Capítulo 17

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- ¿Tienes algún plan para este fin de semana? – preguntó Taeil, interrumpiendo el beso.

- Ninguno... eso creo - repasó mentalmente todo lo que tenía planeado para el fin de semana. - No tengo nada importante que hacer. ¿Por qué?

- Pues, porque en Haeundae hay una casa, que está vacía, pero si quieres tú y yo podemos pasar el fin de semana ahí. Los dos - le dio un beso. -, solitos.

- Mmmm... Bueno... creo que eso podría complicarse un poco.

- ¿Por qué? - preguntó completamente extrañado.

- No estoy totalmente convencida de que tenga ganas de pasar el fin de semana contigo - le dijo acariciándole el pecho por encima de la camisa. - Pero puedes intentar convencerme.

- Mmmmm... ¿Qué te parece si primero comemos y luego paso la noche intentando convencerte?

- Si quieres - se soltó de su abrazo y fue a la cocina por la comida.

- ¿Qué estabas haciendo antes de que llegara? - le preguntó Taeil recargándose en el marco de la puerta de la cocina mientras la veía desplazarse por ella.

- Pintaba - contestó ella sin dejar de moverse, sacando platos y vasos.

- ¿Puedo ver el cuadro? – inquirió Taeil.

- No - respondió simplemente ella.

- ¿Por qué?

- Anda, déjame verlo. Tú dijiste que te gustaba tu obra y no eras tímida en ese aspecto. Déjame verla.

Pero antes de que Jiyeon pudiera contestarle, Taeil se dio la vuelta y se dirigió a su estudio. Entró en él y vio la pintura que ella apenas comenzaba.

El cuadro de Jiyeon todavía no estaba terminado, pero Taeil se quedó sorprendido al verlo. La mayor parte del cuadro solo era el bosquejo, las líneas con carbonilla. Había empezado a pintar con blanco, pero no llevaba mucho.

Era una recamara, aunque solo se alcanzaba a distinguir la cama; y en ella había un hombre y una mujer, abrazados y durmiendo.

- Somos... nosotros - preguntó en voz baja Taeil, aunque era una afirmación.

- Sí - susurró Jiyeon, un poco apenada de que Taeil descubriera su cuadro. Pero se sorprendió cuando Taeil se giró con una mirada brillante.

- Prométeme que no vas a vender este cuadro.

- Pero los artistas viven de su arte.

- Pero no quiero que nadie lo vea. Esto - señaló el cuadro. - es algo tuyo y mío, y de nadie más.

- ¿Y qué voy a hacer con él? - preguntó Jiyeon. - ¿Guardarlo para siempre?

- No. Yo lo quiero, lo voy a colgar en frente de mi cama, para cada vez que me despierte lo primero que vea sea a nosotros juntos.

- ¿De verdad? - preguntó con una mirada llena de ilusión.

- De verdad.

- Bueno, entonces vamos a comer para que tengas energías porque no te voy a dejar descansar toda la noche.

- Ah, esa es otra sorpresa, tengo toda la mañana para dedicarme a ti.

Y dicho esto, se fueron a la cocina a comer y platicar durante un buen rato, con una gran promesa de pasión para esa noche.

Mientras terminaban de comer, Taeil decidió volver a tocar el tema de pasar el fin de semana juntos.

- ¿Y bien? ¿Qué opinas de la propuesta que te hice?

- De irnos de fin de semana... Mmmm... No sé, Taeil. Tengo tantas ideas para mis cuadros y quiero terminarlos...

- Está bien. Te prometo que si quieres hacer algo que tenga que ver con tus cuadros interrumpimos lo que sea que estemos haciendo y te puedes ir a pintar.

- No me refiero a eso, sino que... - dejó de hablar al sentir los brazos de Taeil rodeándola por detrás.

- Y te ayudaré a inspirarte. - Le besó el cuello. Jiyeon sentía sus diminutos besos que la hicieron estremecerse.

Taeil la hizo girar entres sus brazos para poder besarla en la boca. Y Jiyeon le correspondió el beso con ternura. Pero el fuego que existía en ellos no tardó en ellos había y la intensidad del beso aumentó.

Taeil la estrechó más contra sí y Jiyeon pudo sentir en la unión entre sus piernas el miembro largo y duro que se apretaba contra ella aliviando un poco de la tensión que sentía. Y gimió anticipándose a lo que le esperaba.

Taeil la cargó y ella lo rodeó con las piernas. Él la sostuvo por las nalgas haciendo que esa presión que ambos necesitaban liberar se calmara un poco.

La sentó sobre la mesa. Ella se encargaba de desvestirlo mientras él la desvestía a ella. Claro que si estaban tan desesperados para hacer el amor en la cocina, tampoco se tomarían mucho tiempo en desvestirse.

Jiyeon le quitó la camisa y su corbata, estaba empezando a odiar que Taeil fuera abogado y que usara tanta ropa, y luego se peleo un poco con los pantalones intentando quitárselos.

Taeil por su parte, hizo lo necesario para deshacerse de las bragas de Jiyeon, porque el vestido que en ese momento usaba termino arremolinado en sus cintura.

Con cuidado de no interrumpir el beso, Taeil llevó una de sus manos al centro de la feminidad de Jiyeon, presionó su clítoris y Jiyeon se arqueó contra él, una oleada de puro deseo la recorrió por todo el cuerpo y terminó en su vagina que rápidamente se puso más húmeda de lo que estaba.

Eso era lo que estaba esperando Taeil, que estuviera lo suficientemente mojada para penetrarla. Dio un suspiro de alivio cuando se deslizó dentro de ella y sintió sus cálidas paredes rodearlo.
Taeil abrazó a Jiyeon y con delicadeza la recostó sobre la mesa de la cocina. Después se incorporó, la tomó por los tobillos y subió sus piernas a sus hombros.

Con las piernas de Jiyeon abiertas y apoyadas sobre los hombros de Taeil, las penetraciones cambiaron de ángulo y los dos gimieron de placer.

Taeil la sujetó de las caderas haciendo que la pelvis de Jiyeon fuera a su encuentro con cada embestida, así la podía penetrar más profundamente.

Rápidamente una fina capa de sudor perló la frente y el pecho de Taeil, así como también los de Jiyeon. Ella agarró uno de los bordes de la mesa para detenerse y no moverse tanto con las penetraciones de Taeil.

Cuando hizo esto, Taeil acarició su pechos, sus rosados pezones que exigían un poco de atención a la que estaban acostumbrados. Los acarició y estímulo hasta que los botones se volvieron duros como diamantes.

Con una mano siguió mimando a suaves senos de Jiyeon y la otra la puso en su vientre. La mano cálida de Taeil le robó un suspiro a Jiyeon, quien con cada envite lo sentía más profanamente, pero también sentía todo lo largo y lo grueso de su miembro.

Los gemidos de Jiyeon cada vez más inundaban la cocina, al igual que la sonora respiración de Taeil, demostrando su esfuerzo por llevar a Jiyeon al clímax y lo mucho que él disfrutaba haciendo ese trabajo.

Pero con la mano de Taeil presionándole el vientre no tardó mucho para que las paredes de Jiyeon se cerraran alrededor de él arrastrándola a un orgasmo maravilloso.

Taeil siguió embistiéndola, dándole más placer con cada penetración. Cuando por fin llegó al clímax sintió como su miembro, antes rígido y duro se vaciaba por completo.

Bajo las piernas de Jiyeon, y todavía dentro de ella se agacho a la mesa para besarla y descansar mientras disfrutaba del orgasmo.

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Haeundae es una playa muy famosa de Corea, pero está en Busan... Para efectos de la historia hagamos como que está en Seúl jajaj porque no conozco otra playa de allá.

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Adioos~

Seduciendo A Un Caballero🔞[MOON TAEIL] NCT [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora