38~ Alimentame.. {Martes De Lugares Escalofriantes}

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«¡Aliméntame!» ese fue el susurro que me despertó aquella madrugada, el cual me dejo inquieto y no pude volver a juntar los ojos durante toda la noche. Mi habitación parecía más grande de lo que en realidad era, o la total oscuridad hacia que eso pareciera, era como si no pudiera reconocer mi recamara, y ya tener 19 años durmiendo en ella era totalmente imposible que me sintiera así, aparte de que no podía ver más nada que un soplo de luz que se reflejaba por la parte inferior de la puerta, normalmente mi padre siempre perdía el tiempo en lo que él llamaba un adelanto de trabajo en la computadora así que por eso no me levante a ver de qué se trataba, pero fuera de eso creo que era porque en el fondo no me sentía del todo solo en aquella habitación, tenía la perturbante sensación de que alguien me observaba, hasta llegue a preguntarme si de verdad había despertado o todavía estaba sumergido en aquel sueño, pero esa duda fue aclarada cuando sin darme cuenta del paso del tiempo afuera ya había salido el sol, y mi madre estaba tocando a mi puerta para levantarme y desayunar como de costumbre, en la casa a las 8am todos debíamos estar despiertos para despedir a papa que se iba al trabajo y yo en mi patética tarea de hermano mayor llevar a mi hermanita de 9 años al colegio.

Normalmente no era ese tipo de persona que se asustaba tan fácilmente, no creía en lo sobrenatural o nada por el estilo, me gustaba la oscuridad, hablar sobre temas de espectros, fantasmas, muertes, etc. Cualquier tipo de cuentos para hacer entrar en pánico a mis amigos o compañeros de clases, en especial a Amelia, que era una chica demasiado asustadiza, casi cualquier tema de conversación la inquietaba y le tenía un terror único a la oscuridad, las veces que hacíamos fiestas y decidíamos irnos unos cuantos amigos a su casa teníamos que dormir con las luces encendidas, y ahora que lo recuerdo una vez dijo que era porque en la oscuridad sentía que alguien la miraba fijamente y al parecer eso no le gustaba, ¿y a quien si? A pesar de tener claro mis puntos y decir que lo sobrenatural no existía, mientras acompañaba a mi hermana al colegio no pude evitar pensar en aquel sueño, si de verdad era un sueño, o si esa voz que me murmuraba “aliméntame” solo estaba en mi cabeza, o significaba algo, bueno total ya había pasado, así que hice caso omiso e intente olvidar aquel inquietante momento, deje a mi hermana y fui a mi universidad pensando como tergiversar lo que me había pasado para compartirlo con mis amigos para ver a quien enredaba en mis historias fantasmales.

Ya tarde al finalizar las clases todo había sido normal, en las horas libres aproveche y eche aquel cuento de terror que supuestamente me había pasado, pero Amelia se me acerco con una mirada diferente a la que estaba acostumbrado a ver y con una voz muy baja y a punto de romper en llanto me dijo —que no ayudara a incrementar su miedo, así seria mas difícil controlarlo y que a “ellos” no les gustaban las mentiras— dejando atrás aquellas palabras, en un silencio aproximado de cinco segundos y soltando un gran suspiro, solo dio media vuelta, pero justo antes de marcharse pude percatarme de como su rostro intentaba gesticular una sonrisa, la verdad no supe que contestarle, mientras me daba la espalda solo estaba maquinando en mi mente que significaban esas palabras y porque si su cara y su voz era de tristeza ella intento sonreír y porque nunca miro a mis ojos mientras hablaba conmigo, tenía tantas preguntas pero lo más lógico que pude contestarme fue que trataba de vengarse de todas esas veces que le había provocado un grito, así que solo tome mis cosas y decidí irme a casa.

Al llegar a casa quería solamente darme una ducha y relajarme en la cama escuchando música que lograra quitarme este estrés de encima, así que deje sonar una que llamo mi atención en mi reproductor, “What up People” no recuerdo el nombre de la banda pero era algo pegajosa la música y la temática del tema, así que lo deje y estaba tan cansado que ni fui a comer y solo sin darme cuenta quede rendido en la cama, entregándome a mis sueños.

De pronto al abrir los ojos me encontraba en otra habitación que no era mi cuarto estaba todo oscuro con solo una ventana, me parecía ya haber estado en ese lugar antes pero no podía recordar donde era, era tan macabro ese lugar, bajo aquella ventana solo podía observar una sombra, una mancha negra que me hablo con una voz tan fina como si se tratara de una niña y un tono tan inofensivo diciendo — ¿te gusta hablar de mi no? No me gustan tus mentiras ¿Qué tal se siente infundir algún tipo de terror en los demás? No basta lo que haces, Quiero ¡¡MAS!!—

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