Capítulo 39

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Yeonjun

Soobin tomaba mi mano, mientras mi padre nos miraba, esperando alguna explicación o razón por la que los hayamos reunido en la sala de estar. Mi madre también esperaba una explicación, aunque muy en el fondo ya lo suponía, pues más de una vez me descubrió vomitando. Dae, por su parte, solo se mantenía con los brazos cruzados y con su mirada severa encima de nosotros, ni siquiera podía comparar el enojo de mi hermano con el de mi padre. Sabía que ambos matarían a Soobin y que yo solo terminaría siendo la decepción de todos.

- ¿Yeonjun, vas a decir algo importante o seguiremos viéndole la horrible cara a tu novio? - entreabrí mis labios al escucharlo, en especial porque papá no le había faltado el respeto a Soobin desde hace mucho y esto solo podía significar que él también estaba sospechándolo.

- Y-yo... - Soobin iba a iniciar, pero Dae se colocó de pie e iba a salir de la sala de estar, sino fuera por la voz de papá.

- ¿A dónde vas, Daehwi? - papá no gritó, pero su tono de voz fue tan severo como la mirada que Dae nos dirigió al darle la cara a mi padre.

- No pienso seguir siendo parte de su teatro. - Mi hermano nos miraba con cólera, más a Soobin que a mí y aunque debería sentirme aliviado de que toda su ira vaya a mi novio, no era así, pues él no era el único culpable. Un bebé no lo hace solo una persona, se necesita de dos y si nosotros cometimos el error de adelantar las cosas, pues la culpa era de ambos. - Tengo mejores cosas que hacer que quedarme sentado escuchando sus excusas baratas. - Dae emprendió camino y papá no lo detuvo y mucho menos, le preguntó a dónde iba. Simplemente permitió que saliera de casa.

Me sentí aun más nervioso cuando la mirada de mi padre regresó a nosotros y cuando mamá comenzó a preguntar por el comportamiento de Daehwi.

- Creo que debemos obligarlo a entrar a la universidad, cada vez se pone más maleducado y rebelde...- mamá continuó hablando sobre el comportamiento de Dae, pero cuando papá nos preguntó nuevamente qué es lo que estaba ocurriendo, no evité soltar algunas lágrimas y aferrarme al brazo de Soobin.

- Piensas decirnos lo que ocurre, Yeonjun, o esperarás a que alguien más se retire de la sala para recién hablar. - Papá me quería demasiado, yo era el único recuerdo que le dejó su primera esposa, mi verdadera madre, pero eso no significaba que nunca haya sido severo conmigo. Él realmente iba a enojarse, iba a gritarme y ya podía ver venir toda la carga sobre mi espalda. - ¿Tú vas a hablar? - le preguntó esta vez a Soobin, él simplemente asintió y aunque quise ser valiente, como muchas veces lo había sido, simplemente ahora me sentía sin la capacidad de hilar palabra alguna.

- S-señor Park... Yeonjun y yo llevamos más de un año juntos y yo...

- Eso ya lo sé, ¿Acaso venías a presumirme la cantidad de años que llevas junto a mi hijo? - Soobin negó de inmediato y mi madre golpeó el hombro de mi padre para luego decirle que nos deje terminar de hablar.

- S-señor... Y-yo pienso hacerme responsable de todo. Yeonjun y yo...

- ¿Yeonjun y tú qué, querido? - mamá fue la que preguntó esta vez, pues mi padre se quedó helado, mirando a Soobin y luego dejando caer su mirada encima de mí. Me sentí aun más pequeño de lo que era y comencé a sollozar. Mamá se acercó y me abrazó, comenzando a acariciar mi cabeza y a decir que todo estaba bien.

- Yeonjun está esperando un hijo mío, pero me haré cargo, prometo que me haré cargo y que trabajaré medio tiempo después de iniciar el papeleo para cambiarme de turno completo a medio turno en la universidad. - mamá me abrazó, mientras Soobin se esforzaba por convencer a papá de que solo algunas cosas cambiarían en nuestra vida, pero de que las afrontaríamos como la pareja que éramos... que somos.

- Querido... - mamá llamó la atención de Soobin y le sonrió.- no es necesario que te esfuerces, sabemos que te harás cargo, pero toma en cuenta que esta no es la edad correcta para tener hijos. Ustedes son unos niños, apenas han iniciado su vida universitaria y ya se están lanzando a la vida familiar. Eso no está bien, Soobin.- mamá continuó arrullándome, como si fuera un niño pequeño y tras decirme que recibiría todo su apoyo, se apartó.

En esta ocasión el que me consoló fue Soobin, mientras esperábamos alguna respuesta de mi padre, pero este seguía callado, solo observándonos.

- Diles algo, querido.- mamá insistió, colocándose al lado de él, pero mi padre continuó sin decir palabra alguna. - Yeonjun necesita de nuestro apoyo, de tu apoyo.

Esperaba alguna reacción de papá, pero él estaba demasiado ido como para decirnos algo o así fue hasta que se colocó de pie y miró con total odio a Soobin.

- ¿Cómo piensas conseguir trabajo si eres menor de edad, siquiera pensaste en la edad que tenías cuando te acostaste con mi hijo? - papá estaba enojado, su voz lo delataba y yo me sentía como un trapo sucio. - ¿No te das cuenta que tú eres un niño y que mi hijo también lo es? Ni siquiera han cumplido la mayoría de edad y están en estas circunstancias.- él no nos gritó, pero sus palabras fueron fuertes y con eso era suficiente.

- Cariño, tranquilízate, si ellos nos están contando esto es porque se quieren responsabilizar de sus actos, como los casi adultos que son.

- No tienen la edad suficiente para llamarse casi adultos. - le reprochó papá.- si fueran casi adultos, no estarían pasando por estas circunstancias, ellos estarían estudiando en este momento. Yeonjun estaría estudiando para algún examen y este idiota, para algún baile. - papá fue demasiado duro y cuando se retiró de la sala, dejando a mamá con la palabra en la boca, supe que todo estaba arruinado.

- ¿Ya lo han hablado con tus padres, Soobin? - él negó y bajó la mirada, tomando mi mano en el proceso y susurrándome que todo iba a estar a bien, que lo íbamos a lograr, pero cada vez dudaba más de sus palabras.

Soobin se marchó apenas el reloj marcó las ocho de la noche y aunque quiso besarme, en ese momento estaba tan lleno de lágrimas que lo único que hizo fue dejar un beso en mi frente y luego, uno en mi vientre. Al día siguiente se lo diríamos a su familia, por lo que me pidió que vaya a comer a su casa. Acepté, a pesar de encontrarme hecho un desastre, no solo mentalmente, sino también físicamente.

No supe por cuánto tiempo lloré y tampoco cuántos minutos pasaron antes de ver a mi madre entrar a la habitación y correr hacia mí. La abracé apenas sentí su calor y comencé a disculparme, aunque ella me insistiera en que no lo hiciera.

- Ya pasó, Yeonnie. - insistía, pero yo no podía dejar de llorar y sentirme tan mal por haberle fallado a mi padre y a todos en realidad. - Sé que tienes miedo, cariño, todo el mundo lo tiene, aunque diga lo contrario, pero solo pocas personas, como tú, son tan valientes de afrontar este obstáculo. Solo las personas valientes son capaces de aceptar a sus bebés a esta edad tan temprana y en medio de esta sociedad tan cerrada de mente. - las respiraciones lentas y las caricias en mi cabeza me tranquilizaron y me hicieron sentir como un niño, aunque ahora no lo fuera. - Sé que tu padre se comportó muy feo en esta tarde, pero ten por seguro que él...

- Está decepcionado y enojado.- completé. Mamá negó.

- Claro que no, cariño. Tu padre te ama, eres lo más preciado para él y solo... solo tiene miedo de perder a su hijo, a su único pequeño.

- N-no es cierto... - sollocé. - s-si hubiera sido así, él no me hubiera mirado tan fríamente y tampoco se hubiera quedado callado por tanto tiempo. Lo conozco y sé que él tenía muchas más cosas que decir.

- Claro que sí, cariño, él tiene que decirte lo mucho que te ama y que te apoya. Un silencio puede decir muchas cosas, puede transmitir más que mil palabras, pero no todas son malas...

- L-los siento... - volví a susurrar, interrumpiéndola en el proceso.

- Cariño, no te disculpes. Tú has iniciado tu camino y nosotros solo debemos apoyar tus decisiones, estás siendo la persona más valiente que he conocido y ten por seguro que ese bebé se sentirá orgulloso de decir que su padre nunca pensó en deshacerse de él, como muchas chicas de tu edad lo harían... Soobin y tú lo lograrán, son dos chicos que siempre se responsabilizaron por sus actos y que nunca dejarán de hacerlo. Te amo demasiado, Yeonjun y yo me siento orgullosa de ti, del chico en el que te has convertido.- me aferré a su cuerpo aun con más fuerza y no la dejé ir, ni siquiera cuando mis ojos se cerraron.




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