Capítulo 40

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Soojin también se sorprendió cuando miró a Yeonjun y aunque sabía que ella quería preguntar, simplemente la ignoré, no solo durante todo el almuerzo, sino también cuando les pedí de favor a mis padres que pasaran a la sala de estar para hablar.

Nuevamente me sentía temeroso, a pesar de encontrarme esta vez al frente de mi padre, de la persona que me vio crecer y me tendió su mano cuando decidí dar mis primeros pasos.

- Binnie, hijo, tengo que ir a lavar los trastes, así que habla de una buena vez.- mamá fue muy considerada y trató de no sonar tan desesperada por saber que es lo que teníamos que decir, sin embargo, sabía que ella estaba tan ansiosa de saber qué es lo que ocurría con su hijo menor.

- Yo comenzaré con el papeleo para cambiarme del turno completo a medio turno en la universidad.- papá abrió sus ojos en par y mamá también, sin embargo, Soojin se encontraba de lo más tranquila y creo que ya suponía el porqué.

- ¿Por qué? ¿Acaso has reprobado alguna materia? - mamá siempre estuvo de comprensiva, incluso con su mirada podía ver su preocupación, sin embargo, papá estaba duro como una piedra, preparándose para regañarme.

- N-no, mamá, en realidad... - miré a Yeonjun, pero él no lo hizo, pues su mirada estaba fija en sus zapatos, que ya no eran de plataforma. Al parecer, le dolía mucho utilizar zapatos de plataforma, además que los pies se le hinchaban y eso me preocupaba. - Y-yo... Yeonjun y yo seremos padres.- lo solté tan rápido que temí que mi familia no me entendiera, sin embargo, al ver sus rostro pálidos, en especial el de mi madre, supe que ellos escucharon fuerte y claro.

Tomé la mano de Yeonjun cuando papá se colocó de pie y aunque dijimos que estaríamos juntos en esto, me sentía totalmente solo al enfrentar a mi padre. Soojin estaba auxiliando a mamá, quien parecía no poder mantenerse en pie.

- ¡Tú! ¡Tú...! ¿Cómo pudiste, Soobin? - mi padre, a diferencia del señor Park, sí gritó y me miró con cólera... con decepción. - ¡Ni siquiera cumples los veinte años... No llegas ni a la mayoría de edad! - papá solo me miraba a mí y me alegraba, pues prefería eso a tener que ver cómo le echaban la culpa a Yeonjun. - ¡No lo puedo creer! ¡No puedo creer que seas tan malagradecido! - papá era tan parecido a mí y aún así, ahora lo desconocía por completo.

Hubo un momento de silencio después que mamá se recuperara y que papá decidiera sentarse y masajear su frente. Realmente todos estaban afectados, incluso Soojin, quien solo me miraba con algo de tristeza.

Mamá se sentó al lado de papá una vez que se calmó y me miró con una sonrisa plasmada en el rostro.

- Yo sí te voy a apoyar, Soobin.- mamá tomó la mano de mi padre y llamó su atención. - Te vamos a apoyar porque cualquiera puede cometer un error, sin embargo, son pocos los que se hacen responsables de sus actos. Son muy valientes. - Yeonjun levantó la cabeza al escuchar a mi madre y le sonrió, sin embargo, yo aún me encontraba algo preocupado, pues mi padre seguía sin pronunciarse.

El suspiro pesado de papá se escuchó después de cinco largos minutos y tras sonreírle a mi madre, me miró.

- No pienso decirte que está bien lo que hiciste o lo que hicieron, pues en estos tiempos hay muchas maneras de cuidarse y no soy nadie para decirles cómo llevar su sexualidad, pero sí soy la persona indicada para decirles que esto tiene consecuencias y las afrontarán cuando tengan que afrontarlas. - papá se colocó de pie y mamá también.- Te apoyaré, Soobin, seguiré pagando tu universidad, pero los gastos del bebé corren por tu cuenta. - entre abrí mis labios para decir un sonoro gracias, pues esto era más de lo que pude pedir, sin embargo, papá continuó.- No quiero juzgarlos y no lo haré, pero quisieron hacer cosas de adultos a muy temprana edad y ahora tendrán que actuar como unos, en especial tú.- me señaló.- vas a comenzar a trabajar en cuanto el papeleo terminé y me demostrarás que no solo te ponías a jugar al señor de la casa, sino que también lo eres.

Papá no fue tan severo en toda su vida con nosotros, pero al salir de la sala de estar, supe que eso había cambiado para mí.

Mamá fue la única que se quedó con nosotros y Soojin también, ambas preguntando por los meses de embarazo de Yeonjun y regañándome por no habérselos dicho antes.

Yeonjun se sintió un poco mejor al ver el interés que ponían en él y en nuestro hijo o hija, en cambio, yo me sentía un poco hostigado por todo lo que me dijo mi padre y eso era porque él tenía razón, tenía que comportarme como un adulto de ahora en adelante.

Abracé a Yeonjun y dejé un beso en su mejilla, diciéndole disimuladamente que lo amaba demasiado. Yeonjun sonrió y me dice un beso en la mejilla ante la atenta mirada de mi hermana y madre.

- Una de mis amigas tiene un restaurante. - comentó Soojin, después de darle un sorbo a su té. - Le diré que me haga un favor para que puedas trabajar ahí.- de inmediato le agradecí a mi hermana y ella me sonrió, para luego ponerme la condición de tomarle una foto al vientre de Yeonjun. Mamá le advirtió de inmediato que no lo haga, hasta que por lo menos el embarazo esté más avanzado. Soojin hizo un puchero, pero obedeció.

Yeonjun sonrió durante toda su estadía y también lo hizo cuando su madre llegó a recogerlo. Me despedí de él incluso cuando estuvo dentro del auto y con la ventana arriba. Su madre solo se reía de nuestras ocurrencias y de lo tierno que nos veíamos, según ella.

Entré a casa una vez que el auto desapareció de mi vista y pensaba correr hacia mi habitación y tomar mi celular para hablar de inmediato con Yeonjun y coordinar sus visitar al doctor, pues quería ver a nuestro hijo, sin embargo, papá me esperaba al inicio de la escalera, se encontraba con los brazos cruzados y con su mirada un poco más tranquila, pero que no le quitaba lo terrorífico.

- Papá... - susurré. Él solo se acercó y me abrazó. Papá no era tan alto, pero sí lo suficiente como dar palmadas en mi espalda.

- No quise asustar a Yeonjun, lo siento hijo.- él se separó tan pronto como pudo y me sonrió.- Felicidades, Soobin, ya estás formando tu propio camino y aunque no lo hiciste de la forma adecuada y ordenada, de igual manera puedo decir que siento orgullo. Te amo hijo.- papá me sonrió y tan pronto como pudo, subió las escaleras, dejándome algo consternado y sobre todo, muy sorprendido y alegre.

Subí las escaleras lentamente y caminé de la misma forma hasta llegar a mi habitación y decirme que ahora más que nunca había razones por las que quería salir adelante. En realidad, ahora tenía dos razones por las que luchar.




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