D O S

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Kurogane Satoshi y Kurogane Izuku, hijos del peleador más famoso de las Artes marciales mixtas Kurogane Masanori, son muy conocidos no sólo por su fama y fortuna, también por sus grandes habilidades de pelea que llevan padre e hijos, su padre solía trabajar demasiado por lo que dejaba la casa sola y sus hijos aprovechaban para hacer de las suyas, aunque su padre sabía de esas fiestas y lo que pasaba en estas, no decía nada ya que creía que debían vivir su vida a su manera y no era quien para evitar que cometan errores y aprendan a la mala manera.

El hijo mayor de aquel luchador, era un chico de cabello rubio más oscuro que su hermana, sus ojos eran un azul profundo y su piel era igual de blanca que su familiar pero se veía menos suave, tenía el cuerpo marcado debido a las rutinas de ejercicio que su padre le obligaba a realizar cada mañana, sus rasgos era un poco identicos a la chica, solo que cambiaba el cabello y orbes, eran gemelos así que por ende tenían casi todo igual. Este molesto tomó el cuello del chico de azulado cabello que al parecer estaba coqueteando con su hermana.

—Sueltalo, tonto, no estábamos haciendo nada malo —regañó la chica golpeando la espalda de su hermano.

—¿Quien te crees que eres para meterte con mi hermanita? ¿Sabes quienes somos? —ignoró a la más baja.

—En realidad no... Pero no quiero problemas —habló casi temblando Soraru, pues el otro era más alto y fuerte, según él parecía una especie de monstruo mutante.

—¿Es un chiste? —sonrió Satoshi.

—Ya deja al pobre o terminara orinandose de miedo —llegó otro chico de baja estatura, tenía voz delgada pero fuerte, cabello blanco un poco desordenado, ojos rubis grandes y brillantes que lucían algo cansados, tenía unos jeans ajustados claros, una polera azul oscuro con estampados de letras diciendo "Big Boy" De color blanco, y unos tenis que parecían lujosos.

—Mafu-san, ayudame a calmar al gorila de mi hermano —dijo Izuku algo molesta.

—Eso hago, chica tonta —suspiro mirando al rubio—. Deja de ser tan idiota y déjalo ir.

El anfitrión de la fiesta obedeció de mala gana, para después caminar hacia las escaleras que llevaban al primer piso, la chica siguió a su hermano molesta y solo quedaron ellos dos.

—Gracias... Te debo una —sonrió mirando al más bajo.

—No deberías meterte con esa chica, es una cualquiera.

—¿Que? No, no, ella me trajo aquí, no sabía que era... Así —paso su mano por su cabello acomodandolo.

—No escuche tu nombre —Se acercó hasta quedar a una distancia prudente—, yo soy Mafuyu, pero puedes llamarme Mafu.

—Soy Soraru, mucho gusto.

—¿Quieres un trago? Porque yo sí —caminó a las escaleras.

—Claro —Lo siguió hasta el primer piso, donde estaba el bar.

Mientras bebían más cerveza se conocían más, al parecer habían comenzado una buena charla para que se agraden uno al otro, era un poco desesperante tener que gritar cerca debido a la música, por lo que decidieron salir al jardín donde todo parecía tranquilo, casi no había gente y la música no molestaba. Se sentaron en el césped aún bebiendo el alcohol y mirando el cielo estrellado, se veía tan tranquilo que a ambos chicos les calmo.

—Así que también estudias en la misma secundaria que yo, ¿quien lo diría? —sonrió el de hebras blancas.

—Hehe nunca te había visto, aunque suelo pasear mucho —dijo en un tono tranquilo.

—No suelo estar en lugares llenos de gente, me la paso haciendo... Cosas —miró sus pies.

—¿Eres amigo o familiar de los Kurogane? —Lo miró.

—Podría decirse que soy "su novio" —marco las comillas con los dedos— solo porque nos besamos un par de veces y luego me toca o lo tocó —devolvió la mirada—, ¿Eres homofóbico?

—¿Eh? No, no, de hecho un amigo mío es homosexual pero ya no vive en esta ciudad, se mudó cuando nos graduamos de primaria —sonrió.

—¿Y tú que sexualidad eres?

—Me gustan las chicas. Dicen que deberia provar más allá pero no me atrevo, soy algo miedoso en esas cosas hehe —dió el último trago a su vaso.

—¿Te da miedo que te guste? —dijo acercándose al más alto.

—No... Bueno...no lo sé... —Sin saber porque hacia eso, solo permaneció en ese lugar hasta sentir la respiración chocar con el otro.

—Deberías seguir el consejo de probar cosas nuevas, es divertido... —Y sin más, Mafu atrapó los labios ajenos con los suyos.

Era un beso con ritmo lento, Soraru estaba un poco tenso y nervioso pero aún así correspondió sin comprender porque, pero poco a poco se dejaba llevar al sentir las corrientes eléctricas que recorrían su cuerpo al sentir cada roce del otro chico, hasta que por fin los dos estaban relajados disfrutando de aquel beso que sin que lo notarán ya era un beso profundo, pero no desesperado, ya habían roces de lenguas y mordidas en los labios que al parecer a los dos les gustaba esa sensación. A los minutos por la falta de aire se separaron con un sonrojo en sus mejillas, no sólo por el alcohol si no también por la vergüenza.

—Soraru...quiero hacerlo... —susurró son vergüenza mirándolo a los ojos.

—¿¡Ehh!? —Se sorprendió sonrojandose más.

—Hace tiempo que quiero hacerlo... Tal vez no me creas, pero soy virgen y ya no quiero serlo —Se sentó en las piernas contrarias.

—M-Mafu... ¿Te estas escuchando? —Se tenso más al sentir como el chico sentado en su regazo movía "inconscientemente" Su cadera hacia delante y atrás.

—Si... Ya no quiero ser virgen, pero tampoco quiero que cualquier animal tenga el privilegio de quitarmela... Tú eres un buen chico —acarició su pecho.

—No podemos hacerlo aquí... —Fue lo primero que logró decir debido a la impresión de lo que pasaba.

—Mi casa es a unas calles de aquí... —Se levantó y ayudó a levantar al otro.

No sabía cómo, ni porque, pero se encontraba caminando a casa del menor junto con este, se supone que solo le gustan las chicas y ahora estaba a punto de hacerlo con otro chico, siquiera sabía cómo preparar aquella zona o algo, era un completo inexperto en eso porque ni con una chica lo había hecho, él también era virgen y a penas había aprendido a poner un preservativo.

****

Habían llegado ambos chicos a un apartamento, era bonito su interior y no era ni muy pequeño ni muy grande, al abrir la puerta se veía un pasillo de aproximadamente dos metros que llevaba a la sala donde habían dos sofás de dos cuerpos de tela color crema, delante de estos una mesa de centro de cristal y enfrente una pantalla de TV en un mueble especial para este, a un lado de la pantalla había una puerta color café y a espaldas de los sofás estaba la cocina que igual tenía un tamaño promedio y cómodo, a un lado de la cocina estaba otro pasillo corto que mostraba cuatro puertas del mismo color café.

—Bienvenido —dijo el dueño del apartamento—, espero te sientas cómodo.

—Es lindo —sonrió mirando las cosas, se sentía un ambiente hogareño.

—Gracias. Aquí vivo yo solo, me gusta la independencia —dejó sus llaves sobre la pequeña mesa de la sala.

—Ya veo... Yo algún día también viviré solo —Lo miró.

—¿Que edad dices que tienes?

—Tengo 19.

—Entonces esta bien... —le tomó la mano y lo llevó a la habitación— Es lindo charlar, pero ya quiero comenzar.

Mi Pequeño Secreto [Soraru×Mafu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora