Sus párpados se abrieron con pesadez, siendo obligados, casi inmediatamente, a cerrarse abruptamente a causa de su insperado encuentro con la cegadora luz, cuyo orígen, era aquel potente y casi traslúcido bombillo que adornaba el hecho. Apretó los ojos hasta que el dolor se mitigo y los volvió a abrir.
Movió su cabeza con letargo hacia su izquierda, lo que lo hizo paralizarse en su lugar al sentir como un dolor punzante atravesaba su nuca hasta instalarse en sus sienes; su cabeza dolió como si se la hubieran partido en dos.
Preguntándose porque demonios le dolía tanto, Kai posó su mano con delicadeza sobre la zona afectada, sintiendo bajo sus dedos un pequeño bulto que palpó sin delicadeza hecho que lo hizo soltar de inmediato un tremendo alarido de dolor.
Había un jodido chichón del tamaño de marte en la parte posterior de su cabeza.
Aguantándose las lágrimas y con cuidado de no volver a hacer algún movimiento brusco, se levantó de la cama de poco a poco hasta quedar sentado sobre ella.
Con ojos llorosos observó a su alrededor.
Hechó una pequeña ojeada sin prestarle atención a su entorno realmente, cerrando los ojos, arrecostando su cabeza en la mullida y hueca almohada a su espalda.
Todo estaba bien, estaba en un hospital.
Esperen ¿Que?
El chico abrió los ojos de golpe y miró con confusión de izquierda a derecha, encontrándose con las paredes blancas y típica decoración aburrida de los hospitales. Su cabeza comenzó a palpitar por el movimiento.
¿Cuando había llegado? ¿Quién lo había traído? Y lo más importante ¿Qué demonios había pasado como para que terminara ahí?
Los mini kais en dentro de su cerebro salieron de sus cubículos de trabajo y comenzaron a pelear entre ellos intentado de rememorar sus últimas horas conciente. Todo fue un revuelo en la cabeza del chico hasta que la puerta corrediza se abrió dejando ver como un chico, que conocía más que bien, entraba a la habitación con una expresión preocupada.
Como una cachetada de perra un flashback vino a él.
Había visto esa misma expresión antes de visitar a su difunta abuela en el más allá y recibir unos buenos chanclazos por subir antes de tiempo.
La había visto unos minutos después de que su tercera, y última oportunidad, se hubiera visto arruinada por un reptil de afilados colmillos el cual con ahínco, clavó su par de colmillos en su antebrazo.
Al recordar aquello Kai deseó haber nacido como una avestruz. Al menos así podría ocultar su cabeza en un hueco.
Sus mejillas ardían por la vergüenza.
Esa por mucho había sido la peor casi confesión que alguna vez pudo haber hecho.
~Hace algunas horas antes de la tragedia~
Huening Kai caminaba de aquí allá y de allá para acá buscando los dos últimos recortes que faltaban por pegar en la hermosa caja que había creado y llenado de frases empalagosas, gracias a la ayuda de sus dos hermanas, y obviamente, de el señor Google.
Usted es grande señor. Jamás cambie.
Para que tan maravillosa obra maestra en su regazo diera vida, Kai había pasado exactamente 8 horas y 29 minutos con 30 segundos, pintando, cortando y pegando hojas y figuras de diferentes tamaños a la susodicha caja.
Se oía fácil, pero en definitiva no lo había sido
No, claro que no.
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A great (not at all) confession *Tyunning/KaiTae*
FanfictionConfesarse a la persona de quién estás enamorado debe de ser pan comido ¿no? Solo son 3 simples palabras "Tu me gustas" Sencillas ¿no? Hasta un niño de 5 años pudiera decirlas Pues déjame decirte que si lo crees estás cometiendo un grave error Confe...