la función de viajar al exterior en busca de los suministros que necesitara el planetas o si algún aldeano tenía la capacidad podría solicitar alguna cosa pero nada de eso importaba más para Jiyong, él solo podía escuchar dentro de su cabeza que saldría afuera, saldría a conocer otras razas y miles de cosas nuevas, de las que tanto había leído o que su padre hablaba. Era su sueño hecho realidad y estaba consciente que los viejos tenían medios para viajar, pero los ocultaban para que nadie estuviera ahí tratando de pedir cosas sin ofrecer nada a cambio.
—Ve a descansar a tu casa y cuando aparezca una orden iremos por ti—
—Claro, muchas gracias— hizo la señal de respeto y salió corriendo
—Está mintiendo— dijo un anciano del fondo
—Es muy raro que no haya nada y los Kazen aseguran lo contrario. Luces cayendo de arriba—
—Pudo haber sido uno de los cometas fugaces. Son muy comunes y suelen caer aquí—
—Entonces se hubiera especificado que eran luces verdes. Y claramente aquí dice— sacó un pedazo de papel —Luces blancas y ruidos extraños—
—¿Qué deberíamos hacer?—
—Tenemos que hacer que Jiyong nos diga que encontró afuera. Ya nosotros estamos muy viejos para ir hasta ese lugar—
—Si está mintiendo no va a decir nada porque sería terriblemente castigado—
—Tengo mi método para conocer la verdad—
—¿Qué harás?— preguntó otro viejo mirando por la ventana
—Ya lo sabrán—
Jiyong estaba en problemas solo que aún no se había dado cuenta.
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ZUGRAT
Short StoryLa vida en otros planetas y universos estaba más que confirmada. Los grandes descubrimientos aparecían día con día, aunque las demás razas tenían tecnología y poderes fuera del entendimiento natural al lado de miles de secretos que estaban por revel...