落下 (Sasuke Uchiha)

𝗧𝗲𝗿𝗰𝗲𝗿𝗮 𝗽𝘂𝗲𝗿𝘁𝗮

Haruko miró el rostro de todos sus compañeros y luego la de sus oponentes, entre ellos estaba su madre, eran muy similares después de todo. Tomó el brazo de Daiki y susurró algo en su oído a lo que él asintió de manera rápida.

—Shikamaru—Habló la pelinegra llamando la atención del recién nombrado—Te quedas conmigo y Daiki llevará al resto hacia el desierto.

Todos miraron al peliblanco quien realizaba un sello de manos que causó la aparición de un par de zorros de un pulcro color blanco, eran mucho más grandes que los zorros habituales debían moverse rápido si no querían que eso se transformase en una masacre.

—Muévanse—dijo el mayor de los hermanos mientras le daba un vistazo a los chicos que se encontraban delante de todo el grupo en forma de barrera—allá los vemos.

Sasuke miró con preocupación a la chica mientras esta le indicaba que abandonara el lugar rápido, obedeció dejando atrás a la pelinegra y a Shikamaru, no sabía los planes de la chica pero confiaba en ellos.

—jutsu posesión de sombra—dijo Shikamaru cuando vio un intento de uno de los desconocidos de ir tras de ellos. Atrapando a los diez monstruos frente a ellos, sabía que la pelinegra ideó esa formación para darle tiempo a los demás de llegar al desierto y prepararse para una nueva batalla. 

La chica llevó dos manos hacia la tierra y un domo comenzó a levantarse alrededor de los enemigos hasta dejarlos encerrados ahí, se veía impaciente. Shikamaru quitó su jutsu y miró a la pelinegra, ahora le tocaba a ellos escapar.

—A medida de que nos alejemos el domo se hará débil—dijo mientras se levantaba del suelo, mordió su pulgar y realizó el mismo sello que el peliblanco invocando un zorro para llevarlos a ambos—Sube.

Haruko se subió en el lomo del animal y Shikamaru detrás de ella intentando mantener distancia, la chica dio una suave orden y el animal se comenzó a mover con rapidez evitando los arboles, sabía que el domo ya estaba disuelto y sentía la presencia de los 10 contrincantes a un par de metros.

Ambos se sintieron aliviados al ver la arena luego de minutos de un rápido viaje y ver como sus compañeros los esperaban, el animal se detuvo y ambos bajaron con rapidez, se miraron entre todos y sonrieron, era el momento de acabar con aquella misión definitivamente.

Sasuke empuñó su katana mientras en la oscuridad del desierto el mangekyo sharingan activo brillaba, Haruko se posó a su lado y se miraron unos segundos para luego sonreír, los brillantes ojos de ambos irrumpían en la oscuridad.

—Tardaron bastante en llegar—Dijo Temari al ver que los cuerpos entre las sombras volvían, todo se separaron un poco aprovechando el espacio, habían muchas cosas a favor de ellos.

El hecho de estar en el desierto le brindaban facilidades a Gaara y a  Haruko y el espacio les jugaba a su favor a todos, .

El primer ataque de la mujer con verdes ojos brillantes que se asimilaban a los de una serpiente, fue directamente por Haruko quien lo esquivó con facilidad, su grupo se puso en alerta al momento de ver que los demás comenzaban a moverse, ahí comenzaba la batalla individual de cada uno.

Haruko esquivaba los puños de su madre con pequeños saltos, sonreía divertida ya que ahora estaban en igualdad de condiciones, Sacó dos de sus abanicos y comenzó a devolver los golpes que la mujer daba con velocidad.

—Es bueno verte—Dijo la pelinegra mientras daba una patada en el abdomen de la mujer quien cayó metros lejos de su hija, era impresionante la fuerza que ella tenía una vez era consciente de su alrededor.

Miró a sus compañeros y vio como todos sacaban sus mejores habilidades, eso era bueno. ninguno se veía herido cosa que le relajó, llevó su vista hacia la mujer que corría hacia ella empuñando un kunai que tenía un color peculiar probablemente estaba bañado en veneno.

—Patético —dijo mientras se fundía en la arena desapareciendo de la vista de la mujer quien sintió como una mano apretaba su tobillo—Demasiado básico incluso para alguien como tú.

La chica apareció detrás de ella dando un fuerte golpe en su espalda, se veía sin complicaciones. Vio como la mujer se levantaba del suelo, sus ojos brillaron un segundo y levantó sus mangas dejando ver como la cabeza de una serpiente se asomaba desde la palma de su mano para luego salir con rapidez a atacar el cuerpo de la pelinegra.

Se movió con rapidez y sacó su katana, cortó las serpientes antes de que llegaran a su cuerpo notando como estas volvían a crecer, miró a su alrededor y vio como lanzaban a Sakura por los aires hasta caer sobre la arena, notó como el hombre con el cual se enfrentaba iba directamente a ella con cuchillas de chakra dispuesto a cortarle el cuello.

Cortó las serpientes que se acercaban a ella una vez más y lanzó un kunai hacia donde la chica se encontraba moviéndose allí lo más rápido que pudo, utilizó su arena para bloquear el inminente corte que ella o su amiga recibirían, sintiendo como el hombre se estrellaba contra este.

—Haruko—Susurró la peli-rosa sorprendida de la presencia de la chica y por sobre todo de la tercera marca que aparecía en su frente.

—Luego me agradeces—Agregó derribando el muro de arena, debía seguir con lo suyo.

La puerta de la defensa había sido abierta, había protegido a alguien que apreciaba sin importar si su propia vida se había puesto en juego y ella lo había notado gracias a ese leve ardor en su frente. Los príncipes miraron a la chica mientras ayudaban a Sakura a acabar con su enemigo, vieron como el brillo en los ojos de la pelinegra se intensificó, en sus sienes se marcaron las venas que ahí se encontraban y en sus ojos se dibujaron tres círculos que se entrelazaban entre ellos.

La mujer la miró un poco asustada y sacó sus propios abanicos, eran una copia de los de la chica pero a diferencia de esta ella tenía más maestría con ellos, unió ambos abanicos y comenzó a girar sobre su propio eje creando una corriente de aire que la chica intentó evitar sin embargo fue atrapada por este recibiendo varios golpes que llegaron a cortar su piel.

Sasuke ya había acabado con su oponente por lo cual corrió a ayudar a la chica quien se encontraba en el suelo, intentó golpear a la mujer sin embargo su puño fue detenido con uno de los abanicos.

—¿es todo lo que tienen?—preguntó la mujer mientras se alejaba un poco del cuerpo del Uchiha para no recibir un golpe por parte de este.

—Claro que no—respondió la pelinegra mientras se levantaba había una gran cantidad de chakra acumulado en su mano por lo que Sasuke pensó que podrían complementar sus ataques.

El chico corrió hacia ella tomando su cintura, la conexión entre ambos permitió que sus ojos se explicaran un plan completo en segundos. Ambos se elevaron por los aires comenzando a girar en su propio eje, el chakra de la chica comenzaba a envolverlos formando un dragón mientras que el Uchiha mantenía su vista fija en la mujer.

—Amaterasu—Dijo el Uchiha notando como de la boca del dragón celeste comenzaba a brotar una gran llama negra que envolvió a la mujer, para asegurarse de su muerte Haruko descargó todo el chakra acumulado en una descarga eléctrica que complemento los daños del amaterasu.

 Todos vieron con impacto el improvisado ataque que ambos habían creado, ya todos ahí habían acabado con sus oponentes y podían asegurar que ya estaban muertos, la pareja estaba tendida en el suelo, ambos se veían cansados pero capaces de levantarse.

El sol comenzaba a asomarse provocando un par de sombras gracias a los montículos de arena, todos tenían magulladuras sobre su cuerpo pero habían superado la misión, pasaron un día y una noche corriendo y peleando, se sentían cansados.

—Un precioso amanecer en el desierto—Dijo Naruto divertido mientras se sentaba sobre la arena cosa que todos imitaron con cansancio.

—Bien hecho, chicos—susurró la pelinegra, tenía algunas heridas en su rostro similares a las quemaduras que su propio chakra y la velocidad habían causado.

Tomaron un largo descanso para luego comenzar su camino de regreso hacia Konoha, los príncipes fueron junto a ellos con la excusa de quedarse para el festival que se avecinaba en un par de días.

Haruko tenía sus tres puertas abiertas teniendo pase libre para dejar salir todo su poder, su visión restaurada y finalmente la paz de poder vivir sin preocuparse de su padre.

Ahora su regreso hacia su aldea era seguro pero no sabía si realmente quería volver después de todo.